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miércoles, 12 de junio de 2019

San Juan de la Maguana y las Devastaciones de Osorio



Datos Históricos de San juan de la Maguana, Miguel Angel Monclus.

El día 19 de mayo de 1606, el Capitán General de la Colonia, Osorio, asimilando a San Juan en suerte a la de las cuatro poblaciones de la banda norte de la isla: Puerto Plata, Monte Cristo, Bayajá y la Yaguana, dictó la orden disponiendo el arrase del pueblo y de la jurisdicción: me ha parecido convenir que la Villa de San Juan de la Maguana se despueble, y que los ganados de su término se retiren y trasladen al contorno de esta dicha ciudad(….) por lo cual mando a vos, el corregidor de dicha Villa de San juan de la Maguan, ya los vecinos y moradores de ella, que dentro del tercer día de cómo este mandamientos fuere notificado , o se pregonare en dicha villa y su término, salga de ella con vuestras familias y haciendas, e vengáis a vivir al nuestro sitio que os está señalado, donde dicen la Buena Ventura, junto al arroyo Hicaco, en la parte y lugar  que se ha levantado una cruz que hizo poner y labrar el alguacil mayor Francisco R. Franco….

El motivo invocado para llevar a cabo la feroz medida, era aquel que se llamó el negocio de los rescates en que intervenían ingleses, franceses y holandeses, con quienes los habitantes de las islas vecinos a nuestras costas, especialmente los del Norte, se realizaban un comercio que era juzgado como una estafa, un crimen de lesa majestad, y un sacrilegio por las autoridades españolas , ya que España perseguía el monopolio en su exclusivo provecho de con  y desde el mundo que Colón había descubierto. A cambio de los cueros y corambres que se le suministraba, los bucaneros proveían a los criollos de los artículos y géneros que según las leyes  y la conciencia del Rey, del importarse de la Casa de Contratación, y por el exclusivo puerto de Sevilla; y eso merced a un barco que una vez cuando más, al año, tocaba en nuestros puertos o debía tocar en ellos, pues regularmente sólo lo hacía en el de la Colonia, la Ciudad de Santo Domingo.
Muchos alegatos de la época ponen en duda la posibilidad que la mayoría de los sanjuaneros tenían de rescatar, dada la enorme distancia a que se hallaban de Gonaibes y los sitios de la Costa Norte en donde los bucaneros arribaban para hacer el negocio, de rescatar los sanjuaneros, debían hacerlo por la costa próxima, la del Sur y no pareció así, puesto que las medidas de arrase no alcanzaron a Azua que fue tradicionalmente el Puerto obligado de San Juan.


Para los días de la despoblación, se daba fe que en el término  de San Juan de la Maguana existían doce hatos de vacas, más uno de abejas. La lista de esos hatos es la siguiente, y se pueden identificar los sitios que le correspondían, por los nombres conocidos en la actualidad:
Hato de Sodorín, del Corregidor de la Villa, Ovalle.
Hato del Duan, de la menor de Amador Ovalle.
Hato de Juan Romero.
Hato del Padre, de la familia Monasterios,
Hato de la Higuera, de Diego Caballero.
Hato de las Charcas, del  Lic. Lorenzo Bernáldez
Hato de los Tres Brazos, de Alvaro Agüero y Antonio Díaz
Hato de Santomé, de Alvaro González y Antonio Díaz.
Hato de Naibuco, del Corregidor Ovale, de quien era también el Hato de Abejas, situado cerca de la población.

Tres días de plazo se daba para trasladar el ganado de esos hatos y trasladarse también los habitantes de la Villa y todos sus menesteres y pertenecías hasta La Buenaventura, lugar que estaba situado río Haina arriba, próximo  a la ciudad de Santo Domingo, en jurisdicción actual de San Cristóbal. Las tragedias de aquellas mudanzas forzadas y en masa no estaban descritas por ningún contemporáneo, pero a 340 años de distancias, es posible imaginar lo que fueron. En lo que respecta a las pérdidas materiales, baste citar el ejemplo de Antonio Jaques Carvajal, uno de los desalojados de la banda del norte; según relación que hace el propio Jaques Carvajal,  perdió

35,000 ducados de cuartos, porque se le despoblaron dos hatos de ganado vacuno, nombrados Cana y Guamal con 2000 cabezas de ganado manso que se perdieron en el camino hasta llegar a los sitios que se señalaron, por los malos pastos, atolladeros, mosquitos, jejenes, y otras plagas; mas el ganado y yeguadas cimarrones, donde había para sacar cada año, 2000 cueros de toros morrunos y domar más de 500 caballos y yeguas, además se murieron en el traslado 90 caballos y yeguas del servicio de los hatos.
    

El valle de la Maguana  quedó definitivamente  cerrado para toda existencia humana. El ganado rezagado que era mucho, se volvió cimarrón; crecieron malezas, se borraron los caminos y cundió la desolación por todos estos sitios, hasta que por fin, comoFénix, San Juan resurgiera de sus propias cenizas.


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