martes, 22 de diciembre de 2009
18 FEBRERO DEL 2011: 42 AÑOS DE LA LUCHA POR EL MEDIO MILLON A LA UASD
Por: Virgilio Gautreaux P.
INTRODUCCIÓN
El pasado18 de febrero se cumplieron los 40 años del inicio de la lucha hacia un mayor y justo presupuesto para la UASD, mediante la cual la comunidad universitaria consolidaría el proceso de independencia iniciado por el Movimiento Renovador luego de la Revolución de 1965.
Situación del país previo al movimiento
El período septiembre 1965 – enero 1969 se caracterizó por fuertes pasiones políticas donde la terrible maquinaria criminal dejada por la invasión norteamericana, segaba valiosas vidas de dominicanos cuyo pecado había sido enfrentar las tropas extranjeras que ocupaban nuestro país.
La Política Económica implementada por el primer gobierno del Dr. Balaguer, se caracterizó por una extrema austeridad expresada mediante la reducción del salario real y de las nóminas gubernamentales (sobretodo opositores y personas no afectas al partido gubernamental). No obstante, era en el plano político donde más radicalmente se expresaban las llamadas “Fuerzas Incontrolables” por lo que era frecuente la aparición de cadáveres, así como las desapariciones, el apresamiento de opositores bajo cargos encubiertos. Junto a esto resurgió la práctica de la tortura que había tenido una brevísima pausa luego del ajusticiamiento de Trujillo.
En el seno de las fuerzas de oposición las diferencias ideológicas y la división de los principales partidos de izquierda, muchas veces promovidas por agentes encubiertos, impedían la conformación de una convergencia, que en el plano político, enfrentara la política contrainsurgente y la insensible práctica económica que sumía en la miseria de cientos de miles de dominicanos.
La mañana de aquel memorable 18 de febrero de 1969 era extremadamente fría, el cielo plomizo y una gélida brisa golpeaba a los desprovistos de abrigos, que eran la inmensa mayoría. Se escuchaba desde temprano en las aulas que habría movilización para las calles. Como a las diez de la mañana la Universidad estaba en pié de lucha, la muchachada universitaria recorría las facultades emocionada en medio de la multicolores banderas de los grupos estudiantiles los cuales dentro de la marcha se lanzaban epítetos entre sí.
La masa universitaria confundida en principio empezó a gritar por encima de los grupos estudiantiles: Unidad sin Banderas!!! Los grupos estudiantiles asimilaron la lección, las banderas fueron guardadas y varios miles de personas, estudiantes, empleados, profesores y autoridades universitarias se lanzaron a las calles para decirle al pueblo dominicano que la UASD no se dejaba derrotar.
Esta primera marcha que fue cruelmente reprimida a pocas cuadras del campus universitario, constituyó el bautismo de fuego para muchos de los que allí estábamos. A pesar de que ese día hubo que retroceder a los terrenos de la UASD, fue para tomar un impulso tal que jamás se detuvo la lucha. El País entero se levantó en apoyo de su universidad, se movilizaron los jóvenes, los viejos, los niños, los profesionales, los obreros, los campesinos. Los infantes gritaban: “Melio Milón alunivelcidá”.
A pocos días del inicio de esta epopeya, fue asesinado el joven estudiante del bachillerato Flavio Suero, cuyo sepelio integró miles de personas, a pesar de la fuerte represión gubernamental. Su sacrificio sirvió de ejemplo para que todo el estudiantado nacional se lanzara a las calles en apoyo a la UASD y en protesta por la política criminal balaguerista.
En esa coyuntura histórica la UASD se convirtió en la locomotora que movilizó el país y que promovió la reactivación de numerosos partidos y movimientos de oposición que se debatían en estériles discusiones internas. Hay que consignar que la maquinaria de represión política continuaba su criminal actividad, por lo que la familia universitaria fue reprimida duramente. Numerosos estudiantes fueron asesinados, otros fueron desaparecidos para dolor de sus familiares. Miles fueron golpeados con cruel saña. De estas golpizas muchos estudiantes quedaron incapacitados para continuar sus estudios. Varios profesores fueron encarcelados o deportados, mientras que a otros docentes se le impedía regresar al país a transmitir sus conocimientos. Muchos empleados universitarios cayeron en prisión y recibieron palizas por el simple hecho de laborar en la UASD o por dar refugio a un estudiante perseguido.
Los cercos policiales y militares eran frecuentes, apoyados por helicópteros y vehículos artillados. A estas acciones la UASD respondía con masivas demostraciones de protesta que constituyeron un aporte a la lucha por las libertades que en ese momento desarrollaba todo el pueblo dominicano. Esto explica porqué a los sepelios de los asesinados Profesor Eladio Peña de la Rosa y del joven estudiante Juan Melanio de los Santos, acudieron más de 100 Mil personas para protestar por la ola criminal que azotaba la República Dominicana.
