De Wiki San Juan
Repercusiones En Nuestros Días
LEMA: "Sobre cenizas construiremos"
Fecha; 1 de Noviembre de 1993
San Juan de la Maguana, R.D
Ensayo
Jurado:
1) Mariano Lebrón Saviñón 2) General Ramiro Matos 3) Daniel Balcacer
La Batalla-guerra- de Santomé como todas las guerras dominico-haitianas no fue localista sino guerra de resistencia nacional (1). Allí se encontraron combatientes venidos de toda la geografía de la República recién creada el 27 de Febrero de 1844, bajo la inspiración patriótica de Juan Pablo Duarte, el más puro de todos los dominicanos de entonces, y que al decir de uno de sus biógrafos estaba "más cerca de los ángeles que de los hombres (2).
Para algunos (3) el análisis crítico de esta batalla deja en el ánimo una idea confusa de lo que allí ocurrió, pues según éstos hay hechos que por la incoherencia con que son relatados impresionan como inexactos y detalles que tienen colorido de irrealidad. Para Garrido, por ejemplo, el duelo clásico que se atribuye al general José María Cabral, y al general haitiano Antoine Pierre, Duque de Tiburón, plasmado en un patético mural en la pared este de la Biblioteca Municipal de san Juan de la Maguana, como muestra fehaciente a las presentes generaciones de aquella inmortal epopeya. Para marco Cabral y Máximo Gómez, testigos y combatientes de aquellas luchas, el duelo es real.
En ese mismo sentido se ha apuntado que ni siquiera están de acuerdo los narradores del histórico suceso en señalar sin discrepancia quién fue el jefe superior de la batalla. Sin embargo cuando se menciona en nuestros textos o en conversaciones de salón la "Batalla de Santomé" es imposible dejar de asociar automáticamente el nombre del general José María Cabral, como el anverso de esa moneda. Más aún, no existe hasta ahora ningún autor tentado siquiera de omitir su nombre. Sólo Garrido Puello intenta retorcer en un acto inaudito y anti-histórico el curso de los acontecimientos, atribuyendo la victoria de Santomé a su ascendiente coronel Eusebio Puello, por haber salvado- según él- de un inevitable suicidio al general Cabral. Nada más torpe para promover grandeza de familia y herencias históricas con qué privilegiar grupos socialmente influyentes a la hora de las decisiones de poder.(4)
Nos parece razonable pensar que el hecho de los méritos acumulados por Cabral hasta entonces y su posición ideológica no consono con el pensamiento conservador y autoritario del "Excelentísimo General Libertador"(5), presidente de la República tiene mucho que ver con esta disparidad de criterios. El mismo general Santana, es quien nombra al general José María Cabral "Jefe Interino de la Frontera", al enfermarse el titular del cargo, coronel Eusebio Puello. !Por qué un coronel aparece siendo jefe por encima de un general trastornado el clásico esquema jerárquico? Sencillo: El coronel Eusebio Puello y Santana conocían las ideas de Cabral; más aún, es posible que Santana conociera de las ideas liberales de Cabral por mediación de Puello, que era conservador y alineado políticamente con Santana. Más tarde esto se iría a evidenciar con la posición que tomaría Cabral junto a los restauradores, Mella y Luperón entre otros, y su defensa de la soberanía nacional, en contraste con la que tomarían Santana y Puello, luchando contra sus propios hermanos junto al imperio español y a las ideas anexionistas.
Al general Cabral, se le considera adversario político del general Santana, presidente entonces por segunda vez; sin embargo, el propio presidente de la República sabía de su entereza patriótica y de su habilidad militar "para encararse a los acontecimientos que se avecindaban". Fue el mismo Puello, quien se lo expresara cuando le responde una nota en estos términos:
"digna de poner en su conocimiento es la bella conducta del general Cabral la cual me empeño en eternizar más y más..."
Fueron las supuestas o reales gestiones anexionistas de Santana frente a los estados Unidos, de los cuales era agente el aventurero Gazneau, lo que haría decidirse al emperador haitiano Faustino I, conocido también como Soulouque, a ordenar una movilización nacional y organizar con labradores y campesinos un ejercito de 30,000 hombres (6). Para el 18 de diciembre de 1855, cuando el ejército haitiano al mando de Soulouque se toma las avanzadas dominicanas de "La Meseta" y "Cachimán", y mientras el general Aniceto Rodríguez, jefe en Comendador, se repliega a Las Matas de Farfán, ya se encontraban allí el general Cabral y Eusebio Puello. Soulouque se preparaba para tomarse a San Juan de la Maguana y Barahona.
