viernes, 22 de mayo de 2009

EL SINDROME DEL ADIOS


Nicolás Mateo
Minicuentos

Supe que no volvería a verte sentada en el balcón de tu casa arrimada a la sombra cada sábado. Que ya no contemplarías a los carajitos del barrio carbón en mano escribiendo malas palabras en las paredes de la normal.

Y al pasar por tú calle mientras me dirigía a la Farmacia Sara a comprar un remedio para matarle los piojos a mi hermanita vi al gordo que vivía al lado de tu casa con una mueca que pretendía ser una sonrisa

Sin quererlo me embriagué de nostalgia no porque te ibas sino porque jamás volverías y nuestras vivencias serian sólo recuerdos

“MESERO TRAIGAME MEDIA CAJETILLA DE ClGARRlLLOS”

Tal vez no te acuerdes de aquellos papelitos (chivos) que te pasaba en los exámenes.del profesor Carvajal porque la matemática no era tu fuerte y lo sabía Tú me sonreías como si fuera un chorro de Vida que estuvieras recibiendo en esos tiempos de estudios intermedios no podía sospechar que años más tarde dejarías clavado tu recuerdo en una esquina de la José Martí.

Cuando te marchaste tu nombre creció en la boca de los muchachos Un día llegó Luis con un periódico en la mano que en la primera página de la sección cultural tenía un poema dedicado a ti escrito por Nelson el relajo no fue para ratos aunque nos sentíamos indignados por adueñarse en sus versos de ti.

“TRAEME OTRO VASO POR FAVOR”

Comprenderás Lucía que aquellos fueron otros tiempos cuando los muchachos nos parábamos en las esquinas con prejuicios y mirábamos a todo lado antes de mencionar a Luis por su apellido (Caamaño).

Quizás entiendas que las limonadas que hacíamos en tu casa ahora sólo sirven para endulzar los recuerdos.

Moisés murió tal vez te enteraste. Lo mató un gorila vestido de verde olivo en la poblada de abril del ochenta y cuatro. Todos estuvimos en el sepelio y aunque ninguno mencionó tu nombre estuvimos pendientes a que llegaras en cualquier momento pero no llegaste.

Allí recordé las veces que discutiste con él y conmigo por nuestra militancia política y el día que se rió de ti porque te vió puesta una camiseta que decía: "Sólo Cristo salva".


“SALOME ESTA LLORANDO LOS MARTIRIOS DE SUS PENAS..."

Fue nostálgico Lucía irnos a comer pan de batata cada tarde donde la señora haitiana que vendía frente al liceo y saber que tú no estabas marcharnos Duarte abajo hacia Sederías California a subirnos en la escalera eléctrica como hacíamos algunas tardes no ver tu cara asustada cuando llegaba la policía a reprimir las movilizaciones que hacíamos para reclamar cualquier tontería marcar tu número de teléfono y que una voz grosera nos dijera "usted está equivocado joven" que Pedro el portero del liceo preguntara por tí y no saber responderle ir a casa de María los viernes en la noche a escuchar las canciones de Serrat que tanto te gustaban fue en verdad nostálgico Lucía.

"SAQUEN A ESE MALDITO BORRACHO iCOÑO!"

Y ahora las tardes no son como aquellas que en el receso íbamos a patio del liceo un día que otro a jugar la "botellita" Tú nunca participabas y mientras observabas nuestro alboroto tu mirada se marchaba con la mía

Ya no es igual cuando reunidos en los pasillos hablábamos de sexo y tú con cierto rubor bajabas la cabeza cuando Lizándro con una vulgaridad muy suya narraba sus masturbaciones fantásticas -según él- en los callejones

Ya la vida no es tan simple Lucía ni para Teófilo que ahora despacha gasolina en la estación de la Corporación Dominicana de Electricidad y tiene cuatro muchachos ni para Bolívar que cuando estábamos en tercero se fue a New York y según supe está preso por drogas Tampoco la vida es simple para ti Probablemente ya el cuadro de Cristo no adorne tu sala Aunque el del Che está intacto en mi habitación.

“TRAEME OTRO POTE”

De verdad no es lo mismo el tiempo ha pasado quizás lento pero ha pasado El paletero del liceo ya no se llama Daniel A don Negro no le sobran palabras para susurrarles piropos a las alumnas que de una manera coqueta se le acercan cuando quieren lograr de él algún favor La profesora de inglés ya no causa sensación con sus pantalones ajustados como en nuestros días El laboratorio de biología lo usan ahora los "jevitos" para fumar marihuana El letrero que decía "liberación o muerte" ya no está ahí

"RUBIO PONTE A QUERUBE"

Ahora que te veo Lucía me empeño en recordar tu mirada apagada tu sonrisa dilatada por mi imaginación tu inocencia que jugueteaba en mí pensamiento la cara de pecado que ponías cuando Esther iba al liceo con jean apretado (puesto con vaselina según Lizándro) tu falda parecida a nuestra miseria centenaria los zapatos de charol y las medías de bolitas que te ponías a los diecisiete años tus cabellos peinados con una cinta color de madrugada el día que fuimos al cine Balaní y sin mirar la cartelera entramos y te marchaste ofendida cuando apareció la primera escena "fuerte" de la película "doña Flor y sus dos maridos" tu Dios tan sumiso y conformista y mi revolución siempre al doblar de la esquina

Es extraño Lucía esta ansiedad y añoranza por aquellos tiempos tan difíciles que no podíamos andar por las calles sin el peligro de que un policía analfabeto (como todos) nos clavara de un balazo en una pared cualquiera de la vida Eran los tiempos que la cárcel nos "convertía en héroes" aunque los "tratamientos" que daban (y aún los dan según me han dicho) en el palacio de la Policía hicieron arrepentirse a más de uno Claro que no sólo "de correrle a la policía vivía el hombre" también sabíamos levantar con decoro los años en las fiestas que hacíamos en casa de Mercedes en las que nunca participaste

"NO ME QUITE AL JIBARITO CABRON"

Todo me parece ahora tan cercano que me imagino verte haciendo fila en la cisterna de doña Santa para llenar latas de agua mientras pasaba disimuladamente con mi carretilla a llenar galones en la llavecita de agua dulce que había detrás del play de la normal
Y pensar Lucía que el tiempo empezó a envejecer aquel miércoles que tu butaca en el segundo H por primera vez estuvo vacía y mis sueños se desvanecieron en los catetos del triángulo de una demostración pitagórica que hacía el profesor Valdez

Jamás volví a declamar -en los actos líricos que hacía la profesora de español- el "poema de la culpa" ni Nelson con su voz estropajosa volvió a cantar "María coraje"

Las altas calificaciones dejaron de ser interesantes el bullicio de la tarde murió en el silencio de tu distancia y las miradas se perdieron en lo infinito de tu butaca vacía

"CUANTO ES LA SALIDA?"

Y ahora Lucía que te veo sentada frente a mi con tus sueños mutilados de silencio y tu piel dormida por la caricia de la madrugada siento de veras decirte adiós porque dudo que podamos encontrarnos de nuevo aquí en esta barra de mala muerte

A katy Delia y Mónica por lo que a nadie le importa

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