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viernes, 28 de octubre de 2011

“Símbolos de identidad sanjuanera”: Muestrario de 508 años de historia de una ciudad legendaria y mítica

Sobieski De León

El libro “Símbolos de Identidad Sanjuanera” de los autores sanjuaneros José Enrique Méndez y Bismar Galán es un muestrario de 508 años de historia de una ciudad legendaria y mítica como lo es San Juan de la Maguana, la ciudad con el mayor grado de religiosidad popular y espiritualidad al decir de la antropóloga norteamericana residente en nuestro país Martha Hellen Davis. Geográficamente nuestra ciudad se encuentra en el mismo centro de la Isla de Santo Domingo, antiguamente Quisqueya y luego La Española.

En el pórtico del libro hay un epígrafe, en realidad fragmento de lo que parece un poema del ingeniero eléctrico y poeta sanjuanero Nicolás Mateo que dice:

“…Yo, que he ido tantas veces a mis adentros

a rumiar mi correteo por las piernas gigantes

del Arco de Triunfo

a desandar los pasos madrugadores

cada 24 de Junio hacia el Río San Juan

ya casi no me acuerdo de acordarme

pero mis ojos se van Liborio adentro

hacia las aguas y los manantiales

hacia el Corral y Santomé

hacia el sendero del Valle Verde…”

Si nos detenemos a buscar las pertenencias de San Juan en esos versos tintados de epicidad, encontraremos como flotando en algodones celestiales nueve símbolos que representan en si la epopeya misma sanjuanera. Además, en este breve fragmento el poeta resume las tres razas que originaron nuestra “sanjuaneridad”, vale decir nuestra dominicanidad.

Que símbolo encierra la fecha del 24 de Junio que no sea el día de San Juan Bautista, cuando unos hombres blancos venidos de Europa, de la España cristiana y decadente que reculaba ante los moros y que había sido sometida y enseñada por ellos durante más de seis siglos fundaran en esta tierra la villa o ciudad que llamaron San Juan Bautista de Jaragua y luego San Juan Bautista de la Maguana, que devino simplemente en San Juan de la Maguana.

He ahí a Europa y a la religión cristiana en una primera escaramuza, a la espada y la cruz símbolos de conquista y opresión, porque que es una cruz sino una espada de acero para someter el cuerpo y el alma.

El símbolo Corral no es otra cosa que nuestro Corral de los Indios.

¿Por qué esta obra trae en su portada como lenguaje semiótico precisamente el Corral de los Indios con su Piedra-Trono de Anacaona, la cacica que los españoles llamaron reina. Cacica mujer de Caonabo el hombre que sostuvo el primer combate de América en “Maguana Arriba”, mismo lugar de Liborio Mateo, descendiente de los esclavos negros que vinieron a representar la tercera raza en el fragmento poético de Nicolás Mateo.

Y el Río San Juan, ¿quién es sino ese mismo río al que se refiriera el déspota, el tirano, la reencarnación de Ovando el colonialista cruel cuando en Santomé (otro de los símbolos) recordara al General Cabral: “Ay de usted general si los haitianos beben agua del río”?

Y esas aguas y manantiales a que hace referencia el poeta sanjuanero, ¿que son sino la “Fuente de San Juan Bautista”, “La Aguita de Liborio” en plena cordillera central, el canal temporero, la Presa de Sabaneta, el Salto de Jinova, los charcos de La Charca de Maria Nova, el Donao, el Mijo, el Macasías?

Todo ello en ese Valle Verde al que alude en cuya puerta de entrada se levantan las gigantes piernas del Arco de Triunfo, idea de un grupo de sanjuaneros inspirados por un hermano azuano (José Vinicio Saladin) para representar el progreso material y desarrollo de un pueblo emprendedor, mismo Arco de Triunfo que sirvió de protesta contra la tiranía a uno de sus hijos (Otilio Méndez) que se inmolo recostado de su norteña pierna mirando hacia nuestra cordillera central como rindiéndole un homenaje de despedida a la tierra norteña donde vio la luz por vez primera.

Nueve símbolos poéticos, épicos, permanentes en la memoria, imborrables, imperecederos, penetrados en la “sanjuaneridad”.

¿Y que es un símbolo?

Los autores de esta bien pensada y elaborada obra lo dicen así:“un símbolo son aquellos elementos tangibles e intangibles de la naturaleza y :la cultura sanjuanera que representan a los hijos del Valle”.

Para ellos el simbolismo de San Juan no es obra de un día y mucho menos de los últimos tiempos. Los autores anuncian una especie de origen o nacimiento del ser sanjuanero en el bautizo de un falo pulimentado encerrado en un redondel de piedras sueltas en el Municipio Juan de Herrera, centro del poder de Caonabo y Anacaona, donde empezaron a escuchar los latidos de la vida del pueblo del Maguana”.

De hecho San Juan de la Maguana es una ciudad mística, mítica, llena de leyendas, epopeyas, batallas y hechos reales o ficticios desde sus orígenes tainos, su subsiguiente esclavitud negra hasta la conformación de ese hibrido llamado “sanjuanero” (y hoy “sanjuanero barriga verde”).

