martes, 24 de febrero de 2009

Tres conferencias sobre identidad sanjuanera




José Enrique Méndez


Conferencia 1: La Cultura Aborigen
San Juan de la Maguana, martes 5 junio 2007.





Un trígonolito se mueve
desde el centro de mi alma
cemíes sin campanas
hacen caer lluvia triste
de cenizas y llanto
Sentada orgullosa la piedra viva
fálica de las veinte mil vírgenes
en el corazón de vidrio imperial……..Carlos Doorly, Lamento del Behique




Para los sanjuaneros, estudiar las figuras espirituales más importantes del universo taíno; la manera en que los aborígenes de la isla asumieron a sus dioses, es un dictamen de reconocimiento del proceso de ritualización en función de defender las identidades individuales y colectivas, como también el erigir diferentes y variados símbolos alrededor de los cuales esos ritos constituyen verdaderos sellos culturales de la comunidad, que se expresan como procesos de etnicidad.

Ritualizando la palabra desde el pensamiento, haciendo referencias a las creencias comunitarias que se van transmitiendo de generación en generación, afirmamos hoy que el “espíritu del ser sanjuanero”, posee rasgos fundamentales que, como barrera invisible, encuentra su origen en el bautizo de un falo pulimentado, encerrado en redondel de piedras sueltas en el Municipio de “Juan de Herrera”, centro del poder de Caonabó y Anacaona, corral ceremonial de la vida, círculo de devoción taína convertido en signo cargado de significación, desde donde se empezaron a escuchar, en areitos, los latidos de la vida del pueblo del Maguana.

Adoptada como punto principal de participación social, la plaza distingue como punto central de un poblado el ámbito cultural tribal en las antillas. Aunque se suponga que la plaza está ligada principalmente al juego de la pelota o batey-cuya ritualidad es indiscutible-, lo cierto es que arqueológicamente la plaza indígena corresponde a una estructuración que tiene como fundamental objetivo la integración de grupos de diversas zonas, y la consolidación al través de actividades culturales y cotidianas como juego, danzas, y simulacros, la identidad de los pueblos tribales 1.

Al estudiar la historia del yucayeque (pueblo) Niti, sitio que formaba parte del Cacicazgo de Maguana, descubrimos su batey, con calzada cercada con lajas de piedra, llamada hoy Centro Ceremonial aborigen, o Corral de los Indios de San Juan, comprendemos que es en realidad un complemento de esas formas espaciales que hoy llamamos plazas y que tenían sentido ritual, por ser punto primordial de reunión y decisión de la sociedad precolombina.


Sir Schomburgh cree que el círculo en su forma original fuera una calzada. Otros sugieren la posibilidad de que representara un santuario. Pero la tradición más aceptada supone que la plaza era usada por los indios para celebrar festividades y juegos y que el cuadrado saliente a que hacemos referencia más arriba, él lugar donde la Reina Anacaona y su corte presidían las ceremonias 2.

Para poder reconocer las prácticas de las creencias mágicas religiosas en la cultura taína, debemos hablar del mito, del ritual, de las imágenes que como signo están presentes en toda sociedad.

El mito, tiene un carácter arqueológico que nos remite a la más remota antigüedad. Los mitos son creados por los pueblos primitivos como explicaciones mágicas acerca de los hechos fundamentales de la vida humana. El origen de la vida, el origen de la materia, la realidad de la luz, la existencia de los mundos, son los hechos sobre los cuales se edifica el mito. Las civilizaciones nuevas, filiales de otras más antiguas, no crean estos mitos básicos sino que viven y trabajan sobre los viejos mitos ya existentes. 3

La cultura taína, ese producto acabado de la acción material y espiritual de las sociedades aborígenes que habitaron parte de la isla de Santo Domingo, así como Cuba y Puerto Rico, pudo unificar un arte, una visión mágico religiosa homogénea, con relativo grado de desarrollo.