Fue precisamente el general Cabral quien escogió las tropas y el terreno donde se abría de hacer la resistencia definitiva al ejército invasor tan sólo cuatro días después. La elección del lugar resultó VITAL para la defensa de la soberanía y las derrotas de las fuerzas haitianas, tres veces más numerosas que las nacionales. Sólo un jefe y alto estratega militar podía tomar una decisión de esa naturaleza. Nadie tampoco menciona a otro que no fuera a Cabral en esta estrategia.
Juan Contreras, aparece nombrado por Santana como jefe Superior del ejercito Sur, que marcharía a San Juan, de acuerdo al historiador J.G.García. Pero al mismo tiempo dice que "el cuerpo del ejercito al mando del general Contreras, que era el más respetable- a Neyba se había mandado otro ejercito a cargo del general Sosa -, fue dividido en tres columnas cuya vanguardia era mandada por Cabral, Contreras en el centro y Bernardino Pérez en la retaguardia. Nadie menciona al general Contreras en las actividades militares anteriores al 22 de diciembre en la zona, sino para indicar que perdió el mando superior por disposición del gobierno, mientras que otros lo atribuyen a que sufría ataques epilépticos (7). Es precisamente a Cabral a quien se elogia "lo bien planeada de la defensa" (8).
Abierta en abanico en dos alas y un cuerpo; a la derecha, hacia el fundo de Pepe Herrera; a la izquierda, hacia él limite con chalona; en medio, un cuerpo central equidistante de ambas, en el viejo camino Las de Farfán - San Juan de la Maguana. Los haitianos acostumbraban atacar en esa misma forma con la idea de rodear a su enemigo.
Cabral conocía la estrategia. Cuando se le designa jefe de las fronteras, una de las ordenanzas que se les da es la de introducir espías dentro del enemigo. Con suficiente tiempo se conocía ya de los preparativos de invasión. Un año antes, ya se sabía.
Es Cabral y no Contreras quien recibe la enorme responsabilidad de "mantener el orden en los puestos fronterizos y defender el país de cualquier invasión enemiga" (9). Dice Gutiérrez Félix, que el jefe de las tropas dominicanas en la frontera era el general José María Cabral, quien tenía por ayudante al coronel Eusebio Puello, y como segundos a los generales Juan Contreras y Pedro Florentino, entre los más destacados (10).
El acucioso investigador de hechos históricos dominicanos Franklin J. Franco, hace encabezar al general una lista de "los más experimentados oficiales para la defensa de esos lugares", entre los cuales cita a Juan Contreras, Eusebio Puello, Modesto Díaz, Santiago Suero, José María Pérez Contreras y otros (11). Para este investigador, la defensa de San Juan de la Maguana y Barahona era vital.
Enclavada la primera en la cabeza del fértil valle de San Juan y la segunda, cercana a los pies del valle de Neyba, eran los principales puntales de la agricultura y ganadería de la región, que tenían para ambos bandos en contienda un tremendo valor estratégico logístico, pues del dominio de esas regiones dependía el abastecimiento de los respectivos ejércitos en campaña (12). Por tal razón Santana, dispuso de las mejores tropas y de los más experimentados oficiales. Cabral al frente. En la vanguardia. Como jefe de mando de la frontera. Responsable de contener cualquier invasión (13).
Treinta y dos años después, un 27 de febrero de 1888, el periódico "El Eco de la Opinión" número 427, seguiría afirmando que: "el general Cabral, era el jefe de la expedición". El mismo Cabral lo había confirmado tres meses después de la victoria al redactor del periódico "Oasis" del 24 de marzo de 1856, cuando dice que: "es muy cierto que en la batalla de Santomé tenía yo el mando en jefe del cuerpo de ejército que en calidad de vanguardia dispuso el Excelentísimo General Libertador, que fuese el primero que pusiese al enemigo, invistiéndome a mí del mando de aquellas fronteras".
Habría entonces que concluir con Garrido: "la mayor suma de las narraciones concuerda en que el verdadero jefe de la batalla de Santomé, lo fue por una razón u otra, el general José María Cabral".
