Don Emilio de los Santos, Orgullo de nuestro pueblo

Autor: Altagracia de los Santos F

Esto es tan solo una muestra de las manifestaciones expresadas en los medios de prensa escrita, a raíz de su muerte.

Por: Altagracia de los Santos F.
El Nacional Opina
“Don Emilio de los Santos, fallecido hace algunos días, cobro marcada notoriedad cuando fue escogido para presidir el Triunvirato de Facto que sucedió al primer ensayo libre y democrático vivido por los dominicanos, después de la caída de la tiranía trujillista.

Fue un hombre humilde, honesto y a carta cabal. Murió sin haber atesorado fortuna, que jamás le intereso. Caminaba, hasta poco antes de su muerte, por las calles de Santo Domingo, a pie, y siempre fue objeto de consideración y respeto. ¡Paz a sus Restos!”


El Nacional ¡Ahora! 14 de Junio de 1986.
“Habrá que hacer un estudio de los y las personalidades de los gobernantes. ¡Cuánto trabajo cuesta por el poder y retirarse de el con sencillez y humildad! Don Emilio de los Santos, fue presidente del triunvirato durante casi tres meses.
Presidio un gobierno ilegitimo y condenable por la historia. Fue una debilidad en su trayectoria democrática de antitrujillista y cuando se percato del grave error cometido y se vio impotente ante la sangre derramada en las montañas por Manolo Tavares Justo y los jóvenes del 14 de Junio, presento renuncia irrevocable. Siempre humilde. Siempre conversando con los jóvenes y abordando temas históricos, con verdadera imagen de hombre incapaz de dañar concientemente a nadie y presto a reconocer cualquier error. ¡Oh Dios mío! “Sin Transit Gloria Mundi”, así pasa la Gloria del Mundo”.


Tony Rafúl
Ultima Hora, Junio 89
Estas opiniones son una breve muestra de los artículos que circularon en las paginas de los principales periódicos nacionales, así como todos los análisis comentando el deceso de un hombre pobre, humilde y honesto del cual todo aquel que hace referencia de el lo hace con respecto y al orgullo por la forma en que vivió. “Caballeros de ideal sin manchas ni tachaduras han sido en nuestro país: Juan Pablo Duarte. Francisco Gregorio Billini, Ulises Francisco Espaillat, Américo Lugo y Emilio de los Santos, quien prefirió la pobreza en su hogar a la presencia manchada con la sangre de los inocentes”. Apunta José Ángel Sención, en su articulo Los Cinco Jinetes de la Democracia, Nov. 18, 1992.

Su vida
Nativo de la prospera San Juan de la Maguana, u 12 de Octubre de 1903, siendo sus padres Juan Justo de los Santos (Don Chuchu) y Doña Maria Antonia Salcie.
Hizo sus estudios primarios en su ciudad natal, así como los secundarios y universitarios en santo Domingo.
“Su hogar estaba enriquecido por varios hijos, de uno y otro sexo, todos muy laboriosos. Las hembras eran costureras de alto conocimiento, adquiridos mediante revistas de modas. Los varones: Aníbal, el mayor, de conocimientos agrícolas y ganaderos, Melchor, talabartero, y el menor Emilio, muy amigo de los libros, inteligentes y buen estudiante”. Expreso su amigo.

José del Carmen Ramírez F. (Ministro)
En el año 1924, Don Emilio, junto a un grupo de compueblanos, llega a Santo Domingo, transcurrido el gobierno del general Horacio Vásquez, todos Vivian en el mismo hotel que había en la Casa del Cordón y en absoluta armonía, también allí vivía como estudiante, el hoy doctor Joaquín Balaguer. A Don Emilio, siguiendo la ideología de su padre, que fue enemigo irreconciliable del trujillato, estuvo preso en varias ocasiones, rechazo varias veces empleos que el Gobierno le ofrecía causándole problemas cada día mas fuerte en sus relaciones con Trujillo.

“Sus amigos lo recuerdan con respeto y con cariño, confiados en que su alma generosa y buena tiene que estar muy próxima al Señor morando en paz a Su lado, en el sitio de privilegio que el gano en vida”. Expreso
José del Carmen Ramírez F. (Ministro)
San Juan de la Maguana, R.D.

Político
Cuando la desaparición del generalísimo, Don Emilio de los Santos presidio la Junta Central Electoral que organizo las Elecciones Generales del 1962, en las que salió electo el Profesor Juan Bosch. El golpe de estado militar lo llevo a encabezar la presidencia del Triunvirato, de inmediato se hizo presente la protesta armada y pidió moderación en la persecución de estos jóvenes, que protestaban para preservarles las vida.
Había prometido que en su mandato no permitirá derramamiento de sangre, y la noticia del acontecimiento ocurrido en Las Manaclas lo hizo renunciar a su puesto, en desacuerdo con los métodos militares utilizados para enfrentar a los insurgentes.
En estos tiempos, ¿quién renunciaría a tan alta magistratura? Se dice que este hombre de vida publica salió con las manos limpias, se reintegro al hogar y al desempeño de su profesión de abobado con modestia y humildad.
Siempre caminando, como salió del Palacio, sin miedo por las distintas calles de la capital.

Su Familia
Don Emilio de los Santos estuvo casado con la señora Mary Boresen Vda. De los Santos, con la cual procreo sus dos hijas Maria Cristina de Garrrido y Rosa Margarita de Torres, que han seguido el ejemplo del padre, que tuvo un verdadero desprendimiento de las cosas materiales, para dar prioridad a los principios morales y espirituales. Ellas, por su parte, han educado a sus hijos, con los mismos principios heredados de sus progenitores.
“Nosotras nunca fuimos al Palacio”, confeso una de sus hijas con modestia, con la genuina modestia heredada de su padre.
“Nunca se intereso por poseer una casa propia, ni atesorar fortuna”, según expreso su hija Cristina.
Sus hijas y esposa hablan con orgullo del que fue su padre y compañero y lo que mas las llena de orgullo y satisfacción es que todos lo recuerdan como un hombre poco común: Su buena reputación, serio y honesto, siempre lo identificaron. Donald Read Cabral considero a Don Emilio de los Santos “Como un hombre de actitud vertical, ejerció su profesión de abogado con seriedad, era de un carácter recio y gran educación, pero cuando tomaba una decisión no volvía atrás”.
Las recientes generaciones no conocen sobre este hombre de gran dignidad y lo atribuyo a que la Educación general, publica y privada no le da suficiente importancia a su historia, estimo Read Cabral.
Es extraño que ninguna calle lleva el nombre de este digno hijo del granero de san Juan de la Maguana.