El arte de los taínos, conceptual y a la vez, utilitario, refleja antes de nada, su visión mágico-religiosa del mundo. Sus obras de arte están representadas por una vasta gama de objetos de uso personal y doméstico, y, en particular, por un rico repertorio ceremonial. La variedad y cantidad de estos objetos, trabajosamente elaborados (recordemos que no disponían de instrumentos metálicos) en los más diversos materiales obtenibles en su ambiente o derivados de su comercio, constituyen la muestra más fehaciente de su innata inclinación artística (…) dentro de los objetos más destacados del arte taíno están los destinados al culto de los cemíes, como los ídolos tallados en piedra y madera, los artefactos rituales de la cohoba, junto a ciertos instrumentos musicales como las maracas monóxilas (de una sola pieza de madera). 4

Los llamados “taínos” se caracterizaron por un gran sentido de la cultura material y su alto ceremonialismo. (…) Esta organización estaba dada dentro de una concepción religiosa de tipo animista que los historiadores y etnólogos han denominado como “cultos a los cemís”, puesto que los cemís o cemíes eran representaciones materiales de dioses y a veces estos eran de uso personal. Posiblemente cada grupo tribal tenía sus propios cemís

El ritual primordial del Sacerdote Aborigen se efectúa por medio de la Cohoba, La inhalación de polvos alucinógenos hechos con semillas de la planta conocida científicamente como Anadanthera peregrina o Piptadenia peregrina

Los símbolos usados en los Ritos que pueden ser objetos, ensimismo, pueden estar asociados a acciones…Y como tales, objetos y acciones cobran significados en el interior de rituales, en el contexto de sistemas rituales.5

Objetos asociados a acciones rituales son Los vasos efigies hechos en cerámica y madera, representaciones animistas o cemies. Sus diversas formas y expresiones sugieren siempre la representación de dioses o seres. .7


Acción ritual, es el del Rito de la Cohoba cuya representación es :
una salida violenta, ritual mágico-religioso en el cual se consultaba a un cemí o a Yocajú (Yocajú bagua maracoté) dios principal. El ídolo o cemí de la cohoba, tiene una representación de Yocajú como dios del fuego sobre el que se ponían polvos de cohoba que era un potente alucinógeno, mezclado con tabaco, cal o puro para ser inhalado con un Bohique, inhalador. 8

Por lo tanto en la herencia aborigen, el ritual de la cohoba, es un rito que para muchos representa o significa la manera de meditación y el contacto permanente con el mundo sutil, espiritual y mental superior. Rito considerado como una práctica religiosa, que hace referencia a seres místicos o a lo sagrado.

Marcio Veloz Maggiolo, en su obra “La isla de Santo Domingo antes de Colón”, dice
La crónica explica que para escoger el árbol con el cual habría de fabricarse un cemí, había que practicarle el ritual de la cohoba, interrogarlo hasta que dicho árbol dijera que sí, que estaba dispuesto a ser convertido en cemí 9

Todo ritual, la fiesta misma, por tanto, supone símbolos, es decir objetos, actos, relaciones o formaciones lingüísticas que poseen una gran ambigüedad y multiplicidad de significados y evocan emociones e incitan a hombres y mujeres a la acción. 10

La sociedad Taína hizo de sus fiestas una parte de su cultura, Los Areitos, fueron las danzas ceremoniales de los indios taínos, fiesta colectiva con profundas connotaciones rituales, que podían durar toda la noche.

La fiesta como ritual, no contraria a la espontaneidad, a la recreación y ruptura de las formas convencionales de la vida social. La fiesta supone esencialmente eclosión del vitalismo, de la ambigüedad y la pluralidad de formas y contenidos. 11

Además de generar fenómenos y procesos que estimulan deseos y emociones las danzas ceremoniales aborígenes originan la unidad, el sentido de región o grupo étnico reforzando el sentimiento de comunidad, un sentimiento solidario que aflora y se expresa súbita o periódicamente, a través del ritual o la simbología ceremonial.

