Yo tenía 16 años cuando mi padre fue asesinado en San Juan de la Maguana, la prima noche del 3 de Enero de 1962. En unos días más, el 20 de Enero, él cumpliría 49 años de edad. …..
a mí me tocó encontrar a mi padre recién asesinado en la emisora, porque al yo llegar a trabajar esa noche, alrededor de las seis y media, él ya estaba muerto.
En la página literaria de El Caribe de entonces, escribí un poema, cuya primera estrofa está inscripto en la lápida de la tumba donde está enterrado mi papá en Pimentel:
Déjame pasar los dedos
por tus heridas abiertas
y darme cuenta
que tu sangre es tu sangre,
para heredar de ti también.
el néctar agobiante de los muertos.
Dr. Rafael Achecar Chupani
Entrevista al Dr. Rafael Achecar Chupani sobre la muerte de su padre
De Wiki San Juan
Rafael Achecar Chupani
caramba@ptd.net
Es médico egresado de la UASD en el 1968, partió a los Estados Unidos en el 1969 a hacer su especialidad en Anestesiología, en Nueva York. Pasó 4 años practicando en Nueva York y en el 1981 me mudó a Pensilvania, a un pueblo llamado Honesdale, donde ha sido el Director de Anestesiología del hospital, en los últimos 24 años.
En Santo Domingo tuvo una participación larga en el Teatro Universitario de la UASD, que dirigía Máximo Avilés Blonda (fallecido), Iván García, el actor Rafael Vásquez y Marcio Veloz Maggiolo, que era el Director Cultural de la UASD, en ese entonces. Ahora está preparando una corta colección de prosa poética, en un formato bilingüe. Acaba de escribir un artículo en inglés sobre las Ciguapas, que es el primer relato sobre ese tema que se ha hecho en ingles, excepto un libro de niños que escribió la autora dominicana Julia Álvarez, quién reside en el estado de Vermont. En Estados unidos participó en un concurso de cuentos en inglés donde obtuvo el tercer premio.
Entrevista: José Enrique Méndez Díaz: Dr. Rafael Achecar, Las nuevas generaciones, muestran interés en reconocer a este hombre que emerge del olvido, entre tantos rostros o presencias oscuras de este lugar al que pertenecemos y que llamamos San Juan de la Maguana. ¿Quién fue el Lic. José Alfredo Achecar.
Dr. Rafael Achecar: Yo vi a mi papá vivo a las 6:25 de la tarde y a las 6:30 lo vi muerto. Yo tenía 16 años cuando mi padre fue asesinado en San Juan de la Maguana, la prima noche del 3 de Enero de 1962. En unos días más, el 20 de Enero, él cumpliría 49 años de edad. A la hora de su muerte era hombre saludable, trabajador y lleno de sueños. Había nacido en Pimentel, hijo de una familia libanesa llegada a la República Dominicana a principios del año 1900. Era el tercero de una familia de nueve hijos. Después de un bachillerato en La Vega, estudió farmacia en la Universidad De Santo Domingo, graduándose de Licenciado en Farmacia al final de los años 30 o principios de los 40 y se hizo cargo de la Farmacia Achecar en Pimentel, que pertenecía a su hermano Felipe, médico, ya fallecido, y luego llegó a ser su solo propietario. Fue el primer farmacéutico en Pimentel y uno de los pocos en esa región.
Si yo tengo que describir a mi padre con tres palabras o frases ellas serían: tímido, disciplinado y excelente padre. Sus amigos tendrían que describirlo como persona fiel, cultivador de la amistad y excelente compañero.
En el año 1954 ó 1955 comienza a alejarse de su profesión de farmacéutico e instala en Pimentel la primera radio emisora, no solo de Pimentel, si no también de la región, excepto en San Francisco de Macorís, que creo ya existía “La Voz del Progreso”.
