No sólo la geografía sanjuanera es definida de distintos modos, sino que también su gente recibe diferentes calificativos que le dan identidad. Frases como “los liboristas”, “los brujos” y el que quizás tiene mayor trascendencia y que tiene que ver con las migraciones que impactaron en sus fundaciones, nos referimos a la designación de “los barriga verde”.
Esta definición de “barriga verde” se relaciona con las inmigraciones canarias en una segunda o tercera migración interna que, procedentes esencialmente de Azua y sus alrededores, se establecieron en el Valle.
Los canarios se dirigirán hacia la región fronteriza y septentrional del país, auspiciados por la política gubernamental de servir de freno a la ocupación francesa y estimulada por las ventajas de las ventas de ganados y tabaco en el Santo Domingo Francés. Eje cardinal de la expansión en la región fronteriza fue la fundación con familias canarias de la villa de Hincha en 1704. Años había tenido lugar la de Bánica. Vertebró en torno a sí el dinamismo de una región cuya base de crecimiento era precisamente ese intercambio. La demanda de ganado se convirtió en el mayor incitador a su crecimiento. A ella se le uniría en 1733 la de San Juan de la Maguana con hateros próximos, vecinos de Azua, e isleños.[1]
Para entender el surgimiento de esta definición del sanjuanero como “barriga verde” hay que remitirse a la explicación de E. O. Garrido Puello, quien asegura que:
Para entender el surgimiento de esta definición del sanjuanero como “barriga verde” hay que remitirse a la explicación de E. O. Garrido Puello, quien asegura que:
Por muchos años barriga verde sonó a los oídos sanjuaneros no sólo como una expresión indelicada y desdeñosa, sino injuriosa y perturbadora de su tranquilidad espiritual. Barriga verde era una mala palabra y evocaba antiguos rencores.
Siempre estuve interesado en conocer el origen del burlesco y peyorativo mote; pero parece ser que la única versión autorizada es la que proviene del Gral. José del C. Ramírez, culto profesional versado en las cosas de su región. Según el Gral. Ramírez cuando el terremoto del 1733 destruyó la población de Azua, los habitantes, que formaban dos castas, por cuestiones de privilegio, no se pusieron de acuerdo y los de la secundaria, que incluía mulatos, fundaron a San Juan de la Maguana. Los Sanjuaneros, lejos de los centros civilizados, dedicados a la crianza, con sus casas dispersas en el valle y por horizonte la majestuosidad de sus montañas, vegetaban en sus riquezas. Sus atavíos discrepaban con la elegancia: trajes mal cortados, eliminación de las ropas interiores, pocos botones, etc. Como eran de raza caucásica, la entreabrírseles la camisa, sobre la blancura mate de la barriga se destacaba el verde reluciente de las venas. De ahí el origen de la burlesca expresión de Barriga verde con que durante muchos años los azuanos estigmatizaran a los sanjuaneros.
La versión parece lógica y enmarcada en el cuadro de la vida de la época.
También les decían los Peluses. El origen de esta expresión es más reciente y se originó por la costumbre que tenían los sanjuaneros cuando visitaban la cabecera, ya en funciones de electores o en sus negocios, de copar la barbería para recortar el pelo. Alejados por la distancia y los malos caminos, olvidados por los gobiernos, los sanjuaneros por siglos durmieron en la indolencia, sólo sacudidos por la tragedia que para sus vidas y sus intereses representaba la vecindad de Haití.
El mote de barriga verde propició muchos conflictos y odios regionales; pero afortunadamente la comprensión y la cultura han convertido la mala palabra en una expresión de orgullo para los sanjuaneros: todos alardean ya, con la frente alta y el corazón en la mano, tener la barriga verde. La traducen como manifestación de responsabilidad, fundada en la honestidad de sus acciones, en la lealtad de sus principios, en su consagración al trabajo honrador y digno y en su probado valor físico y moral.
El autor es el responsable de la palabra barriga verde dejara de ser peyorativa. Cuando ocupo posición política señera, muy joven, para limar asperezas regionales, en todas las oportunidades propicias alardeaba de tener la barriga verde. Su actitud tuvo imitadores y la palabra dejó de ser despectiva.[2]
[1] Manuel Hernández (2006). La colonización de la frontera dominicana 1680-1795, p.237. Academia Dominicana de la Historia. Santo Domingo.
(2)E. O. Garrido Puello 1972. Barriga Verde en Espejo del pasado. Impresora Arte y Cine, pp. 51-52.
Fragmento de la obra inédita SÍMBOLOS de IDENTIDAD SANJUANERA / José Enrique Méndez, Bismar Galán
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