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lunes, 30 de mayo de 2011

CONFESION




A Ingrid
Nicolás Mateo

Te quiero de pie

Mirada puesta en el horizonte que acecha

Tierna y dulce, inocente y perpetua como la sal

Te quiero omnipresente en mis latidos

Gota de agua que acaricia las estalactitas de las cavernas

Te quiero desde el último rincón de mi vida

En éxtasis de amor a contratiempo

Rosa y espina manantial y desierto

Te quiero etérea y cotidiana

Unicornio que vuela entre Dioses

Y colibrí que dormita entre azucenas

Más allá de la palabra

Encendida e inagotable como rayo de sol

Te quiero desde el murmullo que lacera el viento

Infinita como pez que lame el mar

Imperfecta como la noche

Que escupe la sombra y las estrellas

Te quiero como el primer segundo

De un beso que se agota

Indoblegable y disidente

Intima y exacta como un reloj de sol

Te quiere cuando las penas mojan tus lagrimas

Cuando eres más silencio entre latidos

Cuando llenas de rosas

Tus labios púrpura de diamante encantado

Te quiero firme

Cual palmera desafiando huracanes

Y destruyendo todo vestigio de tempestad

Te quiero imperecedera mirando el firmamento

Con igual altivez que una espiga de trigo

Te quiero rebelde y cotidiana

Dulce y profunda como el cañaveral

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