miércoles, 19 de octubre de 2016

NUESTRO BOSQUE (editorial)





Roberto Rosado



La depredación que se observa en las montañas que rodean el Valle  de San Juan, tanto por el norte como por el sur, constituye un serio y preocupante peligro para el sostenimiento de la vida de sus habitantes.
El corte indiscriminado de madera preciosa, los incendios provocados en los bosques existentes en nuestras montañas es uno de los crímenes que habrá de afrontar urgentemente  si se quiere que las aguas que alimentan los  ríos que provienen de las mismas conserven sus caudales utilizados por los productores agrícolas para la irrigación de las tierras de El Valle.

Es un clamor de los agricultores que ven disminuida su cosecha por la disminución cada vez más pronunciada del agua como consecuencia de la depredación y los incendios constantes y continuos, además de la falta de asistencia técnica, de crédito a tiempo y una inadecuada comercialización que tantos contratiempos les ha generado en sus economías.

Ahora que el presidente anuncia un proyecto de reforestación controlada en la cordillera central justo es acompañarlo con la protección de los agricultores del valle, creando agroindustria e incluir asistencia  técnica, crédito garantizado, comercialización y pago garantizado, y, la más importante, evitar mediante disposición gubernamental LA NO EXPLOTACION DE LA MINA DE ORO DE HONDO VALLE, que tanto daño causaría a la principal fuente de irrigación de las tierras del valle, EL RIO SAN JUAN.
Queda  en la conciencia del presidente de la Republica la permanencia de la fuente alimenticia de los habitantes de San Juan  y Barahona.

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