jueves, 4 de julio de 2013

Sánchez y el Tribunal.





Damocles Méndez Rosado

Se instalo un falso tribunal a imagen y semejanza de los verdugos de patriotas, grande fue Sánchez en los momentos de la proclamación de la independencia y en el mismo martirio, también lo fue en sus medios de defensas frente a un tribunal instituido al margen de la legalidad del proceso como lo dijo el patricio cundo pregunto ¿Con que ley me van  a  juzgar? Como defensor público, Francisco del Rosario Sánchez conocía los elementos de carácter procesales a tomarse en cuenta, cuestionó la ilegalidad de sus juzgadores, la existencia de un tribunal constituido al margen de un debido proceso y como tribuno de alta oratoria inicio su defensa con un acto de valentía y de responsabilidad que conmovió a las autoridades españolas presentes en el juicio. ¿Con que ley me van a juzgar?  repetía como látigo implacable contra sus verdugos.

El tribunal instalado en la plaza pública de San Juan estaba presidido por Domingo Lasala, además  por Alejo Justo Chanlatte como Secretario  y como Fiscal Tomás Pimentel. Todos los acusados fueron condenados al patíbulo por el Consejo de Guerra acusados de conspiradores y de cometer crímenes contra la seguridad del territorio.

El simulacro de tribunal no permitió que Sánchez sustentara sus medios de defensa como lo señalaba la ley sobre conspiradores, por eso, cuándo se dirige a Lasala, presidente del falso tribunal señala, ``Magistrado presidente, sé que todo está escrito. desde este momento seré yo el abogado de mi causa``.

Sánchez estaba frente a Domingo Lasala a quien en ocasiones defendió como abogado que era Sánchez, pero en este momento de infortunios  Lásala era su enemigo. Es oportuno citar las palabras de Sánchez  en el juicio.

´´ Usted, Domingo Lasala, designado para juez de mi causa, pretende en vano humillarme. Lamento tener que recordarle en público, que yo fuì su abogado defensor ante los Tribunales de Santo Domingo y lo saqué a absuelto cuando estuvo usted acusado como presunto autor de asesinato en la persona de unos de sus parientes del Cibao.´´

También estaba presente en el juicio como jefe de operaciones, el general Felipe Alfau envuelto en una litis sobre terreno y Sánchez era abogado de la parte contraria. Puede observarse que estaba en desventaja frente a Pedro Santana su enemigo político, frente al presidente del tribunal, domingo Lasala y Alfau con quienes tenía viejas y  profundas contradicciones.

Pedro Santana personalmente impartió las instrucciones de lugar para que el fallo del tribunal concluya con la condena a muerte. Cesar A Herrera en su obra, Anexión –Restauraciòn, tomo l, señala.

Retrotraído en pensamiento a los episodios que antes ocupaban nuestra atención, nos encontramos con que Santana está ya en San Juan de la Maguana impartiendo órdenes para que se instale el Consejo de Guerra y se juzgue a los patriotas conforme a la Ley de Conspiradores. Todo se ejecutó  según sus personales instrucciones y en una tarima levantada en una sabana que llamaban plaza pública….´´


En este juicio, Sánchez demostró sus cualidades como orador de altos vuelos y defensor de dotes excepcionales, sus palabras de defensa conmovieron a los presentes incluyendo  a los oficiales españoles que estaban  en aquel  bochornoso  escenario, tétrico y deprimente y que luego se retiraron.   Sánchez, firme en sus palabras, nunca se le vio renunciar a los principios que los indujeron a cruzar la frontera dominico-haitiana para enarbolar el pabellón dominicano. Con elegantes palabras de tribuno defensor, en medio del juicio, este noble febrerista dijo:

¿Con que leyes se me  habrá de juzgar? ¿Con las españolas que no han comenzado a regir, pues el protocolo de la anexión establece un interregno de meses para que comiencen a regir las leyes del reino, o con las dominicanas que me mandan sostener la independencia y la soberanía de mi patria?

Las palabras de Sánchez, eran truenos y relámpagos que golpeaban la conciencia de sus acusadores, el Presidente del Tribunal, Domingo Lásala, desesperado quería ahogar las palabras del mártir. Sánchez seguía prenunciando palabras a favor de las causas que lo indujeron a inicial  la empresa restauradora.

