Dos poemas de Rafael Ernesto Méndez (Fello Méndez)
GRITOS DE LIBERTAD
(Fello Méndez)
Soy en el libre espacio ave sin rumbo
que en cualquier montaña forma guarida,
y errante cruzo de tumbo en tumbo,
el ancho y triste desierto de la vida.
Mas a mi arrogancia nada atormenta,
me da lo mismo la sombra que la lumbre,
y reto como el cóndor el rayo y la tormenta,
buscando con arrojo la arrogante cumbre.
Soy en el silencio rugir de cataclismo
y levanto ante el oprobio mi augusta frente,
y si caigo en las fauces del profundo abismo
me revuelvo con impulso de torrente.
A veces tengo ansias de implacable peregrino
de abrirme trocha en la mañana obscura
de romper lanzas en la emboscada del camino,
y jugar la vida cara o cruz en mi aventura.
Si el destino contiendas me impone, ¡que me importa!
No tengo para el combate ningún reproche,
yo afronto el peligro por la vía más corta,
Y nunca dejo la aurora para esperar la noche.
Jamás en la dura lucha mi valor se agota
contra el tumulto inquieto al púgil violento.
¡El mar se agita si el vendaval lo azota
y las hogueras crecen si las combate el viento!
NO TENGO EN LA DURA BRECHA El débil balido
del triste cordero si el dolor me abate,
¡Soy como el León, que mientras más herido,
ruge más feroz en el combate!
Soy flagelo para la envidia que me apostrofa,
y desde mi torre ebúrnea, al combatir sereno,
pongo en la lengua de cada estrofa
un estertóreo retumbar de trueno
Cuando el derecho de la libertad se ignora
la tiranía impone su vil ultraje
sobre las cadenas que oprimen no se llora
las cadenas se rompen con viril coraje
Maldigo al imbécil que del vil tirano
a las plantas sin dignidad se humilla
soy en el decoro cual heroico espartano
cuando la fuerza la libertad mancilla
Cuántos necios esclavos libres se sienten
Por ser de áureo palacios cortesanos viles
pobres eunucos que atados sólo mienten
al creerse nobles siendo reptiles
Amo la libertad con noble y singular decoro
y si la sombra me envuelve soy un destello
y me llevo ruin y sumiso a cambio de oro
guirnaldas de cadenas colgadas del cuello
Jamás tienen derecho de mirar al cielo
mil veces lo digo a voces responsables llenas
los que tienen la cerviz doblada al suelo
oyendo el triste rumor de sus cadenas
Soy como los héroes sobre el escudo
en el campo ardiente de muerte o de victoria
a la libertad me ciño con fuerte nudo
por ser del alma la más grande gloria
Soy atrevido cóndor que busca para el vuelo
la libertad sublime del azul espacio
abro mis recias alas en la amplitud del cielo
y al sol le arranco un rayo de topacio
SALMOS LIRICOS
Eres un rayo de luz de la alborada
que en el rosal de mi sueño vaga
ritmo del arpa del alba enamorada
cuando en un azul primaveral divaga
Nevado cisne de eucarística seda
que el sonoro esquife de la onda mece
lirio de espuma del alba leda
que en la ribera de un lago crece
Tímida y casta cual la violeta
que en el silencio del jardín suspira
eres ritmo en las cuerdas de la lira
y sutil estrofa en la musa del poeta
Tienen tus ojos un sideral destello
y tus rojos labios son de claveles
en ti mujer, se define todo lo bello
que soñaron los clásicos pinceles
Como Eloísa, suspiras en la ventana
esperando el beso del rubio Apolo
eres ninfa que danzas en la fontana
al sonar la flauta del temprano Eolo
Es tu roja boca panal de mieles
de los rubios panales de Arcadia
y a tu euritmia roba el pincel de Apeles
la gentil belleza que en mi noche irradia
Eres blanca cual mármol de Carrara
y es tu cuerpo de escultura griega
y ante el embrujo de tu belleza rara
de antojos locos el corazón se entrega
Pareces así una ideal princesa
de un alcázar de oriente fugitiva
o una ondina en la onda que atraviesa
en un olímpico amor cautiva
Quién pudiera si fueras princesa
ser un paje de tu reino de amor
para besar tu boca, roja cereza
bajo el destello de tus bucles de sol
Quién pudiera si fueras ondina
en la diáfana fuente contigo bogar
y besar tu boca, tu boca divina
tu boca hechicera de clavel y coral
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