Damocles Méndez Rosado
El Sermón de Montesinos gravitó y repercudió en forma profunda en los círculos religiosos, ‘políticos y académicos de su época. Fue el detonante contra los abusos y arbitrariedades de que fueron víctimas las poblaciones aborígenes de partes de los colonizadores españoles en la isla de Santo Domingo. Este Sermón conmovió los cimientos de las concepciones teológicas sobre las cuales se erigía el dogma pontificio.
En el orden jurídico El Sermón de Montesinos influyó en la aparición de legislaciones emitidas por las autoridades españolas encaminadas a paliar las condiciones materiales de salvaje explotación a que estaban sometidos los aborígenes. Aparecen las leyes de Burgos, de Valladolid, las leyes nuevas...las cuales fueron paliativos en este aspectos.
La oratoria de Montesinos fue despiadada, justiciera, la cual contrastó un humanismo expresado en su sermón con la irracionalidad doctrinaria que sobre el derecho de gentes tenían los teóricos del pensamiento medieval.
Montesinos sustentó la racionalidad de los aborígenes al margen de sus creencias religiosas con lo que criticaba con agudos postulados, la esencia del pensamiento teológico del momento sobre la naturaleza de la razón humana.
El Sermón de Montesinos marcó hitos históricos sin precedentes en materia de los derechos humanos siglos anterior a la proclamación de la “Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadanos” productos de unos de los acontecimientos de mayor trascendencia de la humanidad como lo fue la Revolución Francesa.
De paso El Sermón de Montesinos se inscribe en los primeros pasos para la conformación del Derecho de Gentes y del Derecho internacional retomado por Vitoria.
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