Pero el mito, la leyenda, aun cuando no sea realidad es parte esencial de ella; los sueños no son la realidad sino pre-realidad; el mito igual, ya que es el sueño de los pueblos. ¿Y la religión, es mito o realidad?¿ficción o realidad? La religión es mito, es ficción, no es otra cosa que la expresión de una determinada realidad. Y sin embargo, la religión, el mito, lo místico, la leyenda existen como” realidad impulsora” de muchos hechos históricos reales” Liborio Mateo es un buen ejemplo de ello.

Los autores de “Símbolos de Identidad Sanjuanera” se embarcan en un mar proceloso sin negar o afirmar nada (algo); pero lo hacen acompañados de una rigurosa metodología científica: nos presentan una obra pensada, programada, bien elaborada. Y podemos agregar: equilibrada, enciclopédica, rica en datos y hechos que sobre la cultura sanjuanera nos deja un legajo de conocimientos que nos hace eruditos del tema sanjuanero de lanoche a la mañana.

Creen que el verdadero “Oasis del Sur” (¡parece que alguien ha dicho lo mismo de alguna otra ciudad!) es San Juan de la Maguana. El viaje trans siberiano que hacen por su historia saca datos recurrentes de las bondades de la naturaleza sanjuanera, de la calidad y producción de su tierra, rica en agua por doquier, de excelente ganadería y famosos quesos y el mejor azúcar del mundo cuando poseía mas de cinco ingenios en época de la colonia.

No nos causaría ninguna extrañeza que un buen día a partir de la aseveración en ese sentido de este libro, que a los símbolos identitarios “Barriga Verde”, “Granero del Sur”, “Brujos” o “El Sanjuanero siempre tiene buena cara” se le agregue este otro: “San Juan, el Verdadero Oasis del Sur”-

Para nosotros, sin ningún temor de que se nos tilde de hiperbólico “Símbolos de Identidad Sanjuanera” representa una obra maestra de la literatura narrativa-ensayística sanjuanera contemporánea. La obra es rica en citas histórico-culturales de referencia lo cual incentivaría la iniciativa a cualquier lector que deseara investigar sobre la Historia de la ciudad.

No es obra improvisada, hecha de prisa; nos consta que ha tenido en el seno creador de sus autores alrededor de una década desde que la pensaron hasta dar el salto dialéctico cualitativo a la realidad concreta de sus páginas. Cada símbolo referencial tiene un argumento documentado, una ficha bibliográfica, un apoyo intelectual; los acotamientos son precisos, oportunos, perfectamente ajustados a lo que se expone, se siente la “autoridad científica” de sus citas. De esto resulta una obra alejada del

Subjetivismo y la superficialidad, calificativos que están desterrados de la obra.

En sus 217 paginas hay apretados 508 años de historia sanjuanera desde la colonia hasta nuestros días. Ella representa una obra de arte, una pintura al oleo de la sanjuaneridad hecha a dos manos por dos maestros de la ensayística sanjuanera. Es un libro cargado de historia, pero sus autores nos advierten que como lectores no debemos buscar los acostumbrados detalles de la historiográfica, aunque tampoco renuncian a ello.

Su misión ha sido “brindar una interpretación y visión compartidas acerca de los elementos que de algún modo influyen en la definición de identidades sanjuaneras, sobre todo desde la dimensión de símbolos culturales”.

Pero esos símbolos culturales cual gallos de pelea en el ruedo de una gallera nos los arrojan en plena cara para que apostemos a algunos de ellos.

O en el mejor de los casos despertemos al análisis de nuestra historia a partir de ellos.

Porque la verdadera historia –sostienen- esta en la interpretación y uso que de ella hace la gente. Porque un hecho histórico –continúan- es esencialmente significativo o no en dependencia del calidoscopio con que se mira y habría que ver en última instancia la repercusión que esa historia tiene en las mentalidades de las personas.

Isaías Herrera Ike, este libro se puede considerar como una guia sentimental de la historia de una comunidad que crece sobre sus propias raices. El que desee conocer realmente los inicios de la historia del Granero del Sur, debe libar las delicias literarias e historicas de Simbolos de identidad sanjuanera
.
Ysaias Batista Muchas gracias Ike degustare ese buen escrito

  • Damocles Méndez Rosado Es una obra de carácter primario para conocer e interpretar los múltiples aspectos identitarios que definen y caracterizan al pueblo de San Juan.


  • Zoila Lapaix Suazo Saladin Felicidades a los tres!!!!!!! Congratulaciones Sanjuaneros!!!!

  • Bernardo Silfa Bor Partiendo de este texto de presentación de Sovieski estoy ansioso de tener este nuevo libro de Ike y Bismar. Felicidades distinguidas eminencias de la investigación y la escritura
  • Luis Jimenez Distinguido Caballero aunque no recuerdo conocerte personalmente siento mucho placer en ver tu comentarios como un gran hijo de San Juan de la Maguana, tengo en mis manos el libro que tu comparte con esos ilustres historiadores de SJM. que dice SAN JUAN UNA INTRODUCCION A SU HISTORIA DE CARA AL FUTUR0 HIJO O DE MI GRAN HERMANO Y AMIGO CUCHI ,SE QUE ESTA DEDICADO DE LLENO A TEMAS CULTURALES

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias a todos por sus palabras acerca de este texto. Gracias de forma especial a Sobieski, por su empeño y consideraciones. Para mí, personalmente, es de gran satisfaccción contribuir de algún modo con el quehacer cultural de esa preciosa tierra que siento mía: San Juan de la Maguana. Un cálido abrazo. Bismar Galán