José Enrique Méndez Díaz: Indudablemente con el traslado a mediado de los años 50, de la Emisora ¨”La Voz de Quisqueya” a la ciudad de San Juan de la Maguana por parte de su propietario, su padre Lic. Alfredo Achecar, permitió servir de medio propagador de las actividades del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio, así como vehiculo de expresión de notables intelectuales y destacados artistas sanjuaneros, ya que a nuestro entender su padre permitió y motivó que en ellas actuaran personas de amplia cultura. ¿Puede usted narrarnos estos primeros días de la radiodifusión en San Juan de la Maguana.
Dr. Rafael Achecar: La estación de radio de mi padre fue bautizada con el nombre de “La Voz de Quisqueya, HI2A”, nombre que llevó hasta el día de su muerte. En Mayo de 1956 muda la radioemisora a la ciudad de Salcedo y de manera temporal deja el ejercicio de farmacéutico. El mercado en Pimentel era muy pequeño para sostener una estación de radio, además había problemas con el suministro eléctrico que era racionado y débil. En Salcedo fue algo similar, además se añadió el hecho que en Salcedo ya una vez funcionó una emisora de radio y hubo que cerrarla, creó también que la situación geográfica de Salcedo no lo hacía en ese entonces un medio propicio para la radiodifusión en aquel entonces. San Francisco de Macorís y Santiago están a unos cuantos kilómetros de Salcedo y eran ya medios adelantados en la radio de entonces. De Salcedo nos mudamos a San Juan de la Maguana a mediados del 1958, se que fue a mediados del 58, porque en septiembre del 58 inicié yo el segundo curso de bachillerato en el Liceo Secundario, hasta que me gradué de bachiller en Julio del 1961. En San Juan papá le añadió el nombre Radio San Juan a La Voz de Quisqueya. Fue la primera radioemisora, del Sur, creo que después de Baní, que había una emisora entonces, pero no estoy seguro. En San Juan la emisora prosperó, dentro de los límites de la tecnología de entonces y el alcance económico de mi padre, fue un éxito y la comunidad la acogió como suya. Se presentaban programas comerciales, religiosos, políticos, de arte, se organizó un programa de “aficionados”, para aquellos que tenían o creían tener talento artístico, ese programa se hacía en el teatro (no recuerdo el nombre) que quedaba o queda antes del “Antonieta” de Don Pedro Heyaime. Papá hizo gran amistad con la colonia libanesa de San Juan, Chair, Hasbún, algunos de los Heyaime, Michelén y otros que en este momento se me escapan de la memoria. Papá trajo de otros pueblos y ciudades talentos, tanto nuevos, como reconocidos de la radio para unirlo al talento sanjuanero, como son José Aquino, de La Vega, Gómez Duran, también de la Vega, trajo comediantes, como “Pailita” que participaba en el programa de aficionados con sus chistes y su magia rudimentaria. Había un programa en el idioma inglés, sobre la música norteamericana, a cargo de Wilfredo Piña (creo que ese era su apellido), sanjuanero, que cantaba muy bien y hablaba inglés. Había un programa los domingos, llamado “La Hora Árabe”, hablado en árabe. Trujillo ordenó a mi papá cancelarlo, por no entender lo que estaban diciendo Se presentaban obras de teatro, con talento sanjuanero, era siempre esperado en Semana Santa la presentación por radio de La Vida y Pasión de Cristo. El talento sanjuanero estaba presente en el manejo artístico de la emisora, como son Rafael Duval Díaz (Pequé), Hugo Matos, Hugo Rivera, Lucía Díaz los hermanos Valenzuela, Ramoncito y el “Chino” (creo le decían).
José Enrique Méndez Díaz: Dr. Achecar, Cuéntenos ¿cómo fueron los minutos y las horas que siguieron al asesinato de padre. Dr. Rafael Achecar: Encontrar a mi padre recién asesinado en la emisora
Al yo graduarme de bachiller me quedé en San Juan, sin ir a la universidad, debido a que mi papá no quería que yo trabajara y estudiara al mismo tiempo, solo que estudiara y él no podía costear mis estudios, así que me dio una oportunidad en la radioemisora, de noche, comenzando a las 6:30 de la tarde hasta las diez de la noche. Esa fue la razón de porque a mi me tocó encontrar a mi padre recién asesinado en la emisora, porque al yo llegar a trabajar esa noche, alrededor de las seis y media, él ya estaba muerto.