Los areytos representaban una celebración ancestral donde se perpetuaban los mitos y la historia de las tribus Tainas. Las mujeres participaban en los cánticos y bailes. Utilizaban las maracas, fotutos, flautas y tambores posiblemente confeccionado por mujeres. En los areytos ambos sexos participaban juntos o separados al igual que en los juegos de pelota que se llevaban a cabo en el batey. 12

En las prácticas rituales Taínas, los taínos consideraban la muerte como un paso hacia otras formas espirituales. De ahí que sus enterramientos se realizasen principalmente en cementerios o lugares escogidos para esta actividad. No fue esta la única y sola forma de enterramiento, ya que, al parecer, al común enterramiento en forma acuclillada, precedieron diversas tendencias. El enterramiento en cuclillas o en posición fetal era el más común entre los grupos taínos. El hombre era enterrado con parte de sus pertenencias. Los niños generalmente, llevaban una mayor cantidad de ofrendas (…) Los caciques eran generalmente enterrados con una o varias esposas. 13

Mediante el poder, los colonizadores europeos concurrieron a aplastar a los súbditos, modificaron su universo religioso aborigen, legitimaron los nuevos símbolos. Se apropiaron de sus dioses:
El dios principal era Yocajú Bagua Maorocotí (tambien conocido como Yuquiyú, Dios del Bien), quien fue hijo de la diosa

Atabey quien también tenía otros nombres como: Yermao Guacar, Apito y Zuimaco. Anteriormente se creía que Juracán era el dios malo, puesto que el panteón fue interpretado según la creencia dual del catolicismo. En realidad, había varios dioses que, cuando se unían, causaban destrucción al pueblo taíno. Juracán era el nombre que le daban los taínos a todos los fenómenos destructivos. El monte mas importante en la cultura taína era la montaña El Yunque donde hacían las ceremonias principales para su dios (nombre derivado del dios principal Yuquiyú).
El mundo taíno estaba dividido en cuatro partes y un centro, que gobernaban respectivamente el sol y su gemelo Guatauba, ambos hijos del dios Yocahú, creador de las montañas y del fuego. Coastrique, gemelo nocturno de la muerte, gobernaba las trombas de agua, apareciendo el mito del diluvio que apunta a la influencia continental. El señor del mundo de los muertos, o del paraíso taíno llamado Coaibai, era Maquetaurie Guayaba, y la Luna era Taicaraya. 14

Es evidente que las plazas o bateyes para el juego de la pelota, fueron a su vez el núcleo ritual que permitió encuentro o reunión en los cuales se tomaban decisiones, se usaban los recursos de la memoria para perpetuar historias y conocimientos tribales .

La Plaza Ceremonial aborigen de San Juan de la Maguana, merece ser estudiada de manera pormenorizada como ha sucedido con los sitios de Caguanas, en el centro de la isla de Puerto Rico y el lugar llamado el Atajadizo en la provincia de La Altagracia, estudiado en la República Dominicana. De igual manera deben ser estudiadas nuestras cuevas ya que los aborígenes del periodo llamado “taíno, utilizaron las cavernas y abrigos rocosos como centro ceremoniales de importancia.

El misticismo taíno, lo mágico religioso, pesa sobre los símbolos mentales de San Juan. Conocer y estudiar la tradición, la leyenda y el mito delineando en cada caso las diferencias entre ellos, es una tarea comprometida con la definición de las raíces identataria de nuestro pueblo.

Muchas Gracias.

