domingo, 19 de junio de 2011

Patronales de San Juan Bautista …las fiestas de San Juan

Apuntes de la obra inédita

SÍMBOLOS

de

IDENTIDAD SANJUANERA

José Enrique Méndez/Bismar Galán


....las fiestas de San Juan purifican y destruyen lo viejo, lo contaminante, a la vez que cohesionan al pueblo a través de su segmentación ritual interna.[1]

San Juan el Bautista es relato simbólico, sagrado, mito de un acontecimiento originario, en el que por virtudes particulares actuó sobre él el mando protagónico de Dios, con el propósito primario de dar sentido a una realidad significativa: la realidad de transmitir como semilla regresada las virtudes del prometido Elías, y que se hicieron manifiestas en él. San Juan el Bautista es realidad que tomó como base un hecho real, histórico: el ser escogido como precursor de Cristo, y quien le bautizó en el río Jordán.

San Juan el Bautista es tradición cuando adquiere un carácter social, de participación colectiva, como hecho auténtico y con participación de los más diversos estratos sociales. Por eso cada 24 de junio, con motivo de la celebración de las Fiestas Patronales de San Juan Bautista, el personaje es mito, tradición y leyenda en San Juan de la Maguana.

La fiesta de San Juan como ritual …supone símbolos, es decir objetos, actos, relaciones o formaciones lingüísticas que poseen una gran ambigüedad y multiplicidad de significados y evocan emociones e incitan a hombres y mujeres a la acción.(…) Está vinculado a la mitología de las aguas y al rito ácueo del bautismo.[2]

El antropólogo canario José Alberto Galván, de gran experiencia en el estudio de símbolos, refiriéndose a estas fiestas, expresa que … las fiestas de San Juan purifican y destruyen lo viejo, lo contaminante, a la vez que cohesionan al pueblo a través de su segmentación ritual interna.[3] Mientras, el folklorista dominicano Dagoberto Tejeda, en texto acerca de San Juan de la Maguana, nos explica cómo:

San Juan en la tradición es un santo cumbanchero que le gustan la diversión y las fiestas, siendo considerado por algunos como mujeriego, a la vez que la simbolización con el agua, recuerda en la raíz de negros africanos muchos ríos de su territorio y por su referencia con algunas deidades, como el caso por ejemplo de Changó, representación del trueno y de la tempestad de los Yorubas, o de Calunga, Deidad suprema del mar y de la muerte en algunos lugares de la región Congo-Angola en África.

San Juan bendice todo lo que hay sobre la tierra, los campos, las montañas, los ríos y las fuentes, llegando a convertirse en un culto agrícola y ganadero.[4]

La tradición es contada, recreada y por tanto alcanza vigencia colectiva. César Canó F. nos narra cómo en el pasado:

…la madrugada de ese día era turbada por el ir y venir de quienes se levantaban a esa hora para hacer zabullidas en el rió, que entonces era caudaloso, y con ello conmemorar la misión del precursor en el Jordán, mientras camino del rió y por las calles no dejaba oírse mas de un coro cantar.

“Si San Juan supiera

cuando es su día

el cielo y la Tierra

se juntarían”[5].

Digna de recordar es la tradición arraigada en las comunidades de San Juan relacionadas con el pelo, contadas también por César Canó F. sobre el corte que hacían de su cabello las mozas, con la esperanza de un renacimiento más hermoso de esa parte …como renació el ardor de la prédica de San Juan en los labios Divino del Salvador.[6]

Afanosas las tijeras del barbero y personas de ‘‘buena mano’’ pasaban las mañanas del 24 talando pelambre en las femeninas testas, ansiosas de lucir mejor cabellera que la que Dios dispuso tuvieran. No deja esto también tener su simbolismo aunque el pueblo lo hacia inconscientemente. El santo precursor fue degollado y su cabeza cubierta de los cabellos que caían de su rostro fue entregada a Salomé para satisfacción de un criminal capricho, cabeza esta que simbólicamente fue ajustada al cuerpo del precursor cuando la buena nueva que Él anunció tomó cuerpo en Cristo, el Rey del Amor, y siguió y seguirá triunfalmente a través de la iglesia por Él Creada. Así las doncellas se desprendían de su cabellera esperando que esta renaciera mejor, como renació el ardor de la prédica de San Juan en los labios Divino del Salvador.[7]

Interesante es recordar a las nuevas generaciones, las tradiciones, las maneras en que nuestros pueblos celebraban el día mágico de San Juan. Es interesante recordar las corridas de caballo, cómo vestían los hombres de a caballo y los de a pie. La nitidez de los trajes. Cómo resonaban los cascos de los caballos en un acompasado ritmo que incitaba a bailar y a rememorar los años anteriores en que se imponían los más elegantes y veloces corceles. Y de nuevo la bella amazona sanjuanera en su delicado pose, en la belleza de esa sonrisa propia de una hermosa tarde del día de San Juan.

