EN LA TUMBA DE FACUNDO

Bienvenido de Js. Acosta Rivera
( Bien Acosta)

No puedo más que llorarte
Poeta!
y hoy ofrezco mi reponso
por tu alma acrisolada.
Tus manos yertas no pulsarán ya más
las cuerdas de tu guitarra sonora.
La dulzura de tu media voz de juglares antiguos
Jamás Regresará.
No puedo más que llorarte
Poeta!
Cuando el crimen fatal y rastrero,
Cuando una bestia maldita y sedienta
del infierno, Moloc execrable,
cercenó tu figura admirable
y Jamás regresarás.
No puedo mas que llorarte
Poeta!
Porque seis onzas de plomo traicionero
de un tirador taimado y muy certero
asqueroso y voraz, un cancerbero
destrozó de tu vida el cancionero que
Jamás regresará.
Que en desagravio:
Se callen los cantores!
Enmudezcan las cuerdas trovadoras!
Que no se escuche jamás
la voz del Ruiseñor
en las praderas de la tierra impía
que bebió tu sangre de Rapsoda
Porque sé que...
Jamás regresarás.
No puedo más que llorarte
No puedo más que llorarte
Poeta!
Por eso imploro:
Que en tu egregia tumba
núbiles vírgenes ofrenden
las esencias de sus almas perfumadas
sus mirras y áloes
hechas gotas de rocío, tierno y tibio
y suspiren y sollocen
cuando sepan que
Jamás regresarás!
Que las agudas garras del monstruo de la guerra
de tu sepulcro de paz siempre se aparten
y que roñosas pezuñas
de bestias ponzoñosas
emisarios de inclemente y fría parca,
jamás se posen sobre el vetusto
y turbio mármol.
que si el gélido invierno
Su blanca diestra sobre tí posare
Si el cierzo helado de la oscura y luenga noche
por sobre tí soplare
Y la madrugada con sus tinieblas,
proterva y tenebrosa te rodeare
claree el día! Huyan las sombras!
Y que reinen sobre ti siempre
mañanas glamorosas
y esplendentes!
Que si en perversa ronda
Pasare el sátiro o el fauno
cerca de tus dominios en la tierra
o si la fiera hostíl
hollar quisiera
tu tan sagrado suelo
entonces;
que les espante y les acose
la encendida y fina espada
de tu alma liberada
y que jamás vuelvan
por allí.