domingo, 5 de julio de 2009
Personajes pintorescos sanjuaneros
Por: Altagracia de los Santos Forbes
Dentro del folklore de los pueblos entran sus costumbres, tradiciones y leyendas, así como sus personajes. Personajes estos de apariencia, conducta y estilos de vida, entre otras características, muy singulares y llamativas. Son especimenes que por lo regular responden a un sobrenombre o mote. Todas estas cualidades y rasgos que le distinguen del resto de personas son por lo que el pueblo los define como personajes pintorescos o personajes folklóricos. De generación en generación se ha escuchado hablar de estos personajes.
En San Juan se han conocido muchos, algunos ya muertos, pero que quedan en el recuerdo de la gente. Son como la moda, por época.
¿Quién, en su época no conoció a “Luis Braván”, el cual se golpeaba, cuando le provocaban, hasta hacerse sangrar.
Otros fueron “Millo, Ojo Grande de Tetera”, “Miguelito el Loco”. Estos eran enemigos a muerte, no podían estar cerca.
“Miguelito el Loco”, era un personaje que deliraba con ser policía y hasta vestía como tal.
Sobre estos personajes conversamos con el conocido meritorio ingeniero químico José Enrique Méndez Díaz (ike), hijo de Héctor Enrique Méndez (Cuchí), conocido por su elocuencia en el discurso y la profesora Luisa Díaz (F).
De “Propín” nos dijo a su juicio, este personaje pintoresco “compartía la dadiva con la iglesia, porque siempre estaba en la puerta de la Catedral a espera de que los feligreses compartieran la dadiva entre la ofrenda, a la iglesia y la limosna para “Propín”. Sus ahorros por años en monedas, la guardaba en una saqueta, y malhechores en muchas ocasiones trataron de cortarla para robarle., nunca se bañaba, andaba descalzo y se dice que cuando enfermó gravemente, se lo comieron las niguas”.
Otros personajes fueron “Macutico, Peje Tinglae”, “Valetono”. Este último nunca se bañaba, “se tiraba en sus espaldas desnudas, hasta la guagua del ayuntamiento, para llevarla a los expendios del mercado publico, la carne que luego era consumida por el pueblo de San Juan”.
Ell tradicional (Cuco) sanjuanero era “Valetoño”, quien atemorizaba a los niños. Una característica muy notable es que una vez al año se bañaba y se vestía de blanco para exhibirse en el Parque Sánchez, para la celebración de la Cuaresma.
“Chicho Saca los dientes”, así le pedían los niños a este tradicional personaje que se ganaba el sustento con una carreta o carretilla cargando compras desde el mercado a la casa de los clientes., era de temperamento apacible, de una corpulencia fornida y musculosa. Era un gigante y como tal, así tenía la cabeza, manos y pies, andaba descalzo o arrastrando unos zapatos que a la vista de todos le quedaban pequeños porque eran unos pies de tamaño enorme. En la Feria de la Paz organizada por Trujillo, parte dos, versión San Juan de la Maguana, ganó el primer lugar como el hombre de pies más grandes. En ese entonces hacía mudanzas.
“El Viejo Chulo”, tenia negocios de villar en Juan de Herrera y entonces iba a San Juan a pedir limosnas, algo chistoso, ¿no.
Ya estos personajes pintorescos han muerto, así como algunos de los más recientes., otros aun pululan por las calles de San Juan y como una verdadera muestra de rescatar esta parte de nuestro folklore, el pintor sanjuanero Angelo Valenzuela se propuso recopilar en una colección pictórica la mayoría de estos personajes como parte de nuestra cotidianidad, como lo son “El Cieguito y su Lazarillo” (abuelo y nieto), “Callejón”, “Gisela”, “Pinchao”, “P... con Yuca”, “Canelo”, “Juanita, vendedora de huevos duros”.
Esta colección fue adquirida por el Ayuntamiento Municipal, no sabemos en que administración, pero en honor a la verdad, podemos decir que estas obras de gran valor histórico por ser patrimonio de todos los sanjuaneros, están guardadas en un cuartito de documentos históricos, según fuente confiable.
Esa misma suerte, el olvido, le tocó al mural que por años se colgó en las paredes de la otrora Biblioteca del Ayuntamiento Municipal, el cual representaba el momento en que el general Cabral y Luna decapitó al Duque de Tiburón, símbolo de la victoria en Santomé del pintor “Lan”.
Este mural, de incalculable valor histórico, se descolgó para fines de reparación. ¡Nunca se reparó! Su destino hoy es incierto.
Hasta nosotros llegó la información de que fue destruido y hay una persona que pidió discreción, y sabe quien es el responsable de la destrucción de esta reliquia histórica. ¡Que bárbaro el autor de este crimen!
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