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viernes, 10 de junio de 2011

GRITOS DEL ALMA




Estoy aquí, en esta habitación triste, oscura y fría

Donde mi alma se encuentra secuestrada

Donde mis manos están encadenadas y

Mi boca amordazada está.

GRITOS DEL ALMA salen,

Destruir quiero, estas paredes que me encarcelan

Esa puerta que intenta detenerme y abrir intento

Gritar de cara al viento el dolor que llevo dentro.

GRITOS DEL ALMA salen,

Para reclamar a esa sociedad indiferente, inhumana

Donde se han perdido los valores, el respeto, el amor

Donde el ojo por ojo es la ley y mi ser atrapado está.

GRITOS DEL ALMA salen,

En reclamo a los que deliberan y aprueban leyes

Que luego se evaporan y duermen en el tiempo,

Dejando a los pueblos, a sus gentes, solos, inseguros

Desvalidos por la irresponsabilidad de sus acciones.

GRITOS DEL ALMA salen,

Por los humildes que nacen y mueren sin conocer la esperanza

Mientras otros enriquecen con deseo inmenso de poder

Podridos de ambiciones desmedidas, dejando en el camino

Dolor, sangre, injusticias, llevándose la alegría de muchas gentes

GRITOS DEL ALMA salen!!!!! Gritos seguirán saliendo!!!!,

En la búsqueda de una sociedad que vive en mis sueños

Por una sociedad más justa, digna, más segura, más humana.


SOBRE LOS GRITOS DEL ALMA DE LIVIA PEÑA

José Enrique Méndez

Un escritor amigo sostiene que “para ser verdaderamente escritor, debe estar comprometido con la humanidad.”

Los GRITOS DEL ALMA de Livia Peña, son voces desatadas, que irrumpen para demandar, para reclamar, desde sus propias entrañas, desde el silencio mismo meditado, con el poder y fuerza de la justicia, por los humildes.

Emocionalmente Livia interioriza en su práctica escritural y Grita, En la búsqueda de una nueva sociedad , más humana.

Los gritos de Livia me hacen revisar un escrito anterior_

Hay una “Parábola del pueblo oprimido”, que nos narra que “En los campos de la República Dominicana crece una hierba que los campesinos llaman «junquillo». Tiene media docena de hojas alargadas. Por debajo de la tierra se van extendiendo sus raíces en todas las direcciones, de tal manera que, cuando se arranca una planta, a los pocos días nace otra al lado. Es imposible eliminarla. Un día vi echar una capa de asfalto en el patio de una casa para acabar con el junquillo. Pero, algunos días después, unas hojas pequeñas empezaron a sacar sus cabezas verdes a través del asfalto negro.

La imagen, visión de la fuerza de esta Planta herbácea, despierta el aire de empoderamiento o apoderamiento, el aumento de la fortaleza espiritual, política, social o económica de los individuos y nuestras comunidades.

Con la fuerza de las raíces de la yerba bruja dominicana, crece en la conciencia nacional

Cuando nos insertamos entre los hombres oprimidos por estructuras duras como el asfalto, no sólo encontramos la muerte, sino también una red de vida, de resistencia, de organización, de solidaridad, que la opresión no ha podido eliminar. Caminamos hacia el encuentro de los oprimidos, e inseparablemente caminamos, con los mismos pasos, hacia el encuentro con Dios oprimido bajo el asfalto. Dios crea inagotablemente vida y libertad en el secreto de la tierra fecunda hasta que llegue la hora y brote la justicia.

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