Por este y otros “Pecados” (repudio a la OEA, a la visita del entonces Vicepresidente norteamericano Nelson Rockefeller, a la visita del tirano Anastasio Somoza, etc), la UASD fue duramente castigada. La ocuparon con tanques y helicópteros en 1970, 1972, 1973, 1974 y 1976.
La lucha por el medio millón en sus inicios fue abonada con sangre. El Joven Flavio Suero y muchos más debieron sucumbir antes de verse coronada con éxito esta lucha a favor de la juventud dominicana. Vaya hacia ellos nuestro sincero reconocimiento.
Consideramos que el Consejo Universitario y la FED debieran realizar un pequeño reconocimiento hacia todos aquellos profesores, empleados y jóvenes estudiantes de entonces y de siempre, que en todo el país se levantaron en apoyo al único reducto de libertad surgido de la guerra de abril: nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo.
EPILOGO
A pesar de la brutal represión de miles de efectivos militares y policiales modernamente equipados con carros de asalto, vehículos artillados, helicópteros y los miles de macanazos, patadas, bofetadas y bombazos; a pesar de la enconada resistencia de los enemigos tradicionales del avance social del pueblo dominicano, los cuales solapados tras la prensa se oponían rabiosamente a la lucha de la UASD; a pesar del odio y rencor de las autoridades del gobierno del Dr. Balaguer, la lucha por el medio millón a la UASD, culminó con éxito. Lo cual no fue sólo un triunfo para esta Universidad, sino para todo el pueblo dominicano. Esta idea se apoya en lo siguiente:
- Tan pronto se inició el pago de los recursos a la UASD se expandió la planta física, se crearon nuevas carreras técnicas, se abrieron centros regionales que posibilitaron que centenares de bachilleres pudieran en sus poblaciones continuar una carrera universitaria. Al principio estos centros enfatizaban en la formación pedagógica con miras a elevar el nivel de nuestros educadores, posteriormente se diversificaron las opciones académicas.
- Gracias a la labor de difusión política y cultural de la Universidad durante la etapa de lucha, se elevó sustancialmente la matrícula estudiantil, no sólo en la UASD, sino también en otras universidades. Se popularizó y democratizó la Universidad como mecanismo de superación personal, lo que trajo como resultado que surgieran, tal cual flores en una pradera, otras universidades.
- Miles de jóvenes de todo el país descubrieron y potenciaron sus capacidades intelectuales e hicieron conciencia de la posibilidad de continuar sus estudios superiores, que hasta ese momento les estaba vedado. El país fue el principal beneficiario de este proceso.
- Las autoridades universitarias de entonces que dirigieron la lucha por el medio millón, encabezadas por el valeroso, honesto y capaz, Ing. Andrés María Aybar Nicolás, trazaron con firmeza cual sería la filosofía académica de la UASD para el futuro. Actualmente esta universidad tiene inscritos 190 mil mil jóvenes estudiantes, la mayoría de escasos recursos económicos, hijos de trabajadores, de empleadas domésticas, de mecánicos, de campesinos, de costureras, de rasos de la guardia y la policía, de lavanderas, de plomeros, de carretilleros, de bomberos, de soldadores, de pescadores, de viejas rezadoras, de choferes, de tamboreros. También están los hijos de las enfermeras, los frieros, los pintores de brocha gorda, de los cobradores de guagua, de las desrrizadoras, de los vendedores de frutas, de los brilladores de calderos, de las obreras de zona franca, de los peloteros que no firmaron, de las fritureras, de maestros constructores, de buhoneros, de limpiabotas, de lavadores de carros, de los evangélicos, de los verduleros, de los sastres, de los zapateros y de los guachimanes.
- También hay muchos hijos de profesionales, de dueños de banca de apuestas y compraventas, de medianos empresarios, de algunos Diputados y Subsecretarios, de ferreteros, de ricos “democráticos”, de los periodistas, de terratenientes, de dueños de colmados, de prestamistas, de oficiales de los cuerpos castrenses, de los riferos y de los pequeños burgueses que no pueden pagar las universidades caras. En fin, en la UASD caben todos aquellos que merecen una oportunidad. No hay política de exclusión por género, raza, nacionalidad o religión.
- Para hacer más democrática esta filosofía, la UASD tiene locales de enseñanza en Barahona, Santiago, San Francisco de Macorís, Valverde Mao, San Juan de la Maguana, Nagua, Higuey, Bonao, Hato Mayor, La Vega y Puerto Plata. En Santiago Rodríguez hay una dependencia del centro universitario de Mao. Se estudia la instalación de una extensión en San Cristóbal. Hay un local en la parte oriental de la ciudad capital donde se imparte docencia. Con esta visión la Universidad lucha denodadamente para continuar cumpliendo su rol de fragua social donde se forjan anualmente miles de profesionales para la patria de Duarte, Sánchez y Mella.
- Ese es el máximo legado de aquellos jóvenes estudiantes que en 1969 con su sangre generosa, abonaron el camino para las generaciones futuras.
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