Juan Tobías Leon Ortega
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Era una tarde cualquiera en la patria quisqueyana, resplandeciente, de hermosa primavera, en el valle que una vez formó con cauces de ríos mezclados un paraíso soñado, donde vivió una sociedad de hombres pacíficos, traídos a través de los años por las corrientes marinas de no muy lejos de su asiento materno: la cuenca del Orinoco. ¿Cómo sería su modo vivendi? Era su vida sedentaria, todo se lo proporcionaba la naturaleza. En el valle la vida era pacífica, de familia, de supervivencia, todo era armonía, hermandad. La otra sociedad, traída por europeos, se colocaba a destiempo, trayendo como flagelo las contradicciones de una sociedad imperial.
La tarde se tornaba tranquila, era la 1:00 P.M., algunos dormían sus siestas o se encontraban reposando sus almuerzos. Las calles del pueblo lucían desiertas, pues siendo la hora del almuerzo u hora del moro, todo el mundo descansando después de una semana de actividades.
Los estudiantes descansaban junto a sus familiares en sus respectivos hogares después de una larga jornada escolar durante la semana que acababa pasar; ya algunos se preparaban para iniciar jornadas deportivas en las canchas y campos deportivos del pueblo.
Los muy bohemios estaban apenas recuperando el codo de beodos que la noche anterior les había reportado en sus andanzas de chulos de la calle Sánchez, del parque Sánchez, del parquecito de los Burros, de viernes bota golpes, se preparaban para el sábado en la noche que prometía ser mucho mejor que la noche anterior.
En la Fortaleza General José María Cabral a la 1:00 P. M. del 24 de Abril de 1965 , todo era tranquilidad, el oficial del día no se le notaba agitado, seguía transmitiendo como de costumbre, las órdenes y los encargos de la comandancia; el grueso de los soldados en servicio en el asiento de la 3era brigada del Ejército Nacional, habían saboreado ya para esa hora, el famoso “Chao”, típico almuerzo de legión, que según algunos sabía a rayo embrutecido; los soldados más afortunados que tenían esposas o amantes, la pasaban bien, cuando algunos de sus familiares se presentaban a la fortaleza delante del oficial del día, para que les pasaran las comidas a sus familiares ; los presos comunes, se preparaban para recibir a sus familiares durante las visitas del día siguiente, domingo 25 de Abril . En el departamento Sur –Oeste de la Policía Nacional del Maguana, nada había de anormal, los escribientes sargentos de A y C (archivos y correspondencias) y el oficial del día continuaban sus labores cotidianas de un fin de semana como de costumbre.
Miembros del PRD y vecinos politizados, acostumbraban a dejar el radio todos los días, con alto volumen, donde se escuchaba el programa Tribuna Democrática por la emisora Radio Comercial de Santo Domingo. Cualquier transeúnte que caminara a esa hora del día podía escuchar con nitidez la voz del joven José Francisco Peña Gómez o la de un alto dirigente del PRD.
Resalta la voz del joven Peña Gómez, con voz emocionada: -atención pueblo dominicano. –el gobierno corrupto del Triunvirato acaba de ser derrocado por fuerzas rebeldes de los campamentos 16 de Agosto y del 27 de Febrero. –pueblo, apoya a estos jóvenes militares, tírate a la calle. Inmediatamente, una efervescencia, como si alguien les hubiera dicho a cada hogar salgan que nos invaden los extraterrestres. Jamás en mi vida había visto tanta alegría, hermandad, tanta movilización de masas, fue como un relámpago todo aquello.
Por doquiera se oían la consigna que el pueblo hacía suya en su estilo propio: “Juan Bo’, presidente, Juan Bo’, presidente”. Iban llegando por cientos y después por miles al parque Sánchez, donde empezaron los planes para apoyar a los militares insurrectos. Se establecieron lugares de reclutamientos en el parque Sánchez. Recuerdo que Idelfonso Güemes Naut , aquel locutor de Radio San Juan, que era además un alto dirigente del PRD en el pueblo, junto a otros dirigentes del PRD, empezaron a llamar a los hombres del pueblo a hacer la formación militar. Como si ya las hubieran tenido guardadas para un evento insurreccional, los dirigentes del PRD, algunos hombres del pueblo, estudiantes secundarios y universitarios, llegaban vestidos o de verde olivo con gorras verdes olivos, botas checas y otros con uniformes de Caquis, gorras verdes olivos y botas checas. Recuerdo que Güemes Naut vestía con gorra militar y uniforme de Caquis. Las botas checas (de la antigua Checoslovaquia) fueron unas botas que se hicieron populares no sé si durante la invasión del 14 de Junio del 1959. No estoy seguro si los invasores las trajeron de Cuba o si Trujillo la empezó a importar cuando éste decidió poner relaciones con el bloque soviético, dizque para demostrar que su régimen era democrático y ponía relaciones con todos los países del mundo, o en represalia contra los EEUU por las sanciones impuestas por ese país a su régimen; la cosa fue que a Trujillo le gustó tanto que implementó el modelo en la FADOC (Fábrica Dominicana de Calzados, de su propiedad) y por un tiempo los soldados del ejército las usaron ; después la FADOC las hizo populares entre el público, especialmente entre los estudiantes. Por eso oíamos aquella frase por los años del 1961-62-63-64: “te voy a aplicar las checas”, querían decir, que te iba a patear el trasero con mis botas checas. Yo mismo me puse varias veces unas checas, las cuales me gustaban muchísimo.
