José Enrique Méndez
Los paleros hicieron irrumpen en lo creativo, tocan sus danzas del poder en todos los espacios: fiestas, ritos religiosos y celebraciones seculares. Ellos crearon el balsié, el priprí, la mangulina, el pambiche, el carabiné, la jucusión, la comarca, los llamados Palos del Espíritu Santo, y los palos de Yabonico.
Onelio Sánchez, un palero de Yabonico, paraje cercano a San Juan, en las Matas de Farfán, nos asegura que:
En los años cercanos a 1950, procedente de la comunidad de La Maguana, se estableció en Los Cerros de Yabonico, la señora Rosa Elena, propietaria de uno de los primeros conjuntos de palos que tocaban como fiestas, ritos religiosos y celebraciones seculares en honor al Espíritu Santo y Liborio Mateo, en San Juan.
Los palos o atabales de Rosa Elena, sus danzas y bailes rituales son una muestra de la expresión africana que más sobresale en la cultura de esta región de Republica Dominicana, formando parte de uno de los baile folklórico dominicano más destacados. Catalé era su palero mayor, Abel, Rogelio y Chago alternaban el toque del Palo Grande, Alcahuete y Volador (posteriormente llamado Chivita).
Rosa Elena, mujer alta, delgada, trigueña, fue precursora en la comunidad de Yabonico, en el Toque de palos. Siempre descalza, vestía con faldas de ruedo y mangas largas, y su pelo era cubierto por un enorme pañuelo que le llegaba hasta la espalda. Nunca vivió en casa alguna. Se estableció en los montes de Los Cerros de Yabonico, donde vivía y dormía al aire libre en cama de madera, colchón y bastidor.
Aseguraba que nunca en la conrueda que construía con piedras de colección alrededor de su hogar, nunca llovía. Los Palos de Rosa Elena deleitaron, durante largos años las comunidades apartadas de este Sur, y se ha continuando tocándolos de por vida, de generación en generación. Se continuaron tocando en mano de su hija Rosita y luego con su nieto Félix. Aun hoy, se toca con los palos de Rosa Elena en Yabonico sus cantos populares y religiosos: El que sale de su casa/ y le brindan su café/ sepan que los tropiezos hacen levantar los pies. / Con Dios y la cruz adelante/ y los santos más atrás/ el poder de Dios nos valga/ y la Santa Trinidad.
Luego de Rosa Elena, en el paraje Los Cerros aprendieron a tocar los palos Víctor Alcántara, Augusto Alcántara Cheché y Esteban Sánchez. En el paraje El Corosal, era muy reconocido el grupo de Mercé Jiménez integrado por Papacito Ernesto Díaz, actualmente residente en Sabana Tuna; Dadilao García, residente en Santo Domingo; Tanilao Turbí, residente en Santo Domingo; Cabito Rosario, residente en la comunidad de Los Jobillos; Simín y Evelio.
Otra generación de paleros de la Comunidad de Yabonico, fueron los del paraje La Cabuya, sobresaliendo Dulcillo Raúl Laíto (El Teniente) Onelio Gunito y Arístides.
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