“Mi casa se llenó de gente. Vivíamos en la bonita casa que tenía el Profesor Méndez Piña ( quizás relacionado contigo) en la calle Capotillo, a unas cuantas casas de la estación de radio, quién era el Director de la Escuela Secundaria ("la normal"), cuya esposa era farmacéutica y como mi papá era farmacéutico, eran amigos. No se como apareció el cadáver de mi papá en la casa, quiero decir quién lo llevó y lo acostó en la cama. Mi mamá me pidió (quizás porque yo soy el hijo mayor y sólo contaba con 16 años) que la ayudara a desvestirlo y ponerle ropa limpia, lo intenté, pero no lo pude hacer, no tuve la valentía de verle su cuerpo lleno de hoyos de balas, entonces mamá le pidió a su amiga doña Bienvenida de Matos, la mamá de Hugo Matos, compañero de escuela y que trabajaba en la emisora con mi papá, y doña Bienvenida ayudó a mi mamá. Para no alargarme mucho, lo próximo que vi fue un ataúd, que tampoco se como y quién lo costeó, pero creo que fue el 14 de Junio, metimos a papá en una ambulancia, que tampoco se como llegó al frente de mi casa y a eso de las once o las doce de la noche nos fuimos para Pimentel. No te diré el terror y el acoso que sufrimos en el viaje”.
José Enrique Méndez Díaz: Rafael, que informaciones posteriores tuviste del Militar asesino de tu padre.
Dr. Rafael Achecar: Supe luego, meses, quizás años, creo que durante la Revolución del 65, que el asesino de mi papá fue a una bomba de gasolina, quizás donde había una pequeña oficina de la Línea Estrella Blanca y encañonó a Chón el chofer, para que lo llevara a Santo Domingo, o por lo menos lo sacara de San Juan. La historia que sigue es tan fantástica e increíble, pero aquí va: en la carretera el fulano le dice a Chón que quiere orinar, Chón detiene el carro y el señor sale a orinar, dejando su arma en el carro, Chón empuña el arma, lo encañona y ordena regresar a San Juan.
Durante la guerra de abril del 65. Durante la Revolución yo estuve en el Hospital "Padre Billini", como estudiante de medicina que era y el Director del hospital era Juan Pablo Duarte, hermano de Ismael. Ismael Duarte es un hombre hoy de unos setenta años, casado con una prima hermana mía. Ismael fue un luchador anti-trujillista toda su vida, al igual que toda la familia Duarte. Ismael fue íntimo amigo de mi papá, muy conocedor de la zona cibaeña y me dijo que el asesino de mi papá era de Moca, y hasta el nombre me dio, también me dijo, como tu dices en tu mensaje anterior, que el fulano estuvo prisionero en el Comando de San Juan Estuvo prisionero en el Comando de San Juan, durante la guerra de abril del 65. Durante la Revolución yo estuve en el Hospital "Padre Billini", como estudiante de medicina que era y el Director del hospital era Juan Pablo Duarte, hermano de Ismael. Una de esas noches, durante esos meses de guerra, sin luz en el hospital o en las calles, vino a verme un hombre, o mejor dicho preguntó por mi, yo fui a la puerta lateral del hospital, que tenía además de la puerta de madera, una puerta de hierro y con mis manos sujetando la puerta de hierro, esta figura oscura de hombre me dijo que él sabía quién era yo y que sabía que el asesino de mi papá estaba en el Comando San Juan y él me estaba dando la oportunidad de yo ir y matarlo, porque al fulano lo iban a matar como quiera.
Naturalmente estamos hablando de tres años después de la muerte de mi papá, en medio de una guerra civil, donde yo ni siquiera pude verle la cara al individuo que me estaba diciendo esas cosas, no sabía si fue mandado por alguien, una especie de "gancho" y lo más importante yo no soy asesino.
