.....guardaban en sus tinajas e higüeros, su colección de piedras sagradas. 
José Enrique Méndez
"De metal y piedra es la sustancia última de nuestro ser. La piedra, por su inmediata y aparente vocación de polvo, siendo que de polvo es el hilado de nuestra apariencia, nos saludó primero que el metal en el alba de la existencia"[1]
Nos ocurrió en la Higuera, quizás en pleno Valle Niti, asistimos a un ritual de piedras en el Maguana, entre lomas, cuevas, ríos, montañas, plantas. Allí escuchamos palabras musitadas, salmoniadas, fue expresión de una mujer en tono justo, hablando de comunicación entre su mundo material y el espiritual., de la naturaleza y sus dioses.
Vimos su emotividad, la sensibilidad, la pasión, de su estado espiritual desbordado, que nos habló de piedras sagradas, de identidad con las piedras, de ese estado colectivo, psíquico, sagrado del ser sanjuanero.
En cada rancho guardaban en sus tinajas e higüeros, su colección de piedras sagradas.
Como queriendo decir que el canto debe surgir desde lo profundo de nuestro ser nos dijo:
"El que canta sin división no le sirve a díos".
Ella espera por una división india, taína pero mientras tantos, guarda las piedras sagradas en su aljibe y da de beber a enfermos que sueñen con el poder de sanación de estas aguas que lavan piedras de sus ancestros.
Cuando quisimos saber más sobre las piedras nos dijo, "todo no se sabe, solo se sabe una parte…. seguiré tocando puertas…"
Pienso que la culpa es de Caonabó, y es el porqué el nombre del cacique de este cacicazgo es Caonabó que significa CAONA= oro (que es una piedra preciosa), ABO= mucho (colectivo de la Piedra), de donde Caonabo quiere decir: la más grande de las piedras.
Mientras tanto continuo rezando:
"Yo piedra
Buscándome en los años
TIEMPO, TIEMPO
Desagracia ineludible sin metales…
Yo piedra
Gota a gota forjada identidad"[2].
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[1] Jorge Luís Morales, Ernesto Álvarez, Sabor de Poesía
[2] Cuaderno de poesía, Piedra, Ernesto Álvarez
"De metal y piedra es la sustancia última de nuestro ser. La piedra, por su inmediata y aparente vocación de polvo, siendo que de polvo es el hilado de nuestra apariencia, nos saludó primero que el metal en el alba de la existencia"[1]
Nos ocurrió en la Higuera, quizás en pleno Valle Niti, asistimos a un ritual de piedras en el Maguana, entre lomas, cuevas, ríos, montañas, plantas. Allí escuchamos palabras musitadas, salmoniadas, fue expresión de una mujer en tono justo, hablando de comunicación entre su mundo material y el espiritual., de la naturaleza y sus dioses.
Vimos su emotividad, la sensibilidad, la pasión, de su estado espiritual desbordado, que nos habló de piedras sagradas, de identidad con las piedras, de ese estado colectivo, psíquico, sagrado del ser sanjuanero.
En cada rancho guardaban en sus tinajas e higüeros, su colección de piedras sagradas.
Como queriendo decir que el canto debe surgir desde lo profundo de nuestro ser nos dijo:
"El que canta sin división no le sirve a díos".
Ella espera por una división india, taína pero mientras tantos, guarda las piedras sagradas en su aljibe y da de beber a enfermos que sueñen con el poder de sanación de estas aguas que lavan piedras de sus ancestros.
Cuando quisimos saber más sobre las piedras nos dijo, "todo no se sabe, solo se sabe una parte…. seguiré tocando puertas…"
Pienso que la culpa es de Caonabó, y es el porqué el nombre del cacique de este cacicazgo es Caonabó que significa CAONA= oro (que es una piedra preciosa), ABO= mucho (colectivo de la Piedra), de donde Caonabo quiere decir: la más grande de las piedras.
Mientras tanto continuo rezando:
"Yo piedra
Buscándome en los años
TIEMPO, TIEMPO
Desagracia ineludible sin metales…
Yo piedra
Gota a gota forjada identidad"[2].
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[1] Jorge Luís Morales, Ernesto Álvarez, Sabor de Poesía
[2] Cuaderno de poesía, Piedra, Ernesto Álvarez
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