miércoles, 13 de abril de 2011

San Juan durante los doce años de Balaguer



Tomado del Fascículo Fragmento de Patria, Banreservas, San Juan 2004

Uno de los mayores legados sociales que tiene San Juan, como consecuencia de la vida pastoril que le caracterizó durante los siglo XVIII, XIX y parte del XX, es una estructura de tenencia de la tierra caracterizada por una extrema desigualdad en su distribución. Las consecuencias de esta iniquidad tienen su expresión en que prevalece una pobreza exagerada de sus habitantes, sobre todo los que residen en la parte rural. Este hecho convirtió a la zona en un foco de lucha social por la recuperación de la tierra. En el año 1968, el Movimiento Popular Dominicano realizó su Asamblea de cuadros llamada "Guido Gil", con la cual ratificó una política de marcha al campo. También estableció la táctica de "La tumba viva" y "Lo mejor al campo".

Para darle cumplimiento a sus planes políticos, distribuyó sus mejores cuadros en lugares que consideraron claves por sus problemas con la tenencia de la tierra. Uno de esos lugares fue San Juan, adonde enviaron a uno de sus hombres más valioso dentro de la jerarquía partidaria, Tito Montes, miembro del comité central de la agrupación. Para la ejecución de su táctica partidaria, la organización “incursionaba en el campo formando los comi¬tés de recuperación de tierra y los Comandos Revolucionarios Clandestinos –CRC-“, según dicen en un Informe Histórico – Político, que divulgaron en 1983. En 1969 estaba en pleno apogeo la política emepedeísta, y el 27 de agosto de ese año se realizó una huelga de chóferes que tuvo una duración de tres días. Durante esa jornada de protesta, en San Juan de la Maguana cayó abatido Tito Montes, cuyo nombre real era Númitor Elpidio Jiménez Sarnelly. Sobre este episodio, dice Rafael Chaljub Mejía en su libro Cuesta Abajo: al “segundo día de iniciarse el movimiento, determinó (Tito Montes) la realización de una acción armada que sirviera de apoyo al mismo. Perseguido por fuerzas del Ejército, enviadas en su contra por el Coronel Cristian Valdez, oficial superior de la plaza de aquella ciudad del Suroeste, Tito fue finalmente cercado y muerto en unos arrozales.” Todavía hasta bien entrados los años 80 del siglo XX, en San Juan se libraban arduas luchas campesinas por la recuperación de la tierra, a veces incluso estimuladas y apoyadas por sacerdotes católicos solidarios con su causa.

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