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viernes, 22 de abril de 2011

El 22 DE ABRIL CELEBRAMOS EL DIA DE LA TIERRA

Evitemos la Rebelión Vegetal, deteniendo el desastre ecológico y la violencia contra natura



José Enrique Méndez


Hoy que fruto del desgarramiento provocado por las fuerzas ocultas del sistema, nos vemos amenazados por un proyecto de muerte TRAS EL ORO DE LOS SULFUROS, alejándonos del sueño de una tierra sin males, juzgamos prudente releer la lectura ecologistica del poeta Héctor Inchaustegui Cabral, titulada “Rebelión Vegetal”


Al decir de Jaime Reynés Matas, M.SS.CC, “el pecado primordial produce un desastre ecológico y la violencia contra natura: Entonces, premonitoriamente, el poeta anticipa el colectivo suicidio vegetal de la tierra que padecemos hoy, todas las plagas bíblicas desatadas”.

“Primero fue el trigo, después el arroz y el maíz.
Cayeron uno a uno los árboles mayores,
Los que dan fruta, maderas y resinas,
Los que se tornan papel.
No hubo en qué escribir,
Nada en qué llevar las cuentas
Quedando sin comunicación la humanidad,
Perdida para siempre la cabeza,
Cascando la intranquilidad nuez
Que esconde en su seno la materia,
Hundiendo su cuchillo en la eléctrica medula de las cosas,
Separando los constitutivos elementos de los átomos
Rompiendo la geometría armonía…

Ya los veo asomarse a las ventanas,
oír nuestras plásticas y quejas;
frotando rama contra rama
reirse del viajero perdido en la tormenta;
dejarse caer en los caminos,
secarse aunque llueva y haga sol,
abrir la puerta a los gusanos,
conducir al ciego termes insistente
a la casa del hombre.
Todos a una, las raíces afincadas de los duros minerales,
Mover la corteza de la tierra,
El terremoto desatando”




José Alcantara Almanzar, en su introducción a la obra poética de Inchaustegui Cabral concluye diciendo:

“El poeta recibe la visita de su doble, envejecido. La acción transcurre durante un sueño. El doble viene del futuro, cargado de años, con un mensaje terrible. En el principio Dios creó el mundo vegetal y después hizo al hombre, que se encargó de destruir lo que le servía de alimento:

La injusticia de los hombres provocó la rebelión de los vegetales, que iban a negarse,
después de una conspiración, a dar sus frutos:


Cuando llega la noche, sigilosos
la raíz sobre la tierra,
su prográma de muerte contra el hombre
juntos van trazando

(Canto II)
Los vegetales
perpetran un suicidio espectacular:
fue un colectivo suicidio vegetal,
el dejarse morir de todas las especies,
el arrojarse en masa en brazos de la muerte,

(Canto IIIl)
Rebelión vegetal tiene un claro sentido premonitorio. Las'perspectivas del mundo en las décadas venideras, probablemente antes de que acabe el presente siglo, son bastante desalentadoras.
La contaminación ambiental, la muerte coti-
diana del mundo marino a causa de los envenenamientos
causados por el
petróleo, las sustancias
químicas, la energía nuclear; la voracidad de las muche-
dumbres que destrozan la naturaleza
y no la renuevan, acabará por socavar las
fuentes de nutrición. El
poeta advierte:
¿qué haremos ahora que la muerte
se adelanta matándonos
de hambre;
qué haremos sin árbol y sin trigo, sin verdor¡
los vegetales
todos rebelados,
la tierra sin protección contra el granizo,
sin piel que el viento defienda,
sin raíz que se aferre del mantillo
que se lleva el arroyo que pasa entre sus brazos;

(Canto Vl)
Sólo convirtiéndose
en entes humanizados,
los vegetales
pueden iniciar el
camino de la rebelión. El suicidio como venganza
es una de las formas que
utilizan los pueblos sojuzgados
contra invasores
y conquistadores,
sobre todo en
los llamados pueblos "primitivos". Los vegetales,
incapaces
de acuchillar o
disparar contra nadié, echan mano del único recurso efectivo para castigar al
hombre: provocar la hambruna.

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