Su Papel protagónico en la guerra de Abril de 1965
"A los jóvenes de San Juan, yo tuve la grandísima oportunidad, la afortunada ocasión de ser quien le acompañara, y ahí hubo una unión, extrema, hasta que cuando nos trasladamos a la capital, que formamos entonces el Comando de San Juan de la Maguana.
Yo tengo la satisfacción de decir, que ese Comando estaba compuesto por 46 jóvenes, de San Juan de la Maguana, que no es muy poca cosa. Eran 46 jóvenes que se habían trasladado a luchar
Naturalmente está de más decir que tuvimos alrededor de cómo de 5 o 6 meses que sobrevivimos comiendo bacalao todos los días.
-Hasta el extremo de que pensábamos a veces de que nos íbamos a convertir en peces.-
Hay un incidente que es bueno recordarlo, la vez que una vez nosotros no teníamos absolutamente nada, ni que desayunar, que ni comer, ni que cenar, entonces yo con “Temo” y un grupo, fuimos al Súper Mercado Nacional de la Avenida Mella y allí suplicamos que se nos concedieran latas de sardinas, de salchichas y otras menudencias así, porque en el Comando estábamos completamente carente de todo. Ahí se nos negó. Se nos dijo radicalmente que no, que ellos no podían dar ni siquiera una libra de arroz. Yo me incomodé un poco, salí nuevamente, busqué un grupo de nuestros compañeros, y al regresar le dijimos al señor que nos había negado, que no los buscara entonces ahora. Naturalmente todos andábamos con fusiles en las manos. El no tuvo más, parece, que la obligación de acceder, y nos suministró bastante comida.
En otra ocasión yo llamé a Don Julio Suero a su casa, que vivía en la capital para informarle que como él tenía un almacén cerrado, cerca del mercado, que llegara a la zona, que yo le garantizaba, su entrada y su salida., porque yo le iba acompañar con un grupo de hombres armados y el dijo que no, porque yo le había explicado que nosotros lo que queríamos era coger un poco de arroz, de habichuelas, comestibles, para satisfacer las necesidades de los muchachos que no le estaban sirviendo a una banda de gavilleros, sino que le estaba sirviendo a la patria y que era necesario mantenerlos. Él se negó, Entonces yo lo que hice fue que con “Temo” y otros más fuimos a la puerta, la rompimos, la abrimos, entramos y cogimos el arroz suficiente que había, 49 sacos de arroz, todo el bacalao y arenque y cuanta cosa fuere necesaria. Me responsabilicé yo, pero hice el cálculo con una persona que sí sabía de eso, del valor aproximado que se había consumido y le hice un vale y se lo dejé sobre el escritorio.
Tanta suerte tuvo el Sr. Julián Suero que después, el jefe encargado de la OEA del pago de las indemnizaciones, al él presentar el pagaré que yo le había hecho, efectivamente se lo hicieron efectivo. A él se le pagó, porque luego yo le avisé, que ese papel escrito estaba Ahí consignado, para que cuando acabara la conflagración él pudiera tramitarla, es decir lograr su pago, y efectivamente él lo logró.
También es bueno recordar, con mucho placer mucha satisfacción, el empeño que pusieron los Corripios, que estaban al frente de nuestro Comando, que supieron de nuestras necesidades y se ofrecieron de una manera muy gentil, se ofrecieron de una manera muy abierta a sufragar cualquier, necesidad que nosotros tuviéramos en nuestro Comando. En conversaciones que sostuvimos con ellos no solamente hicieron el ofrecimiento sino que nos dijeron que era en base a una condición que subscribiéramos todo lo que íbamos a consumir, así también lo hicieron los de la Ferretería Americana, que casi nos dieron la custodia de eso, porque nosotros estábamos en la parte superior y ahí estuvo con nosotros un empleado que no recuerdo el nombre de él, y que se unió a nosotros. De manera que uno tiene que sentirse muy satisfecho de saber que también en esa clase de comerciante de alta jerarquía, hay hombres que piensan en función de la patria.
En la cocina del Comando, a nosotros nos servía un homosexual, muy valiente, llamada “Enriqueta” y otro llamo “Estrellita”, que estaban en la disposición también de esgrimir las armas para defender la patria de la ofensa grosera que el imperialismo nos impregnó con la invasión.
De una manera u otra salieron.
Dimos ejemplo de que en este país existen hombres en disposición de combatir a todos cuantos aquellos quieran venir de intrusos a esta patria."
27 de Febrero del 2005
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