GINA MEDINA FARIAS, M.A
El arte en sentido
general, es el lenguaje simbólico en que todo artista ha elevado su voz a
través del tiempo con sorprendentes
ideas, fantasías, comentarios, denuncias satíricas, revelaciones personales ya
sea plasmado en piedra, lienzos, en letras o sencillamente en combinaciones de
sonido y tiempo, logrando llevar así una comprensión mayor de la conducta humana
en el contexto histórico en que este se ha desarrollado.
La fuente del poder
creador del hombre se manifiesta cuando este de la nada concibe un pensamiento,
engendra esa semilla logrando proyectar en imágenes sus ideas, su cosmovisión
de acuerdo al código de valores en que se encuentre basamentado su universo.
Por lo tanto
resulta ser algo sine quanon, convirtiéndose en cuasi obligatorio, que los
artistas dentro de sus diferentes áreas, al trabajar en un tiempo y espacio específico,
compartan una herencia sociocultural
llena de préstamos étnicos, de los bienes tangibles e intangibles, donde en
consecuencia todos tendrán un punto común de partida.
Esto nos lleva a
teorizar que tanto en las artes como en la política existen personas conservadoras
que tratan de resguardar a capa y espada los valores tradicionales mientras que
los individuos que son liberales y progresista se preocupan mayormente por el
vanguardismo adelantándose a realizaciones posteriores trillando un camino
escabroso y poco seguro pero muy revelador de ese posible futuro.
Desde que contemple
la obra Frontera de Luis León Medina, me di cuenta de que me encontraba ante un artista ecléctico. Siendo revelado por los sistemas de valores y
cosmogonía empleados, coexistiendo este en una característica muy particular
debido a su herencia tanto genética como histórica. Al mismo tiempo se percibe un artista
vanguardista que se ha revelado contra lo establecido revalorizando así y
reescribiendo la historia desde las cerdas de su pincel y de la sinfonía de
colores que emplea en su paleta.
En una primera
mirada, me quede absorta iniciando como siempre
una mirada holística de ella en donde sus elementos cobraban vida ante
mis ojos. Unas letras danzarinas
bailoteaban en mi cerebro susurrando las palabras frontera rapsodia en gris y
en fracciones de segundos hizo una serie de conexiones trasladándome a un mundo
paralelo donde en una alegoría podían converger los griegos recitando
libremente los poemas épicos de Homero y los dominicanos cantando las gestas a
la patria.
Dando un salto
cuántico a un mundo mágico en donde una paleta de colores fríos me llevaba de
la mano a las brumas de un pasado, en donde las volutas del tiempo quieren
desvanecer una historia escrita con sangre catapultándome hacia un futuro
incierto casi apocalíptico.
Una segunda mirada
me ha hecho hacer una especie de exegesis que en verdad quiero ver esta obra
con los sentidos del artista. Siento
como si entrara bajo su epidermis y trato de ver con sus ojos como estos trazos suavizados por las crines
del pincel me llevan al ethos del alma del autor logrando desnudar lo que su
subconsciente quiere revelar.
Luis León nace
precisamente en el centro de Babeque, la amada Quisquella, en el cacicazgo de
la Cacica Anacaona la reina del Maguana, en donde la provincia de San Juan, fue testigo
de una de las batallas más sangrientas que cerró con broche de oro la
independencia y soberanía nacional, donde el General Cabral combatió cuerpo a
cuerpo con Anthony Pierre, el temido duque de tiburón y en una decisiva
maniobra de su espada cerceno su cabeza cubriéndose de sangre y gloria la
historia dominicana. Y precisamente, es esta carga genética
ancestral en donde al artista se le hace imposible abstraerse de ella y en
donde es ella quien cobrando vida hace las conexiones que necesita para
encontrarse con parte de sus raíces.
Si observamos el
lienzo, vamos a ver en primer plano unos postes de cemento que a mi entender
pueden representar la herencia del General Gregorio Luperón, el centinela de la
frontera, haciéndole un llamado a los hombres de la Republica Dominicana donde
nos insta a estar en estado de alerta por lo que pudiera ocurrir en un futuro
cercano.
El alambre de púas,
nos dice que existen unas barreras que van más allá del idioma encontrándose en
todas las dimensiones: sociales, económicas y trascendentes que siempre
chocaran con los valores bien profundos y arraigados que se encuentran en el
corazón del verdadero dominicano.
Si profundizamos en
el cuadro, vamos a notar que estos elementos se pierden en la bruma gris de la
conciencia llevándonos a recordar que esta es una lucha antagónica y sobre todo
vieja, que si resquebramos la niebla espesa que trata de hacernos olvidar esos
años de esclavitud y sometimiento, esta obra nos insta a que releamos y estudiemos
a fondo dichos conflictos ya que el individuo que no conoce sus raíces tiene
tendencia a repetir los errores de sus antepasados y por ende no tiene sentido
de pertenencia ya que ha ido perdiendo su identidad.
La paleta se tiñe
de rojo, que es en donde el artista nos recuerda, que esta pseudo libertad ha
sido producto de la sangre derramada por miles de dominicanos que creyeron en
un proyecto de nación y que lo dieron todo por defender con dientes y uñas el
derecho inalienable de ser hombres libres con una verdadera libertad de
expresión.
El letrero de la
Constitución, roto en el suelo, con forma de pala recolectora de basura, nos
pone de frente a la realidad que nos enfrenta como una bomba que puede explotar
en nuestras manos, si nuestros hombres y mujeres que han sido nombrados por el
pueblo para defender y preservar lo que en diferentes etapas históricas nos ha
tocado vivir, es el mismo pueblo quien se encargara de castigarlos porque
aunque los ingratos no tienen memoria, la sociedad sí.
Ya lo dijo el
Presidente Joaquín Balaguer hace varias décadas: la Constitución de la
Republica es un pedazo de papel………Pero yo, como mujer nacida y criada en este
terruño formada bajo los valores y los símbolos de la Patria Dominicana que
tanta sangre le ha costado por mantener su soberanía, me identifico a una con
esta magnífica obra del gran pintor dominicano Luis León y junto con los
últimos trazos que representa su pincel pongo con toda mi alma mi nombre al
lado de la firma de él.
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