Yo prontamente, al mismo tiempo que caminaba de regreso al cuartito con una camilla de hospital donde "dormía", le dije que yo iría al Comando de San Juan al día siguiente. Al otro día, a las 8 o 9 nueve de la mañana, me llegó un recado de mi mamá, quién quería verme urgentemente, cuando nos vimos (mi mamá y yo) ella estaba con mi hermana de 8 años, pues mi hermano José estaba en Roma estudiando, y con lágrimas en los ojos me rogó que me fuera con ella a Los Alcarrizos, donde ella vivía, porque ella no podía sobrevivir si a mi me pasaba algo, como a papá. La acompañe a Los Alcarrizos por unas semanas, pero tuve que salir por la persecución y el acoso. Nunca fui al Comando San Juan a aclarar el asunto del hombre y su recado.
José Enrique Méndez Díaz: ¿De qué manera recuerdas hoy en día a tu padre?.
Dr. Rafael Achecar: En la página literaria de El Caribe de entonces, escribí un poema, que está inscripto en la lápida de la tumba donde está enterrado mi papá en Pimentel:
3 DE ENERO
Rafael Achecar Chupani A mi padre, J. Alfredo Achecar
Déjame pasar los dedos por tus heridas abiertas y darme cuenta que tu sangre es tu sangre, para heredar de ti también, el néctar agobiante de los muertos.
Dime como estás pasando el silencio del suelo, si se alegraron al verte llegar muerto, que te dijo la bóveda del cementerio al verte envuelto en mi bandera. Dime como te fue.
Todavía recuerdo tu agonía roja, la actitud erecta de tu cuerpo y tus largos brazos abiertos, como queriéndole dar cabida al veneno que serpentea el aire estremecido ante ti, que caíste.
El mural de tu vida lo pinté de blanco y tu hija estampó su beso inocente, para tener de ti el valor que me diste, el mismo que diste a los que se llamaron tus amigos y que te engañaron, al tú estrechar su mano desconocida.
Te fuiste comenzando, principio de mes, principio de año, 3 de enero. No he colocado sobre la tumba callada de tus huesos, una flor, es que sólo pienso darte una rosa: la consumación del grito rebelde de tus hijos.
Palabras de Pedro Mir, al leer el poema:
“Hay una gran honestidad en este poema. Honestidad ante la palabra, honestidad ante el tema, honestidad ante el pueblo. Sólo de esa manera se hacen los grandes poetas. ¡Achecar se está haciendo!
Que triunfo para el bien de todos.”
Pedro Mir
José Enrique Méndez Díaz: ¿Si pudiéramos entrevistar hoy en día a tu padre ya fallecido ¿Qué piensas nos contaría?
Dr. Rafael Achecar: Esta mañana escribí una "entrevista" a mi papá usando las mismas preguntas que tú le hiciste al Dr. Viñas Bonelly, pero como si fueras tú que entrevistaras a mi papá, estando ya él muerto y yo contestando por él. Me fue un poco difícil y extraño, pues mi padre hablaba de su propia muerte a través de mí. Después que lo vi escrito en un papel, no creo que sea buena idea. La respuesta a la pregunta sobre su militancia en el Catorce de Junio, me parece todavía oír a papá decir o pudo haber dicho: "Mis inquietudes sociales y de libertad para el pueblo dominicano eran las mismas que el 14 de Junio profesaba. Mi identificación con la causa de liberación apoyando los principios del Movimiento, el ofrecerle las ondas radiales de Radio San Juan para la transmisión de su programa político, la constante observación que el gobierno de la época me sometía, las amenazas, la vigilancia, el fichamiento, mi comprometimiento moral y de ideas con mi hermano y mi sobrino, el ambiente de anti-trujillismo que reinaba en el recinto de la estación de radio, eran características de activismo e identificación con el 14 de Junio."
