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viernes, 9 de marzo de 2012

El martirio de Sánchez.



Por:: Damocles Méndez Rosado.



Francisco Del Rosario Sánchez.es una figura procesa que entró en la historia dominicana en su doble condición de forjador del proceso independentista, presente en el acto patriótico de la proclamación de la República en 27 de Febrero del año 1844. Es a la vez el mártir de la restauración en la consumación del primer intento organizado para restaurar la independencia nacional.Su apresamiento y  posterior fusilamiento en San Juan, convierte a Sánchez como un patriota con características muy particulares.

Es innegable que Sánchez es el dominicano con mayor gravitación en la defensa de la soberanía nacional, condición que está presente en su destacada participación en los procesos y acontecimientos primarios vinculado con epopeyas de mayores trascendencias histórica que registra la historia nacional como son la proclamación de la república y como actor protagonista en las acciones militares que se inscriben como antecedentes de la restauración de la soberanía en el año 1861 al efectuarse la anexión a España.

La participación de Francisco Del Rosario Sánchez como organizador y estratega  del sector liberal bajo las
orientaciones de Juan Pablo Duarte, su participación en los  acontecimientos del 27 de Febrero del 1844, sus acciones en la Junta Central Gubernativa,desmuestran que este titán del decoro patrio, fue una figura de primera magnitud en los afanes de redención del pueblo dominicano.

Gloria de un Febrero con tormentas libertarias y mártir envuelto en el lienzo tricolor en la tragedia de Julio en San Juan de la Maguana resume una vida llena de amor y sacrificios por la  patria.

Sánchez  entra en las paginas de la historia nacional como una revelación epopeyica  presente en los episodios de la redención nacional para cumplir el signo del llamado ineluctable de la patria ansiosa en los trágicos caminos de la libertad.Sànchez nunca vacilo para convertirse en instrumento de la redención nacional, condición que lo convierte en una figura de primera línea ante el llamado de
las primeras clarinadas  para convertirse en cabeza dirigente conduciendo los caminos de la libertad de la patria.  

 El martirio de Sánchez es la consumación de un acto de criminalidad contra el sentimiento patrio, que  no tiene registro ni paralelo en la historia nacional. Su condena sumaria, y  su vil ejecución es un caso sui géneris que definió la naturaleza criminal del sector político y militar que siempre ha renunciado al ideal de patriotismo y que hizo de aquel acto un holocausto que crispó de sangre y tiño de luto la epidermis de la
conciencia que hizo presencia en la puerta del Conde tocando con aires libertarios la sacra puerta de la independencia nacional. Quien caía fulminado entre humos y sonidos diabólicos de la fusilaría impiadosa, era  la encarnación del espíritu febrerita  que se levanto en la región sur para reivindicar los lauros patrióticos del legado de Duarte para cobrar la vil y nefasta traición de Pedro Santana al ideal  ndependentista al consumar en forma inconsulta la anexión de la república a España.

Con la anexión de la soberania, Santana, iniciaba una acción ignominiosa, unos amargos capítulos que llenan de barbaries nuestra historia con tan infausto acontecimiento.

            Sánchez fue la presencia de la valentía de los hombres de Febrero que en cada palabras de defensas de él y de sus compañeros, se  convertían en látigo fulminante para sus verdugos. El martirio de Sánchez y sus compañeros de campaña patriótica, llenó  de horror y miedo a la concurrencia en aquel escenario de muerte de patriotas.Nunca en la recién república había ocurrido una hecatombe con esos ribetes de brutalidad, saña  y odios sin limites en la persona de un hombre que cargaba en su frente el decoro inmaculado de servir hasta la muerte al llamado de la patria. El fusilamiento sumario en la persona  del febrerita y sus compañeros, el odio emponzoñado, era  comparable con la acción de Nerón contra la vieja Roma, cuyo fuego deleitaba la lujuria de aquella bestia humana.

En ningún momento se le vio a Sánchez cargar en su rostro con la angustia y la desesperación del vencido,
siempre  demostró la grandeza de sus ideales y la firmeza de los propósitos que les indujeron a proclamar la redención de la República y a enarbolar la bandera mancillada por un acto bochornoso de una vil traición
a la grandeza de la patria. El cadalso que se instalo en San Juan recuerda la penitencia y el vía crucis del martirio, del dolor  y de los cuerpos desgarrados por la inclemencia impiadosa de sanguinarias manos llenas de malicias que cercenaron la vida de aquellas almas con descargas de fusilerias
imprecisa,a palos, machetazos  y con la furia de un vendaval dislocado.

Sánchez es el símbolo del martirio y de la dominicanidad que bautizo con su sangre el precio de la traición de los dominicanos que actuaron bajo el manto de la desvergüenza y de la traición.Fue el héroe que cargo en sus hombros, la organización de la gesta de Febrero.

La sangre de los Sánchez se derramo bajo el implacable articulo 210,obra funesta del santanismo,cuando sus familiares caían asesinados victimas de las intrigas de Pedro Santana.Tambien la sangre de los Sánchez se derramó en la consumación de la restauración de la República.

La egregia figura de Sánchez, cuyo  nombre es símbolo eterno de heroicidad,es la imagen y la redención procera  de las ansias libertarias del pueblo dominicano, su  martirio en San Juan, abonó  el fértil camino que en todo nuestro proceso historico,ha significado un legado imperecedero que ha servido de bandera para  significativas jornadas libertarias de un alto valor epopéyico que se repite constantemente cuado el
clarín de la libertad llama a los hijos de la tierra amada a imponer  las notas gloriosas  del canto de la patria.En cada acción en que la soberanía ha sido vilmente mancillada ya sea por la grosera intervención de fuerzas extranjeras o por la presencia de viles tiranias,aflora,el ejemplo de Sánchez que llena de vigor patriótico a los verdaderos dominicanos que bajo cualquier circunstancias nunca renuncian al deber ineludible de la defensa de los inmaculados principios de redención nacional.

Con el enjuiciamiento llevado a caba contra Sánchez y sus compañeros de infortunio, se  consuma el juicio sumario y posterior acto cobarde de criminalidad caracterizado por la presencia de las autoridades  nacionales que organizaron el juicio en el cual no se cumplieron los elementos de carácter procesales  relacionados con la acusación. Con la genialidad y la maestría de la cualidad de defensor que poseía Sánchez, este le señala a sus verdugos,   què, con que ley lo van juzgar pues los mismos principios que sirven de fundamento a la existencia de la dominicanidad son los que lo mandan a enarbolar  la defensa de la nación.

Al conmemorar un aniversario más del nacimiento del patricio Francisco del Rosario Sánchez, es motivo para que los dominicanos, nos inclinemos frente a esa egregia figura epopeyica, para honrar su sacrificio y su legado lleno de patriotismo en defensa de la soberanía nacional y la autoderteminaciòn del pueblo dominicano.

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