1 Marcio Veloz Mggiolo, La isla de Santo Domingo antes de Colón Pág. 150
2 E. O. Garrido Puello, Espejo del Pasado El Corral de los Indios , Pág. 109
3 Federico Henríquez Gratereaux, Mito, Tradición y Leyenda, La Feria de las Ideas, Pág. 236

4 José E. Marcano M., La Cultura Taína.
http://www.jmarcano.com/mipais/historia/tainos2.html
5 Marcio Veloz Maggiolo, La isla de Santo Domingo Antes de Colón, Pág. 102, 103
6 Ibidem, Pág. 104


7 Ibidem, Pág. 108
8 http://ponce.inter.edu/tibes/cohoba.html
9 Marcio Veloz Mggiolo, La isla de Santo Domingo antes de Colón, Pag. 104
10 Alberto Galván Tudela Las fiestas populares canarias, Alberto Galván Tudela
Pág. 25

11 Eric Schwimmer (1982: 73-5


12 Natalia Prats, La mujer Taina, Cultura puertorriqueña

13 Marcio Veloz Maggiolo, La isla de Santo Domingo, Antes de Colón, Pág.111
14 http://es.wikipedia.org/wiki/Ta%C3%ADno
15Marcio Veloz Maggiolo, La isla de Santo Domingo, Antes de Colón, Pág. 150
16 Ibidem, Pág. 111


Conferencia 2: Niti territorio olvidado del Cacicazgo del Maguana

Superficie terrestre perteneciente a la actual provincia de San Juan
Conferencia ofrecida el Seminario Cultura Aborigen de Quisqueya, el día 10 de Octubre 2008, en Paraninfo de medicina de la Universidad Autónoma e Santo Domingo*

Por: José Enrique Méndez


Para entender todo el entramado sociocultural que vive San Juan provincia, San Juan ciudad, hay que entender su proceso de desarrollo físico y dentro de él lo relativo a sus nombres, abriendo nuevas luces que aclaran contradicciones y claroscuros, hasta conseguir una eslabilidad, mediante la información documental, capaz de permitir la comprensión.