Qué significaba para la República la victoria de Santomé? Santomé sellaba definitivamente con una contundencia y objetividad irrefutable el mito de la indivisibilidad de la isla propuesto por Toussaint Loverture, y enseñado en las escuelas haitianas como dogma desde la fundación de la República haitiana en 1803. Santomé definía para siempre el asunto de la frontera. Era la última carta que jugaba sobre la existencia real de dos Repúblicas compartiendo la misma isla. Era la segunda ala del mismo pájaro, como reconocerían en nuestros días los últimos dirigentes haitianos (14).
Los dos siglos de discusiones sobre territorialidad fronteriza desde Nimega, pasando por Ryswick y Aranjuez, hasta desembocar tristemente en Basilea en 1795, con la pusilánime entrega de España cediéndole y abandonando en toda propiedad la parte oriental de la isla a Francia, había terminado con Santomé, rematando ese mismo día el asunto el general Francisco Sosa, en Cambronal, y Juan Luís Franco Bidó, treinta y tres días más tarde en Sabana Larga, con los reductos de los ejércitos haitianos en desbandada, que el emperador Soulouque intentó reorganizar en Juana Méndez infelizmente.
Cierta incredulidad dejada traslucir por Garrido sobre detalles de Santomé (15) podrían explicarse a la luz de la lógica reinterpretando los hechos. Por ejemplo, la derrota del ejército Haitiano pese a su superioridad numérica calculada en unos 12,500 hombres, frente a tan sólo 4,000 hombres Dominicanos de acuerdo a la apreciación de Marco Cabral, participante en la guerra. La táctica y estrategia usada por el general José María Cabral, puede explicar desde el punto de vista puramente militar este hecho.
El general Cabral debió conocer el dato, no sólo porque las avanzadas dominicanas venían reculando desde "La meseta", "Cachimán" y "Comendador" frente a la desigualdad numérica de los contendientes, que hace a las tropas dominicanas replegarse. El mismo Cabral,, que está con Eusebio Puello en Las Matas de Farfán, tiene que replegarse, hasta la Sabana de Santomé. Pero replegarse desde el punto de vista táctico militar, no es perder, como erróneamente piensa Garrido Puello. Replegarse, es acomodar las tropas a mejores posiciones. El famoso "repliegue a Masaya" de los combatientes sandinistas frente al ejercito somocista en Nicaragua, en 1979, es otro ejemplo que ha debido inspirarse en el conocimiento de hechos históricos que le precedieron como el de Santomé.
Prácticamente derrotados en Managua, la capital, frente a un ejército más numeroso y mejor armado, los comandantes de aquella otra gesta centroamericana ordenan replegarse a otra ciudad distante unos 50 kilómetros, donde probarían la derrota los opresores.
Cabral, entonces, organiza en la "Sabana de Santomé" su ejército "desde las tres de la madrugada", empezando la batalla a las ocho de la mañana de aquel día memorable: 22 de diciembre de 1855.
Aquel día y a aquella hora, "trabaron las fuerzas de Cabral y de Soulouque, una de las más encarnizadas batallas de todas las guerras dominico-haitianas" (16).
El número del enemigo parecía imponerse, Cabral se mueve ágil desde la posición que está defendiendo en el centro hasta el ala derecha en el fundo de Pepe Herrera, done están debilitando la defensa. "Tres veces desaloja a los haitianos del fundo, y tres veces volvieron a ocuparlo" (17).
Cuando alguien considera que Cabral se está exponiendo mucho le advierte que no es allí su lugar, que puede peligrar de un momento a otro. Es entonces cuando surje la famosa respuesta -"Yo no estoy aquí para cuidad mi vida sino para salvar la independencia nacional", Así no hablan los candidatos a suicida ni los temerosos de la muerte, no importa que las posibles amenazas vengan del mismo Santana, general de horca y cuchillo, fusilador impenitente.
Debió ser cerca del mediodía, en pleno fragor del combate cuando Cabral ordena su último repliegue. Replegarse no perder. Mete sus tropas "en la ceja occidental del río san Juan, en medio de los bosques que bordean el río (18).
A las nueve de la mañana, viendo las dificultades sobre el terreno "envía un ayudante suyo a caballo en busca del Batallón Baní" (19).
