domingo, 27 de enero de 2013

Sustentar la tesis de una confederación de Estados Dominicano-haitiano es una ficción fallida en su intento




Damocles Méndez Rosado

Es significativa la aparición de un estudio sobre la temática dominico-haitiana en el sentido de que despierta el interés sobre la existencia de dos Estados en una misma isla.

El tema es permanente motivo de análisis de parte de connotados estudiosos de los problemas de ambos Estados; la bibliografía dominicana es voluminosa en esta dirección; las opiniones de los especialistas en este campo es muy amplia también.


Los estudios sobre el fenómeno son de variadas naturalezas: son conocidos los estudios de Carlos Sánchez y Sánchez M. A. Peña Batlle los cuales se sitúan en una concepción racista y geopolítica del problema. También existen diferentes investigaciones sobre el proceso de vialización de la sociedad haitiana.


Haití tiene hoy en día una gravitación primaria en las relaciones de Estados.

Sería importante profundizar en esta temática con la finalidad de conocer los procesos históricos fúndantes de este heroico pueblo que constantemente lucha contra adversidades en busca de un mejor destino.


Pero sustentar la tesis de una confederación de Estados Dominicano-haitiano es una ficción fallida en su intento.


El tema de la fusión del Estado Dominicano con Haití, es sostenido que es una quimera a la luz del interés nacional de los dominicanos.


El fenómeno tiene que plantearse tomando en cuenta los procesos históricos que definen la presencia de dos Estados en la isla de Santo Domingo. Sus raíces históricas es un problema que siempre gravita en el pensamiento de los estudiosos de esta realidad. 

Somos dos Estados construidos sobre paradigmas diferentes. 

La llamada fusión que tomo cuerpo en ciertas potencias, no es un problema actual con un peso gravitacional en las relaciones dominico-haitiana.

 Tampoco es el interés de los dominicanos.

 No estamos en presencia de una colectividad fallida ni colapsada. 

Cuando dos Estados se fusionan, se extinguen para iniciar otro, si es que se fusionan con ese interés.

 No hay espacio ni voluntad nacional para una confederación de estados dominico-haitiano. 
Es una ficción a la luz del derecho público internacional en la medida que la República Dominicana sea un Estado soberano con una autoridad legítima. 

El eterno conflicto entre Haití y República Dominicana, paulatinamente ha logrado rasgos de armonía en el marco de las relaciones de vecindad y la diplomacia.

 Plantearse en estos momentos de celebración del año duartiano una fusión de Estado, es una postura fuera de contexto y desconocedora de los procesos históricos que han fraguado la nacionalidad dominicana y la creación del Estado nacional dominicano. En los actuales momentos no existe una lógica binacional en la dirección de acuerdos para estos objetivos.

 Interesante trabajo es LA NACIONALIDAD DOMINICANA EN CRISIS. IV-PERSPECTIVA:  un documento a ser tomado en cuenta para fines de consultas sobre los intentes de fusionar al Estado dominicano y al haitiano.


Es una pretención de determinadas potencias europeas las que son responsables de la tragedia que hoy vive el pueblo haitiano.

Mientras se mantenga el principio de la autodeterminación de la nación y el principio de la soberanía del Estado dominicano , no hay lugar para una confederación de Estados entre Haití y la Repùblica Dominicana.


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