Datos Históricos
de San Juan de la Maguana
Miguel Angel
Monclus
Se lee en
las crónicas que a los cinco años de fundado, en 1508, San Juan obtuvo como
distintivo heráldico, sobre un escudo blanco, un águila negra con un libro en
las garras, rodeado de una orla dorada con cinco estrellas azules. Por todo se
ve que San Juan creció pronto en importancia y riqueza, sobre todo en riqueza
pecuaria, y ya en 1535, es decir, a los cuarenta años de ser fundado, San Juan
fue saqueado por unos corsarios ingleses. ¿De dónde procedían esos corsarios ingleses? Seguramente
que del mar antillano y desembarcaron tal vez por la Bahía de Ocoa.
Para aquella
fecha, 1543, debía ser notoria la importancia de San Juan de la Maguana, cuando
la fama trascendía hasta los ladrones del mar y los movía a saquearla; a la par
que admira la audacia de aquellos bandoleros que a pesar de la fragosidad de
nuestras selvas vírgenes, surcadas cuanto más por alguna trilla indígena, ya
impracticable por abandonada, se adentraban hasta el propio corazón de la isla,
para realizar sus fechorías. Este saqueo fue el inicio de una serie de sucesos
fatales para San Juan y que iban a culminar un día no lejano, con una total destrucción
Juan López
de Velazco, en su Geografía del año 1574, describiendo el país, dice así: “La
Villa de San Juan de la Maguana, en medio de la Isla; entre las ciudades de Santo Domingo y La Yaguana; 40 leguas del
uno y del otro pueblo; ha quedado en él la iglesia y la gente de dos ingenios
de azúcar que hay allí juntos “. Habían transcurrido 31 años después del saqueo
de San Juan, y a esa fecha según el testimonio citado, no existía vecindario en
la que fuera ciudad; de ella como vestigios sólo quedaban la iglesia y dos
ingenios en su cercanía. Esos ingenios estaban ubicados al Suroeste de la
población, en el sitio conocido ahora con el nombre de Manoguayabo, en donde aún
se ven destruidos los cimientos de los bateyes que eran importantes, según las
muestras que se conservan. Esa condición y estado de San juan en 1574, era la
consecuencia del saqueo de 1543 y
desgraciadamente, debía ocurrirle después otra tragedia peor.
Partiendo de
la noticia de López de Velazco, anteriormente citada, transcurrieron 32 años en
que la villa de San Juan. De existir, debió ser en la forma de un caserío de
casi ninguna importancia
Existían sí,
en su jurisdicción, los mencionados ingenios de cada una y varias estancias y
hatos, cuyos dueños, encargados o mayorales, tenían sus viviendas aledañas a
ellos y esparcidos por todo el valle de la Maguana, especialmente por el sector
de ese valle denominado “Santomé”, por el propio Descubridor, en distinción al
Fuerte que hizo construir para guardar la mina de Arroyo de Oro, en su segundo
viaje a la Isla.
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