martes, 20 de marzo de 2012

Fortalecer el Sentimiento de Defensa y Protección del Valle Niti y su Círculo de Devoción Taína.


Por: José Enrique Méndez

Consejo de Ancianos/asGuabancex Viento y Agua
Conferencia sobre Pueblos Originarios (UASD, 11 agosto 2009)

El retorno insoslayable a nuestros orígenes, la palabra consagrada e impregnada de sentido nos lleva a edificar nuestro pasado prehistórico, a relustrar el animismo en que vivían nuestros ancestros.

Animismo donde todo está vivo, es consciente o tiene un alma. En nuestros pueblos originarios, latía el espíritu que se "encarnaba" en el aire (en el aliento, l'elan vital) y en el agua, elementos fecundadores de las hembras.

Para representarlos, sin embargo, preferimos hacer uso de la piedra, el árbol (la madera) y el fuego, cuya chispa era el alma de la piedra y la madera, en las cuales se resguardaba”.

En el cacicazgo principal de la isla de Kiskeya, la piedra parece ser un eufemismo para designar los pilares que representan sus dioses.

La palabra Maguana significa: “la primera de la Piedra, la única Piedra”.

Además su diosa madre es Apito, que tiene como significado la “Madre de la Piedra”.

Y “es que la piedra, por su inmediata y aparente vocación de polvo, siendo que de polvo es el hilado de nuestra apariencia, nos saludó primero que el metal en el alba de la existencia” [1], razón por la cual en el registro de los reconocimientos humanos estará presente en la multiplicidad con que está tramada la identidad íntima y colectiva.

En las inmediaciones de Niti, yucateque aborigen, perteneciente al cacicazgo de Maguana, en las inmediaciones del municipio de Juan de Herrera, existe un Circulo o redondel de piedras, que encierra en su centro un falo pulimentado de piedra, se trata del Centro Ceremonial Taíno, Batey Maguana, centro de operaciones del cacique Caonabó y la reina esposa Anacaona.

Es un “corral ceremonial de la vida, círculo de devoción taína convertido en signo cargado de significación, desde donde se empezaron a escuchar, en areitos, los latidos de la vida del pueblo del Maguana”.

Y es que el Batey Maguana es para los sanjuaneros un Corral de Piedras forjando identidad. El redondel de piedras, la colocación de la gran piedra en su centro, explica el conocimiento de la simetría por la conciencia de los tainos del Maguana, aprendidas quizás de la visión panorámica de las montañas que definen el valle o quizás por la observación de su propio cuerpo.

La simetría del redondel de piedras, genera la satisfacción de una finalidad estética, agradable a la vista; partiendo de una simple modificación los taínos del Maguana, llegaron a una creación de extraordinario realismo.

Realismo que ve en su arte una magia, un ritual, para invocar, para llamar, para comunicarse con sus espíritus ancestrales. Esta puede ser una válida interpretación de la imagen del redondel de piedras.
El Batey, con calzada cercada con lajas de piedra, es un complemento de esas formas espaciales que hoy llamamos plazas y que tenían sentido ritual, por ser punto primordial de reunión y decisión de la sociedad precolombina.

Sir Robert Schomburgk cree que el círculo en su forma original fuera una calzada.
Otros sugieren la posibilidad de que representara un santuario.
Pero la tradición más aceptada supone que la plaza era usada por los indios para celebrar festividades y juegos y que el cuadrado saliente a que hacemos referencia más arriba, el lugar donde la Reina Anacaona y su corte presidían las ceremonias.

En articulo titulado “La Mitología como Fuente y como Llama que ilumina el Espíritu de la Piedra en la Prehistoria”, el Doctor en Derecho Juan José López Gutiérrez expresa:

“Es más, en el alma de la piedra está el espíritu, valga la redundancia, pero no sólo el espíritu de la piedra sino el espíritu del grupo, de los ancestros, y de la naturaleza que conforma su medio, pues el espíritu de las tribus primitivas animistas animaba -así interpretábamos nuestra realidad, como los niños, no en vano nuestra mente estaba todavía en una fase infantil-; el espíritu, digo, daba vida a todo nuestro entorno natural que incluía no sólo las plantas y animales, entre los cuales nos comprendíamos, sino también los ríos, los árboles, la tierra, las montañas, las piedras...” [2]

La Plaza Ceremonial aborigen de San Juan de la Maguana, merece ser estudiada de manera pormenorizada como ha sucedido con los sitios de Caguanas, en el centro de la isla de Puerto Rico y el lugar llamado el Atajadizo en la provincia de La Altagracia, en la República Dominicana.  De igual manera deben ser estudiadas nuestras cuevas ya que los aborígenes del periodo llamado Taíno, utilizaron las cavernas y abrigos rocosos como centro ceremoniales de importancia.