Y no son cosas del pasado, aunque hayan sufrido los cambios que impone el paso del tiempo. En un testimonial artículo de Ivelisse Villegas y Solange De La Cruz Matos acerca del significado de las celebraciones de San Juan, publicado el 24 de junio del año 2006 en el periódico dominicano Listín Diario, las autoras afirman que:

Este viernes 24 de junio, se celebra el día de San Juan Bautista, festividad que adquiere mayor fuerza y diversidad en este municipio por el sincretismo que conforme a la tradición, en el amanecer del 24 se sucede una procesión de gente que acude a darse un baño de despojo al río San Juan. Es una forma de renovarse y librarse del sueño de San Juan. Durante el baño cantan la estrofa: “Si San Juan supiera cuál fue su día, subiera y bajara a alabar a Dios”.

Pero no solamente existe la tradición del baño, sino que la gente recoge agua del río, la que consideran bendita, y este día las mujeres se cortan el pelo para que se le ponga abundante y bonito. “No hay agua más buena en el país que las de río San Juan”, asegura el senador Ramón de la Rosa.

En la víspera de San Juan Bautista, los visitantes se multiplican, llegan de cualquier punto del país. Pero la cantidad de gente que hoy día sigue la tradición del baño es menor, lamenta la arquitecta sanjuanera Hanoi Sánchez, quien participa de un espacio para rescatar ésta y otras manifestaciones religiosas y culturales. “El 23 para amanecer el 24 todo el mundo iba para el río. Todavía lo hacen pero con menos frecuencia, por lo que un grupo quiere conservar y promover esa tradición”, cuenta.

Mientras en el río San Juan es menor la cantidad de gente que acude a realizar el “despojo”, en La Agüita de Liborio la peregrinación toma fuerza, sobre todo en esta época del año.

Por otra parte, y acerca del lugar, las autoras aseguran que:

Tal es el incremento de visitantes que el Ayuntamiento Municipal acondicionó el lugar para facilitar los ritos propios de la ocasión. En el lugar colocó una verja perimetral, y en donde mana el agua de “sanación” levantó muros para facilitar el “baño”. La entrada de feligreses se organiza por sexo. También construyó una enramada para las fiestas de atabales y de acordeón que forman parte de la ceremonia. Dentro del santuario nada se vende… todo se comparte, aunque en el exterior mucha gente hace negocios.

Wilson Roa, director provincial de Bellas Artes, sostiene que el incremento de las visitas a La Agüita se debe a las propiedades curativas que le atribuyen al agua que mana de la montaña.[8]

Los baños en el río en plena madrugada, las plegarias por un mejor estado general de todos los miembros de la familia y la comunidad, el pago de la promesa, el encendido de cirios se hacen como si se tratara del más fiel e irrevocable compromiso. El santo patrón está de fiesta junto con sus adoradores en cada 24 de junio. Es un ciclo que se repite de forma similar cada año como muestra de elementos que identifican el grupo sin importar el lugar de residencia. Por eso llegan al Valle personas naturales, descendientes, amigos o simples seguidores de la tradición por simple curiosidad o con fines académicos.


[1] Alberto Galván. Las fiestas populares canarias, p.162

[2] Idem

[3] Idem

[4] Dagoberto Tejeda. Cultura popular e identidad nacional. Tomo I, p.95. Primera edición. Consejo Presidencial de Cultura/Instituto Dominicano de Folklore, Composición, diagramación y edición MEDIABYTE, S.A.

[5] César Canó Fernández. Las Matas de Farfán. Pasado y presente, p.29. Industria Gráfica CXA, Santo Domingo.

[6] Ibídem.

[7] Ibídem.

[8] Ivelisse Villegas y Solange De La Cruz Matos. El día de San Juan marca tradiciones. Listín Diario, sección La Vida, 24 de junio del año 2006.

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