“Jayaquito” era el nombre de un río endémico cadavérico de Chalona, sin embargo, era la fuente de agua de esos predios; contaba con varias norias donde se sacaba el agua para beber. Tenía tan poco caudal que en tiempo de sequía permitía que los muchachos los cruzaran brincando piedras sin mojarse los pies. Don Juan Mejía, a fuerza de esfuerzos construyó un canal con el cual canalizó del río “Jayaquito” formando un arroyito, que en tiempo de lluvia era como un gran río caudaloso.
Era uno de eso tiempo cuando llovía casi todos los días y el “Arroyito de Juan Mejía”, que pasaba por detrás de su rancho dividiendo su tierra con la tierra del viejo Lucas Ortiz, tenía abundante agua, para mojar el conuco y suficiente para que los animales bebieran.
Macho primo, era sobrino del don. Juan Mejía, y todos los domingos lo visitaba y se daba su jumenta antes de irse para su casa. Ese domingo había comenzado su parranda muy temprano y ya al medio día estaba bien borracho. Haciendo señas dijo entre dientes:
- Doña Carmelita, perdone pero me voy, estoy un poco juguetón.
- Ajá vallase con Dios, pero puay no, vengase puaca.
- Hay Carmelita, solo estoy medio borracho usted verá que es asina como digo.
En seguida se arremangó el pantalón dio un salto que cayó al otro lado del arroyito; le quitó la tusa a la botella y se dió un largo trago de “ron tusita”; y pasándose el dorso de la mano dijo:
- Aquí estoy donde Lucas.
Volvió y se bebió un trago de “Ron Tusita” que era como les decían al ron que traficaban de Haití; “Tusita” por que las botellas eran tapadas con pedazos de tusas de Maíz.
Se preparó de nuevo para saltar y brincó cayendo esta vez donde Juan Mejía; destapó la botella se bebió otro trago y dijo:
- Aquí estoy donde donde Juan Mejía.
Se preparo de nuevo y salto esta vez cayó dentro del arroyito y doña Carmelita, jocosa le pregunto:
- ¿ Macho primo y ahora dónde estas ?
Macho primo:
-Empapado como un pollito en medio de un aguacero.
Miró a ambos lados del arroyito y respondió:
- Bueno Carmelita creo que estoy entre Lucas y Juan Mejía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario