José Enrique Méndez
Y a propósito de sobre vivencia y de resistencia, aquí recogeremos, “Aquí lo diremos porque ya se ha olvidado… Ya se ha olvidado el alba en que llegó nuestra vida…Ya se ha olvidado como lléganos de ultramar de la Sombra[1]
Durante más de cuatro siglos el continente Americano soportó el fenómeno de la esclavitud, acontecimiento que costó como mínimo veinte millones de vidas de seres humanos.
Las cifras de “
“Entonces vino la palabra3 las penurias de los esclavos negros capturados, traídos por la fuerza al continente:
“Embarcados en los navíos negreros, a los esclavos se le encerraba en la cala, en galeras, uno encima del otro. Cada cual ocupaba un espacio de 4 o
Manuel Mora Serrano, en su articulo, Antecedentes étnicos sostiene que "en 1510 Fernando el Católico autorizó el transporte de cincuenta negros de los mejores y más fuertes disponibles para trabajar en las minas de la isla. Los indios fueron exterminados por distintos medios: Abrumados por trabajos en las minas, por extrañas enfermedades traídas de Europa y por los malos tratos de sus nuevos amos que determinaron que muchos se suicidaran en masa antes que vivir en la opresión y aceptar a otros dioses. Los negros los sustituyeron en los trabajos pesados bajo el sistema de esclavitud, como parte del comercio más infame que jamás tuvo la humanidad y como solían alzarse por no soportar las humillaciones y las torturas a los que eran sometidos en nombre de Dios por los blancos ambiciosos, fueron llamados cimarrones5
“La desaparición de la población aborigen obligó a los colonizadores a desarrollar un modelo económico caracterizado por la explotación intensiva de la mano de obra esclava. A partir de este momento Santo Domingo se va a convertir en el principal centro negrero de las Indias”.
"Pero la isla era rebelde y había resistencia tanto espiritual como marcial: los palenques de los cimarrones, apenas fuera del alcance de las ciudades de la llanura, encontraron su contraparte espiritual en los dioses mercuriales de los mulatos, sus altares a plena vista y aún así fuera de los limites ortodoxos, y mas aún invisibles. Esta duplicidad, digna de los patriarcas, era el medio por el cual los forasteros sobrevivieron en una tierra extraña, caminando con un par de ojos en la nuca, vivieron su éxodo por la ironía de cada palabra, cada gesto, cada mirada que habló sobre una misteriosa e ilícita promesa, que solamente se cumplía fuera de la ciudad amurallada, en el desierto, la montaña, los ardientes matorrales del trópico".7
“Apenas cumplida la primera mitad de la centuria se estima que de los 44,000 habitantes de
Para llevar a cabo las Devastaciones se hizo traer un contingente de tropas del presidio de Puerto Rico, ya que se esperaba que los habitantes de las regiones afectadas resistieran con las armas en las manos. Estas tropas también tendrían la misión de combatir a los piratas y contrabandistas que localizaran en el momento de efectuar el traslado forzado de las poblaciones. Además debían garantizar, mediante rondas punitivas periódicas, que no quedaran personas en las zonas despobladas principalmente negros cimarrones, e imposibilitar que los extranjeros comerciaran con ellas o se dedicaran directamente a matar las reses salvajes de los lugares despoblados o a utilizarlos como punto de refugio y bases para atacar a los navíos y territorios españoles.
"Las poblaciones de Neiba y San Juan de
Ese mismo año del 1543 el Gobernador y Presidente de
Estudiando los documentos históricos enviados por el Licenciado Cerrato al Emperador en 1546 descubrimos que:
“Aparece que en el Bahoruco, donde estuvo refugiado el Indio Enriquillo, había una cuadrilla de doscientos a trescientos negros entre hombres y mujeres, y otros en
San Juan de
El Ingenio de Juan de León, fue el refugio de la ciudad durante los “Años Negros” de
Don Juan de León y su familia, dueños del Ingenio de Manoguayabo en San Juan, soportan junto a unas pocas familias hateras, todas las adversidades al regresar solos a sus lares luego de la desolación ejecutada por el codicioso Bartolomé Farfán de los Godos, por ordenes del Gobernador Osorio en 1606.El ingenio es la única comunidad que puebla el valle desde 1606 hasta 1733 en que se vuelve a repoblar San Juan al restablecer su cabildo.
Según nos describe el Ingeniero Hidráulico Sinecio Ramírez Suazo, “el ingenio de Juan de León fue un ingenio de verdad movido por una rueda hidráulica alimentada por un canal. Se conservan los restos de los gruesos muros de mampostería de la casa de molinos y la casa de purgas donde se escurría la miel de purga filtrada entre los cristales del azúcar crema”.
Este ingenio, como expresamos en otro texto, “superó las devastaciones de Osorio: su población no desapareció totalmente, ya que Don Juan de León y su familia, dueños del ingenio de Manoguayabo en San Juan, soportaron junto a unas pocas familias hateras, todas las adversidades al regresar solo a sus lares luego de la desolación (...) el ingenio es la única comunidad que puebla el valle desde 1606 hasta 1733 en que se vuelve a repoblar San Juan al restablecer su cabildo.11”
Ya hacia el año 1550 la primera Villa de San Juan casi desierta a causa de las incursiones de los llamados “negros cimarrones,” quienes tomaron a San Juan como punto de paso entre el Cibao y los”Manieles” de Neyba y Bahoruco, ocasionando innumerables daños en sus travesías. Estos “negros cimarrones” engrosaban continuamente las fuerzas de la rebeldía encabezadas por Enriquillo.
Fue así, de esta manera que una vez más lo imaginario, el juego de las mentalidades hizo su aporte a la historia de San Juan.
"Esta mudanza fue aprovechada por los negros de los alrededores que desde hacia años se encontraban alzados, quienes negociaron su participación con
En el caso Batey, término que originalmente era Ceremonia, en parte lúdica y en parte judicial, practicada por los aborígenes taínos, se dio un préstamo cultural –un tanto impuesto por la fuerza dominante- al convertirse en la designación del sitio o lugar de convivencia de las comunidades cimarronas afro caribeñas. Su fuerza es tal que en estos momentos existe
En San Juan, el abuelo Lemba es el personaje más popular cuando se busca alguna conexión con la ascendencia africana. Traía en las venas el amor a la música de los tambores, al ritmo, a los colores brillantes y relucientes. Destacado por su lucha en defensa de sus derechos y en contra de la esclavitud, en 1546 se alzó, atacó el ingenio de San Juan de
Jon Anderson embriagado en el Camino de los Negros, en peregrinaje a pie y al azar por el mundo; tocando temas que andan a la culebra; hallazgos de una vida vagabunda; desperdicios que quizás no le interesan, pero que le alimentan termina diciéndonos:
El “camino es sufrimiento y liberación, ignorancia y aclaración, abstinencia y abundancia. Es travesía de engrillados sobre aguas turbulentos, y un vuelo suelto a través de ardientes arenas. Son
La contribución del africano y sus descendientes al desarrollo económico y social de América Latina y el Caribe fue decisiva. La mano de obra negra no sólo levantó grandes fortalezas, castillos y monumentos sino que creó un mundo de expresiones culturales único en el continente, que se pudo conservar por el inexplicable recurso de una oralidad que resistió el olvido gracias a una memoria colectiva, que puede calificarse como uno de los más valiosos patrimonios de la humanidad.
En esa lucha muchos son los que han abierto brechas inmensas en el estudio y la indagación de esta presencia, sembrándola semilla del reconocimiento y la revalorización de una herencia cultural que nos enorgullece y que es portadora de una energía social que ha generado no solo un patrimonio extraordinario en el terreno de las artes y el pensamiento, sino una cultura de la resistencia que es hoy un estandarte de los pueblos del continente
[1] Popol-Vuh, I
2 Enciclopedia digital libre Wilkipedia
[3] Popol-Vuh, II
[4] José Luciano Franco, La diáspora Africana en el nuevo mundo
[5] Manuel Mora Serrano, en su articulo, Antecedentes étnicos
[6] Genaro Rodríguez Morel, compilador, Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII, Pág.22
[7] Jon Anderson, Internet, El Camino de los Negros
[8] Vicenta Caamaño de Fernández, en su obra El Negro en
[9] Genaro Rodríguez Morel, compilador, Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII, Pág.22
Jon Anderson, Internet, El Camino de los Negros
[10] Genaro Rodríguez Morel, compilador, Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII, Pág.37
[11] Luís Enrique Matos, José Enrique Méndez, Carlos Vicente Castillo, San Juan de
[12] Henry Sena, Diario Moveb, Historia de Bayaguana
[13 La ruta del esclavo: africanía y oralidad, Miguel Barnet
Entonces de ahi es sale el dicho...ijí allá bombeg... Primero muerto antes que ser un esclavo...grito taino, y cimarron. en mi opinión la verdadera identidad del pueblo Dominicana comienza con los primeros pobladores aborigenes(Ciguayos, siboneyes, caribe.)luego los (taino)primeros rebeldes de america,se inicia desde (1492) por su resistencia a los entranjeros luego de ahi en adelante su articulo historico magico realista encaja mejor...mis respeto para uds, gracias
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