A partir de estas piedras nuestros literatos encuentran la raíz de sus sustancias temáticas. En la memoria están estas piedras, vivas en los parajes del mito, en la inspiración de este poeta.
Méntula de piedra (poema)
.

La llamada "Piedra de Anacaona", probable cemi falico protector de los partos

ikemendez

Ornamento gris preciado
Pináculo al libre airefornido y rollizo
Con resonancia libre megalíticaapretados genes duermen polvoreadosen tú mentón
Asteroide forma congeladaimaginada méntula de piedra Hay heridas abiertasen tu memoria genética primordialen los adentros sedimentariosque te hizo olvidoadorable fe borrosaarenilla de estrellas
Veo más que Magma solidificadovidalibertad fosilizada
estaciones huellas
la cama dispuestaa polvos de luna
a ritos orgiásticos
al velo incitador
gentil
el amuleto vertedor de fertilidad
de fuerza, de vida.

Veo huellas labradas de arahuacos tainos del Maguana
Veo sus ojos risas en sus bocas
Veo sus penas

“Esa piedra está más viva
En mi amor océano
Cantan y bailan en silencio los muertos
Areítos de piedra en cenizas de llanto”


"Yo piedra
Buscándome en los añosTIEMPO, TIEMPO
Desagracia ineludible sin metales…
Yo piedraGota a gota forjada identidad" [3].

Por si faltaran argumentos y algún escéptico no lo tiene claro todavía, recordamos que el término griego litos significa "piedra"..., pero también "pueblo".

Es por esto que afirmamos que en la llamada Piedra de Anacaona, en el redondel de piedras del Batey Maguana, está la vida todo el mundo prehistórico, la vida sagrada y espiritual de los pueblos taínos del Maguana, está lo sagrado, lo tabú, de lo que había que defenderse por su hostilidad, por aplicarse a todo lo relacionado con el espíritu, la muerte, el (re) nacimiento; y el espíritu -que residía en la piedra, en la madera, en el agua, en el aire, en el hálito, l'elan vital.

El conocido Batey de la Maguana es el más grande de todas las Antillas, único en cuanto a sus dimensiones y particularidades, que todavía no han sido estudiadas a profundidad. Es un monumento precolombino de inestimable valor no sólo por su tamaño, sino porque todavía se preserva parte de su estructura, además de ser un símbolo de la identidad sanjuanera.

Allí se celebran y recrean tradiciones mágico-religiosas que son distintivas de la región, lo que hace de la zona un santuario religioso para los/as lugareños/as.

Hacemos un llamado a contribuir en la revalorización de la plaza ceremonial y sentados sobre la Piedra de Anacaona, icono emblemático de la población actual en el Batey Maguana, fumemos la pipa de la paz, potenciando la concertación intermunicipal para el desarrollo sociocultural y turístico.

Es propósito de la Fundación Guabancex Viento y Agua, auspiciar la reflexión sobre la necesidad de reconocer el patrimonio natural y cultural, tanto material como inmaterial, como responsabilidad no sólo de los poderes públicos sino también y necesariamente del resto de la sociedad.

Elemento esencial este último como verdadero motor y auténtico determinador válido de aquello que debe constituir la memoria patrimonial.

Así como constituirse en una invitación a reflexionar, desde una correcta comprensión del patrimonio, sobre algunas posibles vías de participación en la defensa y el cuidado del mismo.


Notas bibliograficas:
[1] Jorge Luis Morales, Ernesto Álvarez Sabor de poesía, Ernesto Álvarez Creador, Las Fases de un artista, Pág. 60.

[2] “La Mitología como Fuente y como Llama que ilumina el Espíritu de la Piedra en la Prehistoria”.

[3] Jorge Luís Morales, Ernesto Álvarez, Sabor de Poesía. Cuaderno de poesía, Piedra, Ernesto Álvarez.

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