
Por: José Enrique Méndez Díaz
Un movimiento mesiánico es todo aquel en que un número mayor o menor de
personas, en estado de gran exhalación emotiva, provocada por las tensiones
sociales, se reúnen en culto a un individuo considerado portador de poderes
sobrenaturales, y se mantienen reunidos en una misma esperanza de que serán
salvos de una catástrofe universal y/o ingresarán en esta vida en un mundo
paradisíaco..."
Mauricio Vinhas de Queiroz
El poder y la fuerza de la religión Liborista radican en el  repertorio de signos con carácter de relatos, semejantes a visiones y/o  anuncios, que fueron creados como expectativas de un gran drama  profético mesianico. Liborio con la actitud misteriosa y lejana del  augur, asumió el papel de "profetizar", de ser puente, intermediación  entre la divinidad y los hombres. “Contó que un ángel montado en un  soberbio caballo le había ungido con su sello divino ordenándole  regresar a la tierra para predicar su palabra y curar a los que  sufrían.”
Como el profeta Ezequiel tenía delirios, el gran rapto, oía voces,  que le ordenaban cosas, quedaba en estado catatónico: Su rostro lucía  “como si se tratara de algo incorpóreo que el contacto evaporara”.
“Liborio siempre había sido calificado de alucinado por sus  familiares, concepto surgido de su forma disparatada de hablar; pero  ahora, asumiendo su nuevo papel, se presentaba a sus oyentes con actitud  misteriosa y lejana.”
En la obra Historia de Salvación desde América Latina, de Jaime Reynés,M.SS.CC, en el capítulo Titulado "El Profeta es un llamado", expresa:
“El  profeta es un “llamado” (nabí), un alcanzado (Is 8, 11), un “seducido”  (Jr 20,7), Invadido por el Espíritu, “el profeta es alguien alter-ado,  des-quiciado también y des-centrado, porque vive fuera de sus propios  quicios y centros”
Hay que tomar en cuenta que en la palabra profeta está la idea de  llamado, pero también el de delirio. En los profetas de Israel, la  poesía, acompañada de arpas, salterios y platillos (1 Crónicas 25.1)  eran los vehículos comunes para entrar en trance. Trance que podía  contagiar a otros, como le pasó a Saúl cuando se encontró con un grupo  de profetas.” Por su parte el vocabulario de Ezequiel hace resaltar el  ímpetu con que el espíritu del señor invade al profeta y lo hace entrar  en éxtasis, lo levanta, lo traslada, de un lugar a otro, o se le  manifiesta como la voz que me habla seguía diciendo: “ A ti , hombre te  voy a enviar a los irrealistas..”
Jaime Reynes buscando definir las caras del profeta señala: “Ahora siente, ve oye, se comunica desde Otro, con otra  mirada, otro oído, otra voz”
En su ensayo histórico “Olivorio”, E. O. Garrido Puello afirma: “en  poco tiempo La Maguana, como si fuera un santuario, se transformó en  lugar de peregrinaje y asentamiento de gran cantidad de personas  atraídas por la buena nueva. Había nacido la Meca dominicana.”
“La Comarca”, “La Conrueda”, la “Danza Liborista” actuó sobre los  hombres y mujeres reunidos, por la sensibilidad, por las imágenes que  inconscientemente regulaban su cuerpos, los excitaban a moverse con  regocijo, con gestos y movimientos rítmicos.
En organizadas formaciones y progresiones danzaban, en una especie de ronda, ejecutando, alegres y divertidas melodías y pasos.
En estos tiempos la danza Liborista promovía sentimientos de unidad  entre los bailarines. Descendían al arenal, “puestos todos de rodillas,  besaban la tierra”, acentuando de esta forma como devoción, la  veneración, la ofrenda al lugar “sagrado”, al cual consideraban envuelto  por la presencia divina, lugar donde podrían junto a Olivorio como dios  mismo, realizar contacto y comunicación en búsqueda de sanación, poder y  fecundidad.
En organizadas formaciones y progresiones danzaban regocijantes, en una especie de ronda, ejecutando, melodías y pasos.
Reunid mi conrueda
En esta comarca.
En esta comarca.
Y en este arenal.
“Se llama comarca cualquier sitio aledaño adonde ocasionalmente  residía Olivorio. La conrueda se formaba con los vividores de la  comarca”
La palabra Arenal parecía referirse a: Redondel (toros) o quizás a el polvo de un arenal
Comarca: “Figura musical que equivale a cuatro tiempos en un compás menor.”
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La Comarca, La Conrueda, la danza liborista, sus pasos simples y repetitivos,
contienen significados ceremoniales que además de hacer representar  la práctica del culto religioso, entrañan un elemento lúdico, un  repertorio de imágenes, un ir y venir, un vaivén de acá para allá, un  movimiento que no está vinculado a fin alguno, que no sea la simple  celebración del culto entendido como representación.
Las parejas danzaron, juntos o por separado, con un sentido religioso o lúdico y generalmente en compañía de invitados,
La Comarca ritmo musical Liborista sirvió para crear o promover un  sentido comunitario, buscaban que los bailarines iniciados se sintieran  como parte de un grupo, regional o nacional, y les ayudaba a establecer  lazos de unión con sus herencias.
No hay que ser profeta para "profetizar.",  pero  si hay que tener buena capacidad para deducir alternativas, para evocar  conceptos de la realidad. Algunos acontecimientos pueden ser deducidos  por ciertas mentes en posesión de información, y sin lugar a dudas  Liborio era un profeta bien informado.
 
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