viernes, 6 de enero de 2012

Don Carmito Ramírez y su oficio de Agrimensor

"Un Mauser al viento, a la promesa y al grito"
El Remington
El viejo signo de la patria/Poema Octavio Guzman. . .

En en los días inaugurales de la República, existieron los Caudillos revolucionarios dominicanos que "inspiraron frecuentes alzamientos, rebeliones, guerras civiles, ataques guerrilleros o levantamientos". Esta época se le llamó la del "Concho Primo"(1)

Joaquín Balaguer describe estos dias inaugurales de la República diciendo que para entonces hubo una gran apelacióna que incitaba la rebeldia de la juventud para la hazaña heroica: era la voz de la manigua, simbolizada en el Remington, y que llegó a congregar, a millares de jovenes y adolescentes en las acciones hazañosas de la montonera

De aquella época era la figura de Don Carmito Ramírez., quien tenía la estatura social derivada de la propiedad finquera o de terrenos obtenidos al influjo de su jerarquia caudillera y/o su oficio de Agrimensor.


Don Carmito Ramírez, primer Agrimensor de San Juan

Heriberto Pieter, en sus notas autobiografiítas, “Regreso a la Patria, Biografías y Evocaciones”, haciendo referencias a Don Carmito Ramírez, primer Agrimensor de San Juan, la más prestigiosa figura de la política, de la región sur, expresó:


Aquel viaje fue muy penoso. Duró cuatro días, pernoctando en Hincha, i en San Juan de la Maguana. En esta ciudad tuve la suerte de encontrar al agrimensor, mi buen condiscípulo Carmito Ramírez. Encima de su chamarra llevaba un revólver, un cinturón cargado de proyectiles i un lujoso puñal. Al verlo armado de esa manera le pregunté el motivo de tantos instrumentos para matar. Tranquilamente me contestó: “No es para hacer daño a nadie, sino para que alguien me respete i no me perturbe la tarea que practico mientras estoi midiendo terrenos que casi siempre son motivo para discusiones a veces sangrientas. Nunca he tenido que usar estas u otras armas. Apaciguo a los turbulentos colindantes recomendándoles que ya tendrán tiempo para discutir en los tribunales el resultado de mis mensuras”.

A pesar de que aprobé ese modo de evitar trifulcas, casi siempre sangrientas, en ese mismo momento juré que yo no sería agrimensor, pues jamás he pensado usar armas de ninguna especie para herir o matar a nadie, aunque pase hambre.”


Hola Todos:
En verdad así era Carmito Ramírez, un hombre de su tiempo.
Era hombre de paz y dotado de una personalidad conciliadora,
pero sabia que: hombre solo y desarmado, huele a muerto o desconsiderado.

Los Dres. Heriberto Pieter y Alejandro Cabral eran coetáneos.
Ing. Sinecio A. Ramírez S.


De: Sobieski De Leon
Para: ikemendez
Enviado: miércoles, 4 de marzo, 2009 22:46:48
Asunto: Re: [Identidad sanjuanera] Don Carmito Ramírez y su oficio de Agrimensor
Ike: Te felicito por lo que estas haciendo: Hurgando en la historia local sanjuanera, en lo que estamos llamando ya en estos días, nuestra Identidad. Siempre he pensado que los sanjuaneros deberíamos hacer esto. Tú lo estas haciendo. Espero pronto seguir tus pasos. Me falta el tiempo. Pero ya conseguiré el tiempo para seguir tus pasos. Ese personaje y la Revolución del Doce siempre han llamado mi atención. No me prometo ni prometo nada, pero ya veremos que sale. Tú estás marcando un camino. De nuevo felicitaciones y sigue que vas bien como investigador. Fraterno

(1)

“En la República Dominicana, a la época denominada por las luchas montoneras, revoluciones caudillistas o guerras civiles lideradas por el caudillo tradicional se le conoce con el nombre de Concho Primo, expresión que deriva de la lamentable situación en que se hallaban los hijos del pueblo al sentirse derrotados, o heridos, o con mayor miseria tras su paso por la manigua: “Concho Primo” era la respuesta usual al saludo o al encuentro, equivalente a “Caramba hermano”, para reflejar la dura condición en que se encontraban, expresión que se generalizó para denominar no ya al luchador sino al periodo histórico en el que esas luchas montoneras dominaban la vida nacional, siendo el Conchoprimismo la caracterización de una etapa histórica marcada por frecuentes alzamientos…”
La voz de la Manigua/ La Ficción montonera/Bruno Rosario Candelier, pag. 14

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