En la obra San Juan de la Maguana Una Introducción a su historia de Cara al Futuro, decimos que: El cacicazgo de Maguana, una de las cinco grandes ‘provincias’ en que se dividía la isla al momento de la llegada de los españoles, ocupaba la parte central y tenía al Norte los cacicazgos de Marién y Maguá, al Sur el cacicazgo de Jaragua y el Mar Caribe, al Este los cacicazgos de Higuey y Maguá, y al Oeste, Marién y Jaragua. Según refiere Oviedo, la población de San Juan de la Maguana se encuentra a “cuarenta leguas desta cibdad de Sancto Domingo”, y según Las Casas, a continuación de la ‘provincia de Cibao’ “…por lo alto de las sierras a la mano derecha, teniendo las espaldas al norte…” está la provincia de Maguana, donde luego se pobló una villa de españoles que llamaron San Juan de la Maguana.. Queda ubicada así la villa de San Juan de la Maguana, a unas cuarenta leguas de la ciudad de Santo Domingo, separada del Cibao por las sierras que cita el padre Las Casas y entre los ríos Yaqui (hoy Yaque del Sur) y Neiba (que hoy es el río San Juan).
Según las distancias actuales, esta apreciación de Oviedo es bastante real y precisa. Si se asume que la legua ‘itineraria’ equivale a 5572 metros, la distancia de 40 leguas es de 222,880 metros, es decir, 222.88 km. Y si se asume la legua ‘marítima’, equivalente a 3 millas, la distancia de 40 leguas es de 120 millas o 222.24 km. La distancia de Santo Domingo a San Juan de la Maguana, a través de la carretera Sánchez en la actualidad es de 200 km.
Al momento de la llegada de los españoles, el Cacicazgo de Maguana estaba
conformado por los Cacicatos de Bánique, Azua, Cibao, Maniey, tenía como principales poblaciones los (Subcacicatos) de Daguao, Jayaco, Cajaya, Cajava, Guanarate, Bao, Buy, Nibaguana, Carasibana, Baní, Ocoa, Niti, Nizao, Alcobaza
Como podemos apreciar, la actual ciudad de San Juan de la Maguana tiene sus raíces en la otrora villa conocida como Sact Joan de la Maguana. Vemos como antes de la villa ya se conoce el asentamiento de aborígenes en el lugar conocido con el nombre de Niti, lugar que hoy ocupa la ciudad de San Juan. Según se afirma Caunaboa, Caonabó o Caonabo, cacique caribe de la Maguana, con su asiento en Niti donde está hoy San Juan de la Maguana participa en una acción guerrera exitosa en la costa noroeste de la isla que culmina en la total destrucción del Fuerte de la Navidad…
De modo que, Caonabo no vivió en San Juan sino en Niti, sitio que formaba parte del Cacicazgo de Maguana.
El Diccionario de palabras indígenas del Caribe, define la palabra Niti como Lugar del territorio de Maguana. De igual manera define Ni -Radical indo-antillana. Agua.
Desde antes de la colonización española, desde el valle Niti, recibimos herencia de cantares, diumbas, juegos, areítos dulces y blandos, rústicos sones de indianos timbales, esta aseveración la inferimos de los estudios de la Versión íntegra de la Carta de Diego Álvarez Chanca, con las anotaciones que le hicieran Fray Bartolomé de Las Casas Historia general de las Indias - 1552), Martín Fernández Navarrete Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles - 1825 y el médico e historiador de Puerto Rico, Cayetano Coll y Toste en su libro Colón en Puerto Rico -1893 (1)., encontramos referencias al término Niti, asociado al territorio del Maguana. Dos citas extraídas dicen:
Aquí estamos en comarca de muchas minas de oro, que según lo que ellos dicen no hay cada una dellas de veinte ó veinte é cinco leguas: las unas dicen que son en Niti, en poder de Caonabó, aquel que mató a los cristianos; otras hay en otra parte que se llama Cibao (….)
…por la mucha enfermedad que había seído en la gente, acordó de enviar dos cuadrillas con dos capitanes, el uno á Cibao, y el otro á Niti, donde está Caonabó, de que ya he dicho, los cuales fueron é vinieron el uno á veinte días de Enero, é el otro á veinte é uno (….)
El otro que fué á Niti trajo también nueva de mucho oro en tres ó cuatro partes; ansi mesmo trajo la muestra dello. Ansi que de cierto los Reyes, nuestros Señores, desde agora se pueden tener por los más prósperos é más ricos Príncipes del mundo.
En base a los argumentos antes señalados asumimos el término taíno Nití, como pueblo Yucateque, población indígena, que correspondía al cacicazgo de Maguana, en San Juan, municipio de Juan de Herrera, y su Centro Ceremonial Taíno, centro de operaciones del cacique Caonabo y la reina esposa Anacaona.
Después vendría la fundación de la villa, y de ésta hasta la ciudad que conocemos hoy, ha transcurrido un largo período de tiempo que en su devenir ha ido definiendo la vida de la comunidad sanjuanera en toda su dimensión.
Para terminar quiero citar a Georges Lefebvre en el memorable curso sobre Historiografía profesado en la Sorbonne, según el cual
debe consistir en un movimiento acumulativo tratado en profundidad y hecho de adquisiciones, correcciones, enriquecimientos, en una palabra, de progreso, presentándolo como el único camino que puede conducir a nivel científico la teoría del conocimiento, de lo que subsiste del pasado científico a través de la investigación.
Esta es una tarea para completar con el Maguana y con Niti.
Obra San Juan de la Maguana, Una Introducción a su historia de cara al futuro, de los autores Luis Enrique Matos, José Enrique Méndez, Carlos Vicente Castillo.
OVIEDO, Gonzalo (Fernández de): Historia General y Natural de las Indias. En Biblioteca de Clásicos Dominicanos; Vol. IV, Fundación Corripio, Santo Domingo, 1988. Pág. 139.
LAS CASAS, Fray Bartolomé (de): Apologética Historia. En Biblioteca de Clásicos Dominicanos, Vol. IV, Fundación Corripio, Santo Domingo, 1988. Pág. 593.
Ramón A. Ferreras. El camino del Cibao (por los fueros de mi pueblo), p.19
Enciclopedia Clásicos de Puerto Rico, segunda edición, Ediciones Latinoamericanas, 1972
http://www.proyectosalonhogar.com/Diccionario/DicctainoA.htm.
Ibídem
Carta de Diego Álvarez Chanca, Versión íntegra
http://www.fortunecity.com/victorian/churchmews/1216/Chanca.html
* Conferencia auspiciada por El Consejo de Ancianos/as de la Sociedad Taína Guabancex Viento y Agua, el Departamento de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Espeleogrupo, y el Honorable Ayuntamiento de San Juan de la Maguana,


