martes, 5 de julio de 2011

Liborio profeta, Liborio Mesía


Por: José Enrique Méndez Díaz

Un movimiento mesiánico es todo aquel en que un número mayor o menor de
personas, en estado de gran exhalación emotiva, provocada por las tensiones
sociales, se reúnen en culto a un individuo considerado portador de poderes
sobrenaturales, y se mantienen reunidos en una misma esperanza de que serán
salvos de una catástrofe universal y/o ingresarán en esta vida en un mundo
paradisíaco..."
Mauricio Vinhas de Queiroz





El poder y la fuerza de la religión Liborista radican en el repertorio de signos con carácter de relatos, semejantes a visiones y/o anuncios, que fueron creados como expectativas de un gran drama profético mesianico. Liborio con la actitud misteriosa y lejana del augur, asumió el papel de "profetizar", de ser puente, intermediación entre la divinidad y los hombres. “Contó que un ángel montado en un soberbio caballo le había ungido con su sello divino ordenándole regresar a la tierra para predicar su palabra y curar a los que sufrían.”

Como el profeta Ezequiel tenía delirios, el gran rapto, oía voces, que le ordenaban cosas, quedaba en estado catatónico: Su rostro lucía “como si se tratara de algo incorpóreo que el contacto evaporara”.

“Liborio siempre había sido calificado de alucinado por sus familiares, concepto surgido de su forma disparatada de hablar; pero ahora, asumiendo su nuevo papel, se presentaba a sus oyentes con actitud misteriosa y lejana.”

En la obra Historia de Salvación desde América Latina, de Jaime Reynés,M.SS.CC, en el capítulo Titulado "El Profeta es un llamado", expresa:

“El profeta es un “llamado” (nabí), un alcanzado (Is 8, 11), un “seducido” (Jr 20,7), Invadido por el Espíritu, “el profeta es alguien alter-ado, des-quiciado también y des-centrado, porque vive fuera de sus propios quicios y centros”

Hay que tomar en cuenta que en la palabra profeta está la idea de llamado, pero también el de delirio. En los profetas de Israel, la poesía, acompañada de arpas, salterios y platillos (1 Crónicas 25.1) eran los vehículos comunes para entrar en trance. Trance que podía contagiar a otros, como le pasó a Saúl cuando se encontró con un grupo de profetas.” Por su parte el vocabulario de Ezequiel hace resaltar el ímpetu con que el espíritu del señor invade al profeta y lo hace entrar en éxtasis, lo levanta, lo traslada, de un lugar a otro, o se le manifiesta como la voz que me habla seguía diciendo: “ A ti , hombre te voy a enviar a los irrealistas..”

Jaime Reynes buscando definir las caras del profeta señala: “Ahora siente, ve oye, se comunica desde Otro, con otra mirada, otro oído, otra voz”


En su ensayo histórico “Olivorio”, E. O. Garrido Puello afirma: “en poco tiempo La Maguana, como si fuera un santuario, se transformó en lugar de peregrinaje y asentamiento de gran cantidad de personas atraídas por la buena nueva. Había nacido la Meca dominicana.”


“La Comarca”, “La Conrueda”, la “Danza Liborista” actuó sobre los hombres y mujeres reunidos, por la sensibilidad, por las imágenes que inconscientemente regulaban su cuerpos, los excitaban a moverse con regocijo, con gestos y movimientos rítmicos.


En organizadas formaciones y progresiones danzaban, en una especie de ronda, ejecutando, alegres y divertidas melodías y pasos.

En estos tiempos la danza Liborista promovía sentimientos de unidad entre los bailarines. Descendían al arenal, “puestos todos de rodillas, besaban la tierra”, acentuando de esta forma como devoción, la veneración, la ofrenda al lugar “sagrado”, al cual consideraban envuelto por la presencia divina, lugar donde podrían junto a Olivorio como dios mismo, realizar contacto y comunicación en búsqueda de sanación, poder y fecundidad.

En organizadas formaciones y progresiones danzaban regocijantes, en una especie de ronda, ejecutando, melodías y pasos.



Reunid mi conrueda
En esta comarca.
En esta comarca.
Y en este arenal.

“Se llama comarca cualquier sitio aledaño adonde ocasionalmente residía Olivorio. La conrueda se formaba con los vividores de la comarca”

La palabra Arenal parecía referirse a: Redondel (toros) o quizás a el polvo de un arenal


Comarca: “Figura musical que equivale a cuatro tiempos en un compás menor.”
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La Comarca, La Conrueda, la danza liborista, sus pasos simples y repetitivos,
contienen significados ceremoniales que además de hacer representar la práctica del culto religioso, entrañan un elemento lúdico, un repertorio de imágenes, un ir y venir, un vaivén de acá para allá, un movimiento que no está vinculado a fin alguno, que no sea la simple celebración del culto entendido como representación.

Las parejas danzaron, juntos o por separado, con un sentido religioso o lúdico y generalmente en compañía de invitados,

La Comarca ritmo musical Liborista sirvió para crear o promover un sentido comunitario, buscaban que los bailarines iniciados se sintieran como parte de un grupo, regional o nacional, y les ayudaba a establecer lazos de unión con sus herencias.


No hay que ser profeta para "profetizar.", pero si hay que tener buena capacidad para deducir alternativas, para evocar conceptos de la realidad. Algunos acontecimientos pueden ser deducidos por ciertas mentes en posesión de información, y sin lugar a dudas Liborio era un profeta bien informado.

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