domingo, 28 de octubre de 2012

RAMON VALENZUELA: TENOR LIRICO Y PROFESOR EMERITO.




DESDE EL ORIENTE

Por Rafael Pineda.

MONTEVIDEO, Uruguay-  Como muchos de los grandes hombres de la historia, Ramón Valenzuela es un hombre de provincia. Nació en provincia. Y siempre ha vivido en provincia. Pertenece al grupo de los que se negaron a emigrar a la capital, o a radicarse en ciudad lejana a su lar nativo. Nació en San Juan y fue allí donde desarrolló su carrera de artista como cantante y director de orquesta en una de las épocas más agudas que ha vivido la Republica,caracterizada por contradicciones políticas y sociales.
A las exigencias de ese período, Ramón Valenzuela no le dio la espalda y asumió el papel que la historia le estaba reclamando, organizándose en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, organización política que agitaba a la juventud procurando desalojar definitivamente al trujillismo, y establecer una sociedad justa.

Su ingreso al mundo del canto se produjo de manera gradual, y natural. Allá en los lejanos años de la década del sesenta una de sus maestras consideraba que tenia aptitudes para el canto y en los actos líricos culturales que se hacían en la escuela para celebrar los días de la Independencia, de las madres, de Sánchez, Duarte, Mella, lo ponían a cantar y entretenía a las audiencias con sus canciones y con una potente voz que lo llevó a convertirse en un destacado tenor lírico.

Si lo hacía bien o mal, responsabilidad de la maestra que lo ponía en el programa de actividades, y de la audiencia que lo aplaudía. Con timidez (porque siempre ha sido  tímido) pero sin miedo escénico cantaba para deleite de alumnos y de profesores. En esos tiempos, aquellos actos eran algo clásico en las escuelas.                

Así fue, acostumbrándose desde temprana edad al aplauso de las muchedumbres, como Ramón Valenzuela fue convirtiéndose en un ícono de la canción lírica y popular aclamado por grandes y chicos.

Su primer concierto fuera de San Juan de la Maguana fue en Barahona, correspondiendo a una invitación de la “Sociedad los Buenos Amigos”. Después cantó en el “Club de Obreros”, de Haina. Le siguieron actuaciones consecutivas en Azua, Banì, San Cristóbal, Bonao, La Romana.  Se convirtió en artista profesional y recorrió varias veces el territorio de la media isla dominicana. 

De su repertorio de tenor recordamos estas canciones que fueron favoritas: La salve de las auroras y Ninfa del alma, de Bienvenido Brens; Cuchucuchà, merengue típico de Pedro Reynoso; Amor profundo, de Luis Alberto Hernández; Flor de Auyama, de Sobieski de León; Paraíso, de Rafael Solano;  y de su autoría los merengues Atabales de San Juan, Tierra mía y Filomena; de Juan Luis Guerra incorporó a su repertorio Burbujas de amor, Visa para un sueño, Mal de amor.  Pero las canciones que mas aplauso le granjearon fueron la clásica Enriquillo, de Aníbal de Peña, y Granada.

Los músicos que le han acompañado a lo largo de su carrera artística son Eduardo Batista, director musical y su guitarrista favorito; Humberto Familia, bajo eléctrico;  Carmito Taveras, guitarra eléctrica; Florentino,  piano eléctrico; Gustavo Félix, percusión; Vinicio Hernández, segunda guitarra, y Tony Sánchez, pianista.

Los aplausos cosechados y la popularidad no le hicieron perder el deseo de seguir estudiando y alcanzó el grado de licenciado en Ciencias de la Educación, mención ciencias físicas y matemáticas, en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña y además tomó cursos de educación musical, farmacia, servicios de seguridad civil, relaciones humanas y organización municipal.

Destacado como estudioso de costumbres, supersticiones y cultura popular, su nombre es de obligada pronunciación cuando en el sur se habla de cultura, educación, deportes, folclor, tradiciones, artes clásicos y populares, literatura y entretenimiento, porque ha sido y es un hombre total.  Una parte importante de su quehacer lo ha dedicado a exaltar los valores de la educación y la cultura.  En su cartera tiene treinta años ininterrumpidos de magisterio y un aval en vocación de servicio que lo proyecta más allá de los límites de nuestra insularidad.   

Artista de voz privilegiada que se ha ganado un lugar en el parnaso nacional.

Ramón Valenzuela fundó muchas organizaciones, y ayudó a crear otras. Pero su obra cumbre, la que más diversión, entretenimiento, alegría,  llevó a sus contemporáneos, fue la orquesta  “Los Tainos Show”.  ¿Quién no la recuerda? ¿Que joven de esos días no se divirtió al ritmo de uno de los mejores grupos de la Republica Dominicana? Fruto de su talento y buena voz.

Otras organizaciones musicales creadas por el fueron “Los Cinco Soneros”, “Santomè The Band” (con los hermanos Víctor y Bienvenido Rodríguez), “Los Melódicos”,  y fue el fundador y primer director del Departamento de Difusión Cultural del Ayuntamiento Municipal de San Juan de la Maguana, habiendo creado los grupos de poesía coreada, ballet folclórico, Baton ballet y coro municipal.

La primera actividad productiva de este encantador de multitudes fue la sastrería. Sí, ejerció como sastre y cosiendo pantalones se ganó el pan, los frijoles y las longanizas desde el 1963. Luego fue profesor de educación musical en la Escuela Urania Montàs y en los colegios San Juan, Lucill Rup, Wenceslao Ramírez Nieto.  Ocupó las posiciones de asistente de la Dirección Regional de Educación, Director y profesor del Liceo Secundario Nocturno Pedro Henríquez Ureña desde el 1967. Fue co-fundador y director administrativo de “Informativo 2000”, miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, presidente del Centro de Eventos San Juan, miembro de la Filial de Rehabilitación, del Consejo Provincial de la Cruz Roja, del Casino, de Amucaba, de Hogar Crea, de la Fundación Amigos del Mundo y Capitán del Cuerpo de Bomberos, fundador de la compañía Guardianes Roberts y de otras instituciones.

Recibió un reconocimiento de la Escuela de Bellas Artes por los recorridos que hizo a través de la Republica Dominicana con la tuna de esa institución; el Ministerio de Educación lo reconoció con el título de Maestro Emèrito por ser el  mas destacado de San Juan el año 1983 y en 1989 recibió el San Juan de Oro, otorgado por el Patronato Pro-Desarrollo de San Juan, y La Higuana de Oro.

Mediante la Resolución 10-93, del 19 de mayo del 1993, el Ayuntamiento lo declaró “Hijo Meritísimo de San Juan de la Maguana”.

Por su vida vertical y transparente, por su honestidad, conducta llana y simple, Ramón Valenzuela goza de un alto aprecio entre sus conciudadanos.

Hoy, este gran artista, hombre ejemplar y de múltiples facetas, hacedor de luces, que brilla más allá de los años y de las estrellas,  está fuera de los escenarios, aquejado por una dolencia que lo mantiene entre la cama y la silla de ruedas.  Rindo homenaje a su amistad, a sus méritos y a su solidaridad todo terre

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