miércoles, 23 de marzo de 2011

De Las Ninfas de Anacaona



Juan Tobías León Ortega




Belleza que tu mirar estremece la pulcritud del jardín de Anacaona, como viento que resuena en singular regazo tu amor eterno, amor maguanero, canto de Barrancolí, flor que no marchita, como labios rojos que incitan a mi atormentada alma, la melodía melancólica que otrora el Fututo entonó, hoy regocija los espejos de mi corazón viendo en ti el amor en danza de sueños cruzados, que como síntesis al aroma de tu perfume embriagador, al valle taíno encantó con la magia de tu caminar, Guabancex se estremeció, Guataúba envileció y Coatrixquie enmudeció, las doncellas de la reina, esparcían a tu paso las flores de ensueño, elenco nupcial de tu amor infinito, junto al santuario de los recuerdos en las orillas del Jínoba, tu mirada profunda y serena provocó la tormenta de amor desenfrenado que hoy mi alma añora a cada momento, de tus besos melcochosos, tu aliento de mujer enamorada, de ninfa eterna en el huerto de Anacaona.

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