martes, 17 de abril de 2012

Canto épico a Liborio



Por: Leopoldo Figuereo Agramonte

Nunca se consideró un Dios
tampoco un ser supremo

Fue un personaje sencillo
que sanaba a los enfermos
con un palo de Piñón

Recorría montes y praderas
En búsqueda de deleite
de la madre naturaleza
con su lema contagioso
“Entre el bien y salga el mal”

Fue conquistando adeptos
en los campos de San Juan

Su poder de sanación
se expandió por la cordillera
y formó un ejército.
armado de palos y piedras

Con su estilo peculiar,
“Entraba el bien”
Y  “salía el mal”
Como agua bendita.

Se estableció en el Palmar
rodeado de gente buena.

Y los invasores de la época
decían que estaba loco
que era el mismo demonio
que protegía gavilleros
para liberar el pueblo.

Le decían el Maestro
otros Papá Liborio
el que curaba con tirindanga
brebaje de la madre tierra

Los inteligentes del pueblo
lo acusaron de delincuente
porque le devolvía a los campesinos
el robo de los decentes.

Siempre llevaba en su rostro
un mensaje de ternura
y nunca ofendió a nadie
y se opuso a la injusticia.

Lo acusaron de hechicero
de ignorantes a sus seguidores
de propagar el amor libre
considerándose un Dios.

Los años siguen pasando
el curandero sigue vigente
en el corazón del pueblo
Liborio sigue siendo el maestro..

Le decían el alucinado
el demente violador
promotor del amor libre
entre comarca y buche de ron

El predijo el Terremoto
del 1912, cuando el pueblo
frente a la iglesia, pedía misericordia

Y en la guerra de los legalistas
con machete en mano
derrotó a los Victorias
que querían imponer
senadores y diputados
y regresó a la Maguana
a ritmo de comarca
con machete al cinto
venia en su caballo
ágil como el lagarto
Cimarrón como la guinea
el maestro va cantando con amor y esperanzas
Canta canta
 canta a la madre tierra.
Revista Racimos  de Uva Mazo y abril/ Enero 2011

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