Era una estampa verdaderamente insurreccional a todo dar: hombres del pueblo, mujeres del pueblo, estudiantes, campesinos, todos al unísono, jamás el pueblo en general había respondido a un evento con tan apoteósico proceder en la historia de vida republicana a solo ciento veinte un años de la fundación de la primera República y a ciento dos años de la Restauración o segunda República. De ahí que, al Triunvirato y a sus seguidores sólo les quedaban horas. . Si alguien quiere saber lo que es una insurrección general, donde casi todo el mundo la apoyó por no decirlo todo, que estudien la revolución del 24 de Abril de 2965 en la República Dominicana Se notaba a leguas las contradicciones entre los hijos de Machepa y la Oligarquía rancia-extranjerizante – dominicana. Como algunos no conocen las leyes de la historia y resaltan de una vez la pugna entre hermanos, trayendo a confusión la lucha de clases. Fue una implosión en contra de un orden vigente en contra de estamentos oligárquicos. Bueno, es cierto, los guardias de San Isidro, y más tarde, los del gobierno de Reconstrucción Nacional,( careta dirigida por uno de los hombres más comprometido con el pentagonismo e intocable figura: Antonio Imbert Barreras, que para esto usó el escudo de “héroe nacional “en la muerte del Sátrapa Trujillo), no eran menos hijos de Machepa que los guardias constitucionalistas; los dos grupos de guardias en conflicto, eran de los extractos más pobres de la sociedad, a los que la escala sociológica boschiana los catalogas como: “pequeños burgueses de la baja pobre”. Pero ese ha sido precisamente, casi el curso de las mayorías de las revoluciones mundiales, el de la lucha de clases donde un bando del pueblo, sin consciencia, se pone al servicio de los poderosos, y el otro bando, más consciente tiene que combatir lamentablemente a sus hermanos de clases. Es también cierto que las guerras son cosas que no debieran suceder, pues son crueles e inhumanas, pero las leyes de la historia lo dictan así y será así hasta que desaparezca la lucha de clases.
Volvamos al impacto insurreccional que causó el anuncio por Radio Comercial la voz de Peña Gómez en el pueblo esa tarde del sábado del 24 de Abril. Siendo las 1:30 P. M. se oye una voz en la misma Radio Comercial contradiciendo lo dicho apenas media hora antes por Peña Gómez, de que no es verdad , que el Triunvirato no ha sido derrocado. Entonces recuerdo que uno de los choferes de don Quírico Méndez, me dice: -¿dónde estamos, en el peso y medio o en el uno cincuenta? Yo en ese momento me encontraba cerca del cuartel de los bomberos, apenas a una esquina del parque Sánchez que era el centro del hervidero de masas incongruentes listas para el combate, venían grupos de todos los lados de cientos de personas hasta convertirse en miles gritando la consigna de: Juan Bo presidente, Juan Bo” presidente. Al rato, como casi a las 2:00 P. M., otra vez, y esta vez sí de verdad: pueblo, es verdad el gobierno corrupto del Triunvirato ha sido derrocado por fuerzas militares leales a la Constitución del 1963, lánzate a la calle a apoyar este movimiento. Entonces cuando las gentes en las calles oyeron de nuevo la voz de Peña Gómez, se pusieron eufórica; más gentes llegaban al Parque Sánchez, se improvisaron manifestaciones donde hablaban los más aguerridos, las masas ovacionaban todo, pues era un momento insurreccional, no era juego. La glorieta del parque Sánchez se convirtió en el centro de los oradores. Fue estando ahí cuando alguien dijo por primera vez: “armas para el pueblo, tenemos que ir a la fortaleza para que nos entreguen las armas”. Se organizó un contingente de casi dos mil personas, marchamos hacia la fortaleza que apenas quedaba a una esquina del parque Sánchez. Cuando la masa se va acercando, vemos muchos guardias que corren despavoridos y toman posiciones de combate, emplazan dos ametralladoras de trípodes, una calibre treinta y otra calibre cincuenta Browining, ya los artilleros estaban listos para el accionar.
El comandante de la fortaleza General José María Cabral, asiento de la 3era brigada del Ejército Nacional, era el coronel Pérez Guillén. Un hombre peligroso, pues al principio actuaba como una marioneta. No sabía a quién apoyaba, era una persona que no estaba decidida a dar el todo por el todo por su patria, era de la guardia vieja trujillista. Entonces el locutor Güemes Naut y otros dirigentes perredeístas se le acercaron a Pérez Guillén y le dicen:” -el pueblo necesita armas para defender la constitución del 1963, entréguenlas”, así tajantemente les dicen, entonces Pérez Guillén les dice: “-estamos esperando la orden para entregarles armas a los que sepan disparar, por el momento no podemos entregarlas ”. Bueno, aparentemente Pérez Guillén se quiso lavar las manos como Poncio Pilatos para sacudirse las garrapatas, después la historia demostraría de qué lado él iba a estar en un futuro.
Continuará.
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