martes, 14 de junio de 2011

PRESENTACIÓN DEl POETA SANJUANERO TULIO CORDERO



En la Conferencia sobre Interiorismo en el Museo de Antropología e Historia, 18 de enero de 1999. San Pedro Sula, Honduras.


Distinguidas Señoras y Señores:

«Pido la paz y la palabra», como dijera el poeta Blas de Otero; la paz como fruto de la justicia y la palabra como manantial del lenguaje, de la poesía.

«El halago de las palabras, cuando no corresponde con la realidad, dice Demóstenes (Disc. Político, p. 50) se convierte en castigo». Sin olvidar esta advertencia, permítanme, que les diga algunos rasgos en torno al ilustre poeta Tulio Cordero.

¿Quién es Tulio Cordero? Es un sacerdote poeta que va "buscando los arroyos sonoros en arenosas calles" (Lope de Vega, poema: El siglo de oro). Es un hombre de hoy con destellos de la mística hispánica, tan celebrada por los críticos de la Edad de Oro; un poeta con improntas de la mística china y oriental.
Los vivos ojos inquietos y penetrantes de nuestro poeta, escudriñan la ladera oculta de la realidad visible para ver con los ojos del alma, el rostro de un Tú sólo diferenciable desde el umbral de su interioridad más íntima. El inconfundible y célebre San Juan de la Cruz ilustra lo que queremos mostrar cuando dice: «véante mis ojos, véate yo cara a cara con los ojos de mi alma, pues eres lumbre dellos» (Cant. Esp., canción 10)

Lo más original de nuestro eximio poeta no es que vea intuitivamente con los ojos del alma, sino que vea con los ojos del entendimiento, es decir, con la inteligencia, las cosas que no se pueden ver a simple vista. Octavio Paz, el más grande de los poetas mejicanos, y posiblemente el más relevante de todos los críticos de fin de siglo en América Latina, dice a este respecto: «hay una parte escondida que no podemos ver con los ojos, sino con el entendimiento» (Llama Doble, p. 44). A mi juicio nuestro poeta posee la dote tanto de mirar místicamente las cosas y los acontecimientos y la dote de mirar con el entendimiento más allá de lo que lo hacen los demás mortales.

Tulio Cordero tiene otra faceta original: su alma fecunda. A propósito de esto dice O. Paz: "Aquellos que son fecundos por el alma, conciben por el pensamiento: poetas, artistas y sabios" (idem o.c.).

El alma de nuestro invitado, tengan la certeza de ello, es sumamente feraz como las tierras del valle de Sula. Su vasta cultura y su espíritu superior lo caracterizan como uno de los poetas más importantes del Movimiento Interiorista.

Por su intelecto ha concebido obras importantes, entre ellas Latido Cierto, primer libro de poesía, Si el Alba se tardara y un tercer libro que ya está a punto de salir al mercado.

Y para que el hacha de la máxima de Demóstenes deje de amenazarme debo decir, para terminar, que Tulio Cordero es licenciado en Filosofía por la PUCMM, 1986 y licenciado en Teología en el Teresianum de Roma, en el año 1992. Es profesor de Teología en el Seminario Santo Tomás de Aquino y coordinador del Grupo de poetas y escritores Fernando Arturo Meriño.

Es un creador de opinión en uno de los periódicos más influyentes de la República. Dominicana; es, por otra parte, crítico y ensayista, poeta interiorista, pintor y músico, laderas éstas menos conocidas, pero vivas en su personalidad.

Finalmente, nuestro poeta es un pequeño Orfeo cuya lira de agua estremece de ternura y cuyas palabras son dulces y suaves como agua que engendra vida más allá de las sombras temblorosas del mar de una mirada azul.

Tulio es de esos seres que deja vida a su paso, como escribiera A. Machado: «Oh,
agua buena, deja vida en tu huida» (poema del día)

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