José Enrique Méndez Díaz: Tengo entendido que el Lic. José Alfredo Achecar al igual que muchos de sus ancestros tuvieron la valentía de luchar por la libertad política de nuestro
País, oponiéndose firmemente contra la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo. Cuéntenos sobre la participación política de tus familiares en estos días de estremecedora inquietud social en la Republica Dominicana.
Dr. Rafael Achecar: La raíz política anti-trujillista de la familia Achecar se remonta a los años, quizás de los 40, cuando el hijo mayor de Javier y Paula (Abla) Achecar, (los padres de mi papá) Felipe Achecar, médico se unió a Juancito Rodríguez en un complot anti-trujillista, me cuentan que hubo una redada, hubo presos, torturados y finalmente se le dio la oportunidad de salir exiliado del país, sinceramente no sé como Trujillo no los mató a todos. El Dr. Felipe Achecar se mudó a Puerto Rico y nunca más volvió a pisar tierra dominicana, quizás bajo la amenaza de perder su vida si lo hacía. Él era mi tío y mi padrino de bautismo y nunca lo conocí. Después de él salió Antonio Achecar con su familia y se mudó a Venezuela, tenía dos hijos, Tonino, Yamil y una hija Salimé, su esposa Julia Kalaff, era oriunda de San Francisco de Macorís. Desde principios de los años 40 o mediados de los 40, los Achecar eran vigilados, cada movimiento de ellos era examinado detenidamente, fueron forzados (como muchos otros dominicanos) a dar una cara, que no era realmente la que querían mostrar. Mi padre se convirtió sin quererlo, en el “hijo mayor” (en realidad era el tercero) de su familia, pues sus dos hermanos mayores habían salido del país con un historial anti trujillista. Esa condición convirtió entonces a mi papá en el más observado, el más escudriñado, como estudiante de la universidad, como profesional, y luego como propietario de una emisora de radio, que fue siempre la primera en las diferentes regiones donde se instaló, en Pimentel, en Salcedo, fue la segunda, pero en realidad La Voz de Quisqueya era con la que la gente se relacionaba y naturalmente la primera en San Juan de la Maguana. En Salcedo, hubo una amistad breve entre mi papá y Minerva Mirabal, quien participó en algunos programas-comentarios (no recuerdo si eran necesariamente comentarios de índole política) en la emisora, antes de ella inmortalizarse. Años más tarde papá tuvo que explicar al gobierno y sus espías la simplicidad, inocente y corta amistad con Minerva Mirabal. El hijo mayor de Antonio Achecar, Tonino, llegó a Santo Domingo en la Gesta del 14 de Junio y naturalmente asesinado, y la familia Achecar, específicamente mi padre, siguió sufriendo las vigilancias, escudriñamientos y espionaje de su vida, ahora con “mucho más razón” con la llegada de Tonino en la invasión del 1959. Mi padre al ser propietario de un medio de prensa, como lo es una emisora de radio era el blanco preferido de los trujillistas. En junio del 59 mi mamá, mi hermano José, mi hermana Josefina, de apenas 3 años de edad y yo estábamos en Pimentel pasándonos unos días, mi papá estaba tan ansioso de que regresáramos a San Juan, pero su deseo de ir a buscarnos, se lo impendía la estricta vigilancia de los militares y los espías trujillistas, que decidió escribirle una carta a mi mamá usando palabras claves de un dialecto que es conocido entre la familia Chupani, y mi papá sabía algunas palabras, así llegó la carta escrita en ese “idioma” extraño y comprendió mi mamá el mensaje y pudimos salir para San Juan para estar juntos como familia. Una vez identificados algunos de los invasores de junio, entre ellos Tonino Achecar, a mi papá se le obligó ir a la fortaleza de San Juan a interrogatorios por parte de los militares y los agentes del SIM (Servicio de Inteligencia Militar de Trujillo), eso era algo que sucedía más de una vez por semana. José Aquino, locutor de la emisora, oriundo de La Vega era un antitrujillista declarado y recuerdo conversaciones entre él y mi papá casi en silencio discutiendo la situación de entonces.