Conferencia 3: San Juan entre el mito y la realidad

Conferencia pronunciada en el Seminario “La Trascendencia de la Cultura Popular, el Folklore y la identidad en San Juan de la Maguana”, Ayuntamiento Municipal, SJM, 14 de febrero, 2009.
Por: José Enrique Méndez
En el pensamiento filosófico yoruba hay un Odun (Ojuani Alakentu) que expresa: “El que se aparte de sus raíces, niega su existencia”.
La identidad, proceso continúo, dinámico, conlleva implícito el sentido de pertenencia, la idea de considerarse como parte de un ente, a la vez que asume la idea del otro, la diferencia con ese otro, del otro que se encuentra fuera y que nos puede ser ajeno. “Elegimos dentro de ciertos limites y restricciones, y esos limites son siempre relativos a la comunidad a la que pertenecemos, a la identidad que constantemente descubrimos y en la que ya se es alguien”
“Hay limites para aquello con lo que elegimos identificarnos y quizá límites aun más marcados para persuadir a los otros de que nos acepten como algo distinto de lo que ya nos consideran.”
La identidad abarca una red de relaciones múltiples internas y externas que las permean. Puede abarcar la familia, una colectividad humana, una clase social, un grupo de interés, la escuela, la universidad, una cofradía, una etnia, un grupo de religiosidad popular, una nación. “Comprender, en este caso, requiere considerar la articulación compleja de planos identitarios, como constitutivos de la noción social de los nosotros.”
La multiplicidad de capas identitarias opera bajo un principio de jerarquía. (…) Uno o algunos son colocados en primer plano, y así determinan y organizan a los demás. Tal jerarquía, de hecho, es un factor clave para definir la identidad.
De ella surgen representaciones mentales, significados y símbolos que nos hablan desde la realidad o desde la realidad convertida en imágenes, de etnia, patrimonio nacional, de ciudad como hecho objetivo, como espacio vivido, sentido, valorado, de las fiestas, de los ritmos y danzas propios de la región, así como de otras representaciones vivas que unen y distinguen a una comunidad.
Lo místico y lo real, lo espiritual y lo material se interrelacionan permanentemente. En él convergen --y lo conforman-- factores históricos, sociales, económicos, artísticos, culturales, filosóficos, de la naturaleza y del medio ambiente.
Tal como en tierras de nuestros antepasados en San Juan hay mucho misticismo acerca de las relaciones entre la naturaleza, las personas y la divinidad, en los elementos intangibles que las identidades sanjuaneras elevan a la categoría de símbolos.
El mito es “imaginación de la realidad”, es decir, un medio de conocimiento de la realidad convertida en imágenes.
El doctor Hippolyte Brice apunta que “los mitos no son mentiras, falsas especies del discurso con la intensión de engañar, sino la verdadera piedra angular de todas las explicaciones de orden social”.
En San Juan de la Maguana muchos son los símbolos, que como representación sustantiva de una realidad valorada gestan identidades e identificaciones.
Las manifestaciones de la mística de San Juan se dimensionan en la creencia y confianza en santos y chamanes como característica que identifica a las personas y al pueblo como comunidad. La mística y la profecía vivenciadas desde las tradiciones africanas junto a la fe cristiana concurren en un espacio de creencias taínas que cobran trascendencia en San Juan Bautista y que se extrapola al Santo Salvador, al Mesías, a Liborio Mateo, hombre elevado a la categoría de santo elemento erigido como paralelo con Jesús en tiempos de sufrimientos, de esclavitud y en la búsqueda de un nuevo sentido para la vivencia mística.
