miércoles, 23 de marzo de 2011
SINFONIA DIURNA PARA UNA MUJER
Nicolás Mateo
Quiero verte desvestida de blanco
Sin luces que desnuden tu geografía
Ni colores que manchen tus labios púrpura
Más allá del firmamento y la distancia
Verte despacio por los pasillos de la vida
Es lo que sueño
Arrinconada de amor a un instante cualquiera
Enteramente entregada a la pasión
Oculta en el susurro de un beso
Sueño tenerte mojada en medio del éxtasis
Ambigua como el hilo del tiempo
Que se arrastra en las manecillas del reloj
Sueño tu cuerpo
Entregado a la tempestad y a la calma
Decididamente atrevida
Inventando gritos que desoigan la paz
Quiero habitar tu aliento
Sublevarme en tu boca de Azucenas
De duendes y pétalos recién soñados
De clavo dulce y Azafrán
Sueño con tu horizonte remojado en el mío
Y en una apócrifa muerte
Abandonar mi esencia en el instinto
Quiero romper mis cadenas
En la pasión de tu fragua
Y arder como residuo de volcán
Que no se resigna a la espera
Mientras tiño de ti mi suspiro
Quiero entregarme a tus aciertos y duda
A la razón más sublime que te hace vivir
Sueño con mudarme a tu piel
Con masticar tu sonrisa
Para escapar al olvido
Sueño con mi barco navegando tus mares
Y tus olas llevándome a la arena
Para anclar en ti eternamente
En la última ronda quiero tocarte
Como diosa que posee la vida
y de un sorbo beberme tu néctar
Tu néctar caliente
Que sin quemarme me quema
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