Durante la “Era de Trujillo”, Petán Trujillo, propietario de La Voz Dominicana, envió un retrato de él autografiado y con “especial” dedicatoria a mi papa con una carta ordenándole lo mostrara en un sitio visible de la estación de radio, como queriendo decir, nosotros te controlamos y harás lo que te decimos. En ocasiones, Trujillo se ideaba que ciertos sectores de la población le rindieran homenaje en el Palacio Nacional y esta vez le tocó a los farmacéuticos. Llegó a mi casa una carta con instrucciones específicas para que papá se trasladara a la capital a darle la mano a Trujillo, en señal de solidaridad. Mi papá fue el único farmacéutico que salió fotografiado dándole la mano a Trujillo en la página primera del El Caribe, yo recuerdo ver la foto y recuerdo también que en vez de usar su nombre hubo un error y el pie de la foto lo señaló como Carlos Alfredo Achecar, en vez de José Alfredo Achecar. Yo no creo que el hecho de salir mi padre con Trujillo saludándose, entre los miles de farmacéuticos que asistieron al evento, fue una coincidencia, si no algo complotado y tramado, para avergonzarlo, desacreditarlo y castigarlo enfrente de su familia y el país. En la época que se transmitía el programa grabado del 14 de junio, mi papa recibió un sin número de cartas anónimas que él leyó algunas enfrente de sus hijos, otras que le leyó a mi mamá solamente y otras, probablemente que nunca las leyó. De las que yo tengo conocimiento, hablaban en una forma amenazante en contra de su vida, hablaban de quemar la emisora, las amenazas se extendían a sus actividades fuera de la emisora, como su presencia en el “play “de pelota, que estaba cerca de donde vivíamos. Mi papa era un consumado beisbolista, fue promotor y manager del equipo de pelota de Pimentel por años, y siguió apoyando el béisbol en San Juan. Recuerdo también que en varias ocasiones nos habló directamente a José, mi hermano y yo sobre las cartas y nos pidió cautela y mucho cuidado cuando estuviéramos en la calle, específicamente montando nuestra bicicleta por las calles de San Juan: -“cuando se desmonten de la bicicleta miren para todos lados y cerciórense de que no haya nadie sospechoso alrededor de ustedes” me parece todavía oírle. A unas cuantas casas de la emisora se instaló con su familia el conocido “calié” Martínez Carvajal o Carvajal Martínez, quién hacía su patrullaje a pie constantemente enfrente de mi casa y era asiduo visitador de la estación, y eso no era coincidencia, era parte de una trama para perpetuar la vigilancia de las actividades de mi padre.
Como niño que era a la hora de su muerte y en los años antes de su muerte, estoy seguro que él no nos informaba de todos sus choques con el sistema represivo de Trujillo y el mismo sistema después de la muerte de Trujillo, pero sin Trujillo. También creo que él no le informaba a mi mamá de su lucha externa e interna para enfrentar estos atropellos. Como ser humano, amante de la vida, para la protección de su familia, era mejor el silencio, y creo a veces que eso explica esa timidez que le conocí, un silencio impuesto por la fuerza a muchos dominicanos de la época.
