Por: Miguel Collado
Nace, para iluminar las letras nacionales, en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana. Sobre ella publicamos
un opúsculo: “Salomé Ureña de Henríquez: primera dominicana en publicar
un libro de poesía” (Santo Domingo: Ediciones CEDIBIL, 1997).
Si Leonor de Ovando es, según Marcelino Menéndez y Pelayo, “la primera poetisa de que hay noticia en la historia literaria de América”, Salomé Ureña es la primera autora dominicana que publica un libro de poesía: “Poesías de Salomé Ureña de Henríquez” (Prólogo: Mons. Fernado Arturo de Meriño. Santo Domingo: Sociedad Literaria Amigos del País, 1880, XV-214 p.) . Este hecho convierte a la madre del más prominente humanista dominicano de todos los tiempos, Pedro Henríquez Ureña, en una pionera desde el punto de vista histórico-bibliográfico, y específicamente en el ámbito de la creación literaria.
El libro de la fundadora del Instituto de Señoritas (1881-1893) hace su aparición seis años después de haber sido publicada la primera antología literaria dominicana: “Lira de Quisqueya” (1894), del puertoplateño José Castellanos, quien incluye en dicha obra siete poemas de la reputada poetisa y ejemplar educadora, cuya trágica muerte aconteció, en la zona colonial de la ciudad de Santo Domingo, el 6 de marzo de 1897.
Sus restos descansan, desde el 21 de octubre de 1988, en el Panteón de la Patria, en la misma cripta donde reposan los restos de su Pedro.
Si Leonor de Ovando es, según Marcelino Menéndez y Pelayo, “la primera poetisa de que hay noticia en la historia literaria de América”, Salomé Ureña es la primera autora dominicana que publica un libro de poesía: “Poesías de Salomé Ureña de Henríquez” (Prólogo: Mons. Fernado Arturo de Meriño. Santo Domingo: Sociedad Literaria Amigos del País, 1880, XV-214 p.) . Este hecho convierte a la madre del más prominente humanista dominicano de todos los tiempos, Pedro Henríquez Ureña, en una pionera desde el punto de vista histórico-bibliográfico, y específicamente en el ámbito de la creación literaria.
El libro de la fundadora del Instituto de Señoritas (1881-1893) hace su aparición seis años después de haber sido publicada la primera antología literaria dominicana: “Lira de Quisqueya” (1894), del puertoplateño José Castellanos, quien incluye en dicha obra siete poemas de la reputada poetisa y ejemplar educadora, cuya trágica muerte aconteció, en la zona colonial de la ciudad de Santo Domingo, el 6 de marzo de 1897.
Sus restos descansan, desde el 21 de octubre de 1988, en el Panteón de la Patria, en la misma cripta donde reposan los restos de su Pedro.
POEMA "EL AVE Y EL NIDO", DE SALOME UREñA DE HENRíQUEZ(*)
¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.
Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.
Pero me miras y te estremeces,
y el ala bates con inquietud,
y te adelantas, resuelta, a veces,
con amorosa solicitud.
Porque no sabes hasta qué grado
yo la inocencia sé respetar,
que es, para el alma tierna, sagrado
de tus amores el libre hogar.
¡Pobre avecilla! Vuelve a tu nido
mientras del prado me alejo yo;
en él mi mano lecho mullido
de hojas y flores te preparó.
Mas si tu tierna prole futura
en duro lecho miro al pasar,
con flores y hojas de la llanura
deja que adorne tu libre hogar.
_________________
(*) Es el primer texto poético infantil de la literatura dominicana. Salomé lo escribió en 1875. Consúltese mi libro "Historia bibliográfica de la literatura infantil dominicana, 1823-2002" (2003). MIGUEL COLLADO
— con Franklin Guerrero Andrikson y 46 personas más. ¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.
Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.
Pero me miras y te estremeces,
y el ala bates con inquietud,
y te adelantas, resuelta, a veces,
con amorosa solicitud.
Porque no sabes hasta qué grado
yo la inocencia sé respetar,
que es, para el alma tierna, sagrado
de tus amores el libre hogar.
¡Pobre avecilla! Vuelve a tu nido
mientras del prado me alejo yo;
en él mi mano lecho mullido
de hojas y flores te preparó.
Mas si tu tierna prole futura
en duro lecho miro al pasar,
con flores y hojas de la llanura
deja que adorne tu libre hogar.
_________________
(*) Es el primer texto poético infantil de la literatura dominicana. Salomé lo escribió en 1875. Consúltese mi libro "Historia bibliográfica de la literatura infantil dominicana, 1823-2002" (2003). MIGUEL COLLADO
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