miércoles, 20 de julio de 2011

La Travesía de Sarobey


Autor: José Enrique Méndez Díaz

Cuando el aire se fue quemando

astutas manos soltaron las riendas

La lluvia imprecisa trastabillaba confundida en iracundo empuje del viento

Las gotas llegaban atadas al torbellino con formas distintas como lágrimas alargadas


Entonces fue el levante aterrador
Asustada, desmontó de la cabeza el higüero
corrió buscando abrigo en la red cavernaria caliza en Seboruco


Subió a lo alto del Mogote
Guabancex, arrojó su maléfica mirada la lluvia infernal, furiosa con viento embravecido
Ordenó a los gemelos Boínayel y Márohu, desatar furia del agua
y lavaron cumbres, sabanas y colinas.

El torrencial desbordó las cuencas
cubriendo de espeso manto de agua dulce el Valle Niti del Maguana.
Mucho tardó para el lago descubrirse y secarse.
Sarobey, la niña taína de nombre frágil, pero coraje de piedra decidió, reencontrar el batey
a Caonabo y su tribu en los confines del Maguana.

Descendió las pendientes peligrosas del farallón
emprendió travesía
quitó rastrojos, troncos y raíces los grandes árboles volcados

Encontró el sembradío de yuca
Nunca aceptó morir en el diluvio
era imposible por ser hija de Apito destruir el éxtasis místico
un elemento atado a la diosa madre de la piedra

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