Su llegada sería providencia después de la 1;30 de la tarde. Fue la providencia de Cabral con esta orden precisa en el momento preciso, y no la 'providencia divina"; lo que salvó la situación (20). En el Batallón Baní, había un joven de unos 20 años llamado Máximo Gómez, que tuvo presente cuando José María Cabral, derrotó en duelo personal a Antoine Pierre, Duque de tiburón, y le cortó la cabeza (21).
Allí aprendería a pelear "A carga de machete"; allí la táctica de "Tierra Arrasada" quemando pajonales con el enemigo dentro.
Estas tácticas le dieron fama en las guerras de independencia del pueblo cubano, y sólo mencionar su nombre constituiría el terror para los colonialistas españoles. Esas experiencias en Santomé, lo iban a convertir en "Generalísimo y en Libertador" de un pueblo que aunque no era el suyo lo iba a reconocer para siempre como uno de sus hijos distinguidos. Santomé, iba a dar al joven Máximo Gómez dos cosas: Primero su vocación de internacionalista en una América que era de todos, preconizada por Bolívar y reafirmada por Martí, y ahora demostrada con hechos por Gómez; y segundo, iba a cambiar definitivamente la "contaminación" sufrida por este y algunos hombres de su época, que como Santana, Báez, Eusebio Puello, no eran capaces de pensar una República fuera de la tutela española. Máximo Gómez se quitó de encima, bajo el mando de José María Cabral esos reductos de ideas conservadoras, atrasadas.
No, el repliegue final que hiciera Cabral en la ceja occidental del río San Juan mientras esperaba el "Batallón Baní", no había sido una huida. No cabe duda que fue "una gran emboscada" al ejército haitiano para que entrara de lleno en la sabana. La quema de los pajonales no podía ser casual. Cabe aquí mencionar el juicio del testigo J.R. (22): "el plan de batallas estaba ya concebido con el genio militar Cabral..."; por otro lado, Garrido se hace eco de"... lo bien que estuvo planeada la defensa..."
Es fantasioso afirmar que Cabral quiso suicidarse, que se deprimió tanto con una supuesta "derrota" en la mañana, que hasta hizo testamento y se moría de miedo ante la supuesta amenaza de muerte que pendía de su cuello proferida por Santana y el antecedente de haberle fusilado dos hermanos por chismes políticos.
El coronel Puello había sido el receptor de ese "testamento". Es apostasía y al mismo tiempo puerilidad tal grosería histórica. Allí no había tiempo para otra cosa que no fuera para pensar en la gloria de la República, como lo confirma las palabras de Cabral en el fundo de Pepe Herrera: "yo no he venido a cuidar mi vida sino para salvar la independencia nacional". Así no hablan los deprimidos, los candidatos a suicidas, sino los revolucionarios conscientes de su misión histórica. Los méritos de los próceres no podían ni entonces ni ahora ser minimizados así para engrandecer a otros. Al César, siempre lo del César.
La derrota haitiana podía y puede aún explicarse por dos hechos más: Las características del ejército haitiano de la época, y la actitud psicológica de los "dominicanos". Había ya, un sentimiento de "dominicanidad".
Si bien es cierto que los generales y oficiales haitianos tenían fama de valientes, algunos de los cuales eran verdadera leyenda en su historia militar como Garat, que había participado en la emboscada que ultimó a Dessalines, el tendón de Aquiles de su ejército consistía en que '...sus tropas estaban constituidas en su mayoría por agricultores que fueron a disgusto a la guerra porque se les arrancó de los campos en la época de la cosecha de café..." (23). Por otra parte, 'la guerra contra los dominicanos en la cual no obtenían jamás victoria alguna, había llegado a ser muy impopular entre ellos" (24). Estaban muy previstos y armados, pero carecían de todo entusiasmo. Estaban obligados a luchar a la fuerza como todo ejercito invasor de entonces y de ahora.
En cambio, los dominicanos, famosos en el manejo del machete y del sable, y muy temidos por esto, tenían ya noción de patria, de dominicanidad, de defensa de lo que ya le pertenecía y cada vez más defendían con encono su tierra. Desde las desvataciones de Osorio de 1605 y 1606, según Américo Lugo y Peña Batlle, las protestas que habían seguido a aquellas, "ya eran dominicanas". Pedro Mir investigando más tarde sobre la "cuestión nacional", haría semejante afirmación. Lo dominicano pues, era un hecho.