La tradición libertaria de la familia Sánchez es reivindicada  frente a sus verdugos. Sánchez, presenta un panorama sobre  su participación en acontecimientos cruciales de la nación en busca de su soberanía plena, resalta el papel y el sacrificio de sus familiares quienes con su sangre contribuyeron con el fortalecimiento de la dominicanidad frente al despotismo brutal de Santana, con razón en medio de la concurrencia y frente a sus acusadores en la vieja plaza pública de San Juan, en un Julio que se vistió de negro colores, el febrerista Francisco Del Rosario Sánchez dijo.
         ´´ Para enarbolar el pabellón dominicano fue necesario derramar la sangre de los Sánchez, para arriarlo se necesita también la de los Sánchez.Cumpla en mi solo el consejo su mandato ´´

 El momento es de muerte, el manto funerario camina en cada palabra de los verdugos, un lúgubre episodio con olor de muerte se arropa a la triste tarde del día 4 del mes de julio. La injusticia  cubre el ambiente, las peticiones de perdón no encuentran oídos racionales.  El mandato de la sentencia está pre-redactado. No sirvió para nada la suplica de los mártires implorar a la reina Isabel para el perdón y se le vio a  Sánchez pronuncia las palabras ´´ Puesto que está resuelto mi destino, que se cumpla.´´

Pedro M. Archambault su obra Historia de la Restauración, al referirse a este acontecimiento señala lo siguiente.

Presos en San Juan de la Maguana el prócer y sus heroicos compañeros fueron implacablemente sentenciados a muerte de orden de Santana, por un Consejo de Guerra presidido por un enemigo de Sánchez, el general Domingo Lasala; el fiscal era el coronel Tomas Pimentel.
El juicio cuya sentencia  vino pronunciada de la Capitanía General revistió un carácter aparatoso y cruel. El general Francisco del Rosario Sánchez hizo cuando pudo en sus declaraciones por salvar a sus compañeros, asumiendo toda la responsabilidad del movimiento.
Ya pronunciaba la sentencia de la venganza, el coronel español Peláez le pidió por escrito a Santana clemencia por la vida de los prisioneros y otros oficiales españoles insistieron en el perdón. Pero inútilmente: en aquel corazón  salvaje había muerto la piedad y solamente se animaba para el logro de sus ambiciones y de sus crueles venganzas´´

La magistral defensa de Sánchez, inquietaba a la concurrencia, las autoridades militares  entre miedos y horror se asombraban de la valentía y el sentido de responsabilidad de Sánchez en los momentos trágico de su vida. El martirio era el precio con que terminaba una vida de entrega permanente al mandato solemne del llamado de la patria, mandato que  se origino en sus ansias libertarias en la proclamación de la independencia.

La trayectoria de Sánchez como firme continuador del ideario de Duarte, se evidencia en sus medios de defensa, en ningún momento pronuncio palabras de arrepentimiento por encabezar junto  José Maria Cabral, Tabera y otros patriotas la empresa de restituir la soberanía nacional.

Su presencia en el juicio, era la reencarnación del ideario de los trinitarios y la confirmación de que en las luchas de los patriotas, está abierto   el  camino para la gloria o la tragedia del martirio. O van cargando en sus sienes el signo luctuoso coronado con la defensa de la patria. La patria desventurada en tragedias, en viles traiciones o marchada en  holocausto con sangre de héroes. Este valeroso compañero de Duarte cargo en sus hombros la responsabilidad de continuar el legado dejado por el patricio. Consciente del papel que la historia les reserva a los hombres de su estatura, se integra a la preparación de las condiciones favorables  para impedir la enajenación de los principios sustentados por los trinitarios y en consecuencia asume el firme compromiso de formar un ejercito de restauradores de la soberanía nacional.

Sánchez en el juicio y luego en el patíbulo, simbololizaba la patria, que aún Agonizante bajos la atronadora enloquecida de barbarie y horror, se levantaba  sobre cadáveres destrozados para redimir la alborada de la redención restauradora por que, cuando caía fulminado por la fusileria ciega y torpe, se agigantaba en el vientre fecundo de la patria redimida, envuelto en el manto tricolor que vistió su cuerpo al caer fulminado por la irracionalidad en el  cementerio de la entonces común de San Juan.


El anatema justiciero de la historia, sembró en la conciencia de Pedro Santana y en quienes juzgaron a Sánchez y sus campaneros, la mancha imborrable de la traición y la brutalidad más odiosa, mientras que Sánchez se levantaba para transitar por el camino que la patria le tiene reservado a los próceres constructores de la libertad de los pueblos. El traslado de sus restos a la iglesia de San Juan y luego a la ciudad capital para rendirles los honores como  prócer de la libertad,  fuè un acto de justicia para este prohombre que desde la tumba silente y solitaria en el camposanto de San Juan, subió a la cúspide de la inmortalidad cubriéndose su cuerpo con el signo del manto tricolor que dignifica la dominicanidad.

La presencia de los mártires de San Juan en un ambiente salpicado de sangre de patriotas en el camposanto, no era mas que el preludio de nuevas jornadas de luchas libertarias cuyo epicentro  fue la línea noroeste cuando José Contreras sembró en el mismo corazón de la conciencia nacional, la semilla que germinó la epopeya restauradora de la patria que se levantó sobre cadáveres de mártires y héroes para entonar henchido de fervor patriótico la alborada del ideal nacionalista puesto en lo alto del tope para que la enseña tricolor salude airosa y soberana el nacimiento de la nueva republica que camino en la gallardía de los dominicanos en un agosto cargado de tormentas libertarias.



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