Desde la fuerza de las mentalidades, desde el accionar de la práctica sociocultural, se generan ritos y costumbres que conforman creaciones y recreaciones de la comunidad, sobre las cuales se cohesiona, se asume un sentido de pertenencia, se sustenta la vida de las actuales generaciones de este territorio.
Alrededor de un imaginario compartido se encarnan ideales, se estiman valores o méritos de crónicas que sirven para solidificar esta comunidad.
Entre mitos y realidades coexisten escenarios que se dimensionan sobre su geografía, que trascienden lo común y lo natural para multiplicarse en la obra diaria y creativa de su gente.
Perviven símbolos en la dimensión universal de las identidades de su marca como ciudad. Persisten símbolos desde sus relatos fundadores alrededor de la cultura aborigen y los rituales desde el Valle Niti, en su Batey Maguana, desde las fundaciones como Parroquia, como Villa, como Ciudad.
Perviven símbolos en las huellas del San Juan Precolombino, en las ruinas de sus ingenios coloniales.
Los símbolos en las identidades de San Juan se gestan en las crónicas de resistencia de Caonabó, en las Invasiones de los "Barriga Verde", en la resistencia de los esclavos negros, en la lucha de resistencia de Juan Sebastián Lemba y Enriquillo, hasta el martirologio de Francisco Sánchez del Rosario.
Los símbolos en las identidades de San Juan se gestan en las tradiciones sanjuaneras: Patronales, Cofradías y Mesianismo, en su Carnaval Barriga Verde.
La Fiesta de San Juan como ritual supone símbolos, es decir objetos, actos, relaciones o formaciones lingüísticas que poseen una gran ambigüedad y multiplicidad de significados y evocan emociones e incitan a hombres y mujeres a la acción.
Está vinculada a la mitología de las aguas y al rito ácueo del bautismo.
Los símbolos en las identidades de San Juan se gestan en sus elementos naturales como distintivos.
En su arquitectura como símbolo.
En la fuerza de las mentalidades. En su religiosidad popular.
En el Liborismo y su trascendencia sociocultural.
En sus personajes célebres.
En cada uno de sus hombres de letras.
En cada uno de los dones de San Juan.
En cada uno de los Típicos y Profetas.
Desde el Chenchén al Chacá, desde los quesos Arib, hasta los sabrosos quesos Punta Caña.
Desde los Toques de Palos del Espíritu Santo en el Batey, hasta los ritmos de sanación liboristas de la Comarca y Jucusión.
Desde El Cable hasta el Diario Digital Barriga Verde están presentes los símbolos en las identidades de San Juan.
Continuemos gestando un discurso colectivo, estrechando y creando lazos de identidad, fomentando los valores primarios de nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestros sentimientos artísticos, costumbre, folclor, los secretos sociales que evidencian la idiosincrasia, la vida e historia, los valores innatos, ese conjunto de creencias, conductas, actitudes, creados en el transcurso del tiempo que caracterizan a los distintos grupos humanos que hacen vida en San Juan, permitiéndole mantener su cohesión social y la memoria histórica, la identidad de los Barriga Verde.
Conformemos el plan de desarrollo cultural, donde realmente ocurra “La Trascendencia de la Cultura Popular, el Folklore y la Identidad en San Juan de la Maguana”.

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