Cuando el abanderado del "Batallón Baní", Hipólito Caro,"...corre se precipita delante de Cabral y eleva su bandera casi entre los enemigos, el batallón se lanza en pos de su bandera..." (25).
Eso era prueba de dominicanidad. Y mucho antes aún, cuando Tomasa Cruz, caía muerta exclamando en plena calle" "Isla mía, Patria mía" al saberse la noticia en santo Domingo de la cesión a Francia por parte de España de la parte oriental de la isla mediante el tratado de Basilea de 1795, ya había comenzado a formarse una "conciencia patriótica" (26).El término "dominicano", parece usado por primera vez por Núñez de Cáceres en su declaratoria de independencia de 1821. (27) Ninguna de las guerras de resistencia y afianzamiento definitivo de la soberanía y la geografía nacional, fue más grande que otra porque todas cumplieron su cometido de atajar y derrotar la insistencia haitiana de dominio total en la isla. Tan meritorio fue Cabral en la defensa del centro en Santomé, conteniendo, imponiéndose y liquidando al Duque de Tiburón, como Francisco Sosa en el Sur, conteniendo, imponiéndose y liquidando al Duque Leogane.
Lo mismo podemos decir de Franco Bidó en el norte, contra los reductos de los derrotados intentando un último esfuerzo infructuoso en Sabana Larga.
Conclusión
Nunca más volvió a dudarse de cuales eran los verdaderos límites de la República. El problema de la frontera quedó resuelto con Santomé al margen de las influencias que las potencias habían jugado en este sentido en el pasado histórico de las dos Repúblicas que compartían la misma isla. Las últimas esperanzas haitianas hablaban de un Haití comenzando en el Río Yaque del Sur.
Es decir en la misma Azua. Pero de Azua habían sido desalojados por la espada anti haitiana de Santana. Cabral, los había colocado definitivamente de Cachimán y Juana Méndez hacia occidente, del lado del río Artibonito. Desde Santomé, ya no se discutió más sobre fronteras.
Duarte y los trinitarios habían encontrado justificación en el general José María Cabral, héroe indiscutible de la gesta gloriosa de Santomé.
Bibliografía 2. : Joaquín Balaguer; en : "El Cristo de la Libertad" (3), (4), (8), (15); Víctor Garrido; en: "Los Puello", páginas 124-125-;133-134
(5) : Así llama el general Cabral a Santana, en una correspondencia que le contesta (citado de Garrido, en "los Puello").
(6): Euclides Gutiérrez Félix en: "El Nacional", 23 de Febrero de 1993
(7), (25) : Marco Cabral; en : La entrega de Salvave (Sobre la batalla de Santomé)
(9): Emilio Rodríguez Demorizi; en: "Guerra dominico-haitianas"; página 138
(10): Euclides Gutiérrez Félix; en: "La Batalla de Santomé" - Los pueblos y su historia -; articulo, "El Nacional, 27 de diciembre de 1992, página 20.
(11), (12): Franklin J. Franco; en: historia del Pueblo Dominicano, página 241
(14): Jean Bertrand Aristide, presidente constitucional de Haití, Febrero de 1991; discurso público.
(16): Frank Moya Pons; en: Manual de Historia Dominicana, página 317
(17), (18), (19): Teniente General Ramiro Matos G., E.N., y Primer teniente José Miguel A. Soto J., E.N; en; "Batalla de Santomé", articulo; revista de las Fuerzas armadas Dominicanas; edición Noviembre- Diciembre, 1982, página 68
(20): Algunos narradores creen que "los elementos y la providencia transformaron la derrota en victoria" (Garrido, en 'Los Puello")
(21): Euclides Gutiérrez Félix; : en: "Máximo Gómez" - Los pueblos y su historia, perfil biográfico -; articulo, "El Nacional", 17 de noviembre de 1991, pagina 24.
(22): J.R., "Testigo Ocular" ; en : "El Eco de la Opinión", No. 427, 27 de febrero de 1888
(23), (24) : Historia Gráfica de la República dominicana; José Ramón Estrella; editorial taller, 1986, página 180
(26): Euclides Gutiérrez Félix; en ; "El tratado de Basilea"; El Nacional 25/7/
(27): Jimmy Durán; en : "Nacionalistas, ni Chauvinista... (Idem)
ResponderEliminarExcelente articulo, gracias por tan valiosas y reales informaciones historicas.