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jueves, 12 de julio de 2012

El valle de San Juan de la Maguana


Apuntes a  proposito de la XVI Feria Ecoturistica y de Producción en San Juan 2012 

Aspecto geográfico e histórico/ Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano/Angel Moreta


Pertenece a la provincia del mismo nombre, la cual ocupa una extensión territorial de 3,560 kilómetros cuadrados, que representa el 26% de los 14,511 kilómetros cuadrados de toda la región Sur. Es una de las más grandes del país y se ubica hacia la parte occidental, que comprende, además, las provincias de Azua y Elías Piña. La otra parte de la región
se extiende más hacia el sur y el extremo sur, y convencionalmente se ha aceptado en diversos documentos, que comprende las provincias de Barahona, Bahoruco, Pedernales e Independencia.
La agricultura de la provincia tiene un peso importante en la producción de arroz,  habichuela, maní y otros, como el maíz, y en ella se han desarrollado procesos y transformaciones que constituyen el objeto de nuestro análisis.

El valle de San Juan posee una extensa llanura de cerca de 632 mil tareas, cultivables en su mayor parte con sistemas de riego que se alimentan de las aguas que aportan los ríos Yaque del Sur, Mijo y San Juan. Se ubica dentro de los 1,746 kilómetros cuadrados de tierra cultivable que tiene la provincia, el tercer lugar después del valle del Cibao, que dispone de 4,968 kilómetros cuadrados y de la llanura costera del Caribe, que tiene 5,140 kilómetros cuadrados. En el renglón de suelos no cultivables, ocupa uno de los últimos lugares.
Dicho valle es el segundo del país por su extensión, después del valle del Cibao. Comprende zonas irrigadas hacia el este y el oeste, donde se desarrollan cultivos  especializados de arroz, habichuela, pastos, sorgo, etc. Sus tierras son de buena fertilidad, de la clase II y III, con infraestructuras, por tanto, con buena renta diferencial I y II.

Algunos autores lo sitúan, de norte a sur, desde las estribaciones de la Cordillera Central hasta la sierra de Neiba; y desde Elías Piña, al oeste, hasta Azua, al este.

Desde el punto de vista agrícola no tiene tanta extensión, pues en dirección al oeste, y al sur comprende vastas porciones de bosque xerofítico, hacia donde fue empujado históricamente el campesinado a medida que se intensificaba la apropiación capitalista del valle.

La sierra de Neiba, al sur, se extiende desde la frontera hasta el Yaque del Sur, río que la separa de la sierra de Martín García. Se levanta como una silla de caballo entre los valles de San Juan y La Hoya de Enriquillo que queda a unos 300 metros por debajo del valle de San Juan y es una falla de la sierra

La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana 35 de Neiba, tiene suelos poco cultivables que aparecen a lo largo de estrechos valles intramontañosos, pequeños y aislados.
Dicha sierra se compone de altas montañas que se extienden al sur del valle de San Juan y forman la divisoria entre las provincias de Azua y Barahona. A su este, separada de ella por el río Yaque del Sur, se encuentra la sierra de Martín García, la cual mira hacia los llanos de Azua al norte y hacia la bahía de Neiba por el sur
Con respecto al valle de San Juan, T. W. Vaughan en: Un reconocimiento geológico de la República Dominicana, de 1920, se refirie al período colonial, y decía que:

los que han viajado por la República [...] han escrito
interesantes relaciones de la belleza y la fertilidad
del valle de San Juan. Este valle está dotado
por la naturaleza de una caída de lluvias mayor
y más uniforme (sic) distribuida que la adyacente
llanura de Azua, de manera que allí abunda más
el agua para los fines del riego. 
Cronistas y viajeros, clérigos y funcionarios coloniales que escribieron informes y relatos de viajes y memorias sobre los recursos geográficos y las condiciones de vida de la colonia, se refirieron a la parte occidental de la región Sur elogiando y describiendo sus riquezas físicas. Uno de éstos, Diego Alcocer, en su Relación sumaria del estado de la isla, de 1650, afirmaba que:
el valle de San Juan es de lindo temple, fresco y sano
y que algunas veces hace muy gran frío. Críase
en él mucho ganado mayor y pudiera criar mucho menor
porque se cría muy bueno. Alguno hay y se pudiera
criar mucho si la falta de caudal no lo excusara. 


Otra noticia de Alcocer sobre el valle en el siglo xvii es sobre la crianza de caballos:
ay en este valle muchos caballos cerreros o como acá dicen, cimarrones, que todos los que quieren los cogen y se aprovechan de ellos. Es tanto el número de ellos que ponen admiración y es una de las maravillas del mundo […] dicen ay más de treinta mil caballos y los que se moderan algo dicen que más de veinte mil. Lo que admira más a los que no le han visto es que cuando van a espantar los caballos para que entren en los corrales empiezan a correr de una parte a otra y unos espantan a los otros de manera que puesta una persona en un lugar alto ve pasar un día entero caballos corriendo, que son tantos que hacen temblar la tierra. 

La región Sur y la provincia de San Juan de la Maguana
En el siglo xvi el valle era rico en crianza de animales y ganadería; aún cuando existían en él más de doce grandes hatos, el área estaba prácticamente despoblada. Al informar sobre los pueblos que habían sufrido despoblamientos en el siglo xvi, antes de las devastaciones de 1606, Juan López Velasco, cosmógrafo-cronista, en su trabajo Geografía de la Isla Española, reporta que la «villa de San Juan de la Maguana, en el medio de la isla, entre la ciudad de Santo Domingo y La Yaguana, cuarenta leguas de uno y otro pueblo, ha quedado   en él la iglesia y la gente de dos ingenios de azúcar que hay allí juntos».
Después de las devastaciones, la zona comenzó a repoblarse ya avanzado el siglo xvii. Andrés Núñez de la Torra, en su folleto de 10 páginas impreso hacia 1662, informa haber encontrado que la villa de San Juan «tendrá 50 vecinos, (y) socorre con 200 hombres». Pero hacia fines del siglo xviii, en 1796, cuando Moreau de Saint Mèry publicó su Descripción de la parte española de Santo Domingo, dio noticias de la existencia de 3,600habitantes en 1764, y de 5,000 en 1796.26

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