martes, 22 de febrero de 2011

PATRIA: DEFENSA DE LO QUE NOS PERTENECE







Dr. Sobieski de León

Si la identidad esta determinada por la convivencia alrededor de factores sociales comunes al desarrollo de los grupos humanos, y el instinto gregario del homo-hominis no es otra cosa que expresión de supervivencia, el concepto de "nacionalidad" esta asegurado ad-infinitum.

Sobrevivir a la adversidad fue un imperativo primigenio.

Para dominar un territorio determinado hubo que someter primero con el concurso de la inteligencia el predominio de las bestias sobre la territorialidad. Vencida la bestia "irracional" surgió la bestia "racional". Del mismo homo-sapiens, de lo más profundo de su materia cerebral organizada, surgió la irracionalidad de la posesión.

Si especies inferiores como los peces poseían un "instinto de territorialidad", y las aves manifestaban un sentido de inviolabilidad de sus demarcaciones, el humano no solo heredo estas características de especies precursoras sino que transgrediéndose a sí mismo cambio su propio concepto de "seguridad". Los muros que erigía con el devenir de la historia se agotaban en su intención proteccionista y terminaron aislándolo en sí mismo o en grupos.

Con la aparición de "las armas" en manos humanas nació la ley del exterminio y de la extensión territorial, y con ella, la desaparición de toda seguridad sobre la tierra.

La "nación" surge entonces como instinto colectivo de supervivencia; porque en el fondo de toda historia social y humana del hombre y la mujer esta sobrevivir, no solo biológicamente frente a las precariedades materiales que se le planteen, sino socialmente frente a la muerte, inevitable pasajero en las estaciones de llegada o partida del ser.

Respirar en el pedazo de atmósfera que nos toco nacer y donde también respiraron nuestros ancestros ese aire cálido que los hermanaba, o compartir el trozo de azul celeste que corona por igual angustias y esperanzas, es ya estar identificado bajo un mismo escenario para escribir la historia. Nuestra historia.

Ese ambiente, mas un símbolo cualquiera que lo represente a nuestros ojos combinando colores, y al mismo tiempo un canto que sea resumen de las heroicidades cotidianas, estimulo para seguir fraguando el provenir, enmarca la idea de mayor identidad social: La Patria.

Es la patria un concepto obsoleto o solo la crisis de una identidad superior cualitativa? La Patria siempre existiera puesto a que ella no es otra cosa que perenne palpitación del bienestar colectivo accionando en un espacio físico determinado. Y más si allí nacimos y recibimos la legitima enseñanza de la vida y obra de nuestros legítimos antecesores purificados en el crisol de su dignidad y su decoro.

Patria, es Aire, Tierra, Agua, defendidos con inteligencia por el fuego de la razón y las ideas. Ahí están ya los cuatro elementos de los antiguos griegos y su cosmogónica.

Lo que ocurra en nuestro pedazo de geografía nos compete a todos, y estas mismas palabras esgrimidas en defensa del derecho que nos asiste, es ya de por sí aletear de "dominicanidad", gentilicio de nuestra sangre, himno y bandera que no puede parecer nunca.

No fue en 1844, en concertada Trilogía, nacimos a la Patria sino que confirmamos entonces nuestro destino nacional. Fue mucho antes cuando una mujer avergonzada del "regalo" de España a Francia de nuestra tierra con todos sus hijos e hijas dentra, cayera muerta en plena calle exclamando traspasada de dolor: "Isla mía, Patria mía". Y aun más antes, cuando frente a las invasiones extrajeras de 1605 y 1606, hicieron sus habitantes,

Unidos, un muro de contención contra las ambiciones imperiales.

Definitivamente había nacido el alma de Nuestra Patria Dominicana para siempre.

SEMINARIO NACIONAL "DOMINICANIDAD E IDENTIDAD"

Instituto Sanjuanero de la Cultura

San Juan de la Maguana

14 de Diciembre de 1996

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