Su asesinato no fue un hecho al azar, que pasó porque él estaba sentado trabajando en la estación de radio de su propiedad, ese 3 de enero de 1962 a las 6 y pico de la tarde. Su apoyo incondicional de ofrecer las ondas de Radio San Juan al Movimiento 14 de Junio, para la difusión y denuncia del estado de cosas de la época, fue una muestra de su valor y enfrentamiento a aquellos quienes lo habían estado acosando por tanto tiempo, fue un grito de ¡BASTA YA! para parodiar la popular consigna de la época, a los que lo amenazaban, a él, su familia, su país, donde él estaba realizando sus sueños y los veía cristalizarse en San Juan de la Maguana. La orden de matar fue dada con la intención de eliminar a cualquiera que en ese momento estuviera presente en ese día y a esa hora en Radio San Juan, los valerosos dirigentes del 14 de Junio, a mi papá y si yo no me hubiese retrasado por unos minutos , a mi también. Era una orden de eliminación en que no se haría una selección de quien iba a vivir y quien iba a morir, en la mentalidad de los asesinos, aquellos que dieron la orden y aquellos que la ejecutaron, lo único importante era “erradicar” los ideales del 14 de junio y a individuos como mi papá, que se identificaran con ellos y sembrar pánico y desolación entre las familias y la población, y hasta cierto punto, lo lograron. Mi padre fue asesinado bajo ordenes de silenciar su albergo a la protesta, de oprimir su rebeldía interior, que le quemaba desde años. Si él no hubiese estado en la emisora a esa hora en ese día y en vez estuviese estado yo y todos los miembros del Comité Central del 14 de Junio sanjuanero, nos hubiesen matado a todos y mi papá hubiese muerto preso y torturado o de la pena inmensa de ver su hijo muerto y aquellos que luchaban por los mismos ideales que él luchaba. Esa era la clase de hombre que era mi padre, Lic. J. Alfredo Achecar.
Omitiré, por ahora, lo que nos tocó vivir, a mi familia y a mí después de la muerte de mi padre y espero que algún día pueda hacerlo.
José Enrique Méndez Díaz: En una reflexión final, ¿cómo fue para ti el crecer en familia, sin la presencia física de tu padre?
Dr. Rafael Achecar: Cuando se tiene 16 años uno todavía quiere seguir asustando a las muchachas con arañas que se capturan en los pisos, las paredes de las casas y subiendo los árboles de los patios. Jamás se piensa a esa edad que de repente tienes que enfrentarte con esa única verdad y no se le puede dar marcha atrás a los relojes y se comienza a crecer sin uno quererlo, ni se acuerda ya uno de continuar asustando a las muchachas con las arañas capturadas, porque ahora hay una vida que enfrentar, porque hay que comer, vestir, ir a la escuela, seguir rezando, conseguir trabajo, comprar libros, enfermarse y sanarse, esconderse de los que persiguen, volver a salir, sobrevivir las atrocidades de los necios, pagar la renta, sonreír, continuar visitando el cementerio y "tocar tus heridas abiertas para heredar de ti también el néctar agobiante de los muertos." Entonces darle gracias a Dios por el día y para que me prepare para el día de mañana y comenzar de nuevo.
1 comentario:
José Augusto Moreta Pérez te ha enviado un mensaje en sanjuaneros de hoy y de ayer
Es una extraordinaria y conmovedora entrevista la que has realizado al Dr. Achecar Chupani, sobre aspectos de su vida integrada al trabajo productivo y sobre todo los momentos de tristeza y dolor que vivió en San Juan de la Maguana cuando fuera asesinado su padre, el Sr. Achecar, en 1962.Me viene al recuerdo esos momentos convulsos y grises que marcaron a nuestra generación y que eran producto de la intolerancia política y la ausencia de libertad durante esos años de la historia de nuestro pueblo, acabando de salir de la dictadura Trujillista. Es laudable la honestidad que expresan las palabras del Dr. Achecar y la ausencia de lastre negativo que manifiesta al referirse a los hechos en los que se vio envuelto por el asesinato de su padre, cuando a penas contaba 18 años de edad.
Producto de la intolerancia y falta de libertad que practicaban los asesinos del Sr. Achecar, también segaron la vida de valiosos jóvenes sanjuaneros como :Profesor Claudio de los Santos,Bachiller.Gustavo Adolfo Dimagio, Bachiller César Lapaix y la de un Vegano que estuvo entre nosotros trabajando en la planificación agrícola regional, el Ingeniero Agrónomo Máximo Cabral Mercado, asesinado durante los 12 años de la dictadura balaguerista.Todos esos crimenes quedaron impunes.
Pienso, por otro lado, que es aquí donde reside en gran medida , el valor de ésta "página social", que nos permite sacar del olvido y dar conocer hechos tan trascendentes de la historia, especialmente sanjuanera.
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