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domingo, 30 de agosto de 2009

"H I J A"



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(Fragmento poético)
Por: Juan C. Benzán H.
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Hija;
Son las dos y treinta minutos
de la madrugada;
La ciudad es un desierto
de calles destartaladas,
Un depósito de estiércol
de corrupción asfixiante;
El viento sopla sigilosamente
Presagiándome un reproche;
A esta misma hora
y en este mismo instante,
Camino melancólico las calles
inhóspitas de la ciudad durmiente,
Hago un paréntesis perpetuo
para pensar en ti,
!Lúgubre caminante!,
Y una lágrima misteriosa
me baña en sutileza
el corazón doliente.

HIJA;
¿Qué será del absurdo
e insoslayable que nunca llega?;
¿De ti que no entiendes las vicisitudes
de esta vida miserable?.
!Estrella de mi cielo!,
!Embrión inmaculado de mis entrañas!
Emerjo triste e insondable
en el follaje de esta alcoba sin albergue,
Añorando, e instilando sobre
el inexhausto perfil de tu sonrisa,
Como el cáliz sublime de una ninfa,
acariciado por la brisa.

Es que ya no bebo en la ternura
del crisólito de tus ojos diamantinos,
Ni tu voz candorosa invoca purpurina
en el néctar amargo de mi existencia;
Ya te has ido de mi lado,
Ahora nadie calma mis enojos
en la rutina del camino;
Descabellado y patético
es tener que soportar
el ingente castigo de tu ausencia;
Mientras se torna parco el inicuo
el horizonte incierto del destino;
Pues, más que ave solitaria,
soy errante y triste peregrino.

Pero ¿por qué debo hablarte así,
de éstas complejas y heterogéneas cosas?;
Si aún no alcanzas a comprender
la razón insólita de mis sinrazones;
si eres en la esencia de mi jardín
la más fragante y exquisita rosa,
y ya no repercute en mis oídos
el tenor de tus canciones infantiles,
ni la acústica sacrosanta de tu voz pueril,
anida en lo recóndito de mi alma pesarosa.

Quiero vivas y duermas feliz
en este letargo HIJA MIA;
Aunque el insomnio despiadado
Consuma la vida de mi arrogante muerte;
"Así es que nace y muere
el agua límpida sobre el lecho del río
en la corriente";
Pero ya no mitiga ni ilumina
mi aspérrima tristeza,
la fuente cristalina de tu figura frágil,
que besaba siempre
henchido de proeza.

Y sigue corriendo el tiempo inexorable
y tú estás ausente;
Naufragando en las aguas de otros mares
y de otro ambiente;
Pero vivirás inefablemente
en cada minuto inconmensurable de las horas,
la ternura de tu efigie angelical,
en el corazón del padre que te adora.

No importa que agonice en lontananza
el iracundo amargor de la tristeza,
Si eres perpetua enclavada
en el mástil de mi lira más genuina;
Si he de recordarte siempre
en esta vida que sin ti no es vida,
y en el fondo de la nada
que es sinónimo de mi existencia.

Es que añoro tu presencia inaudita
en el seno de mi alma acongojada;
Porque he de recordarte siempre HIJA,
y hasta en la muerte; he de recordarte....


Autor: Prof. Juan C. Benzán
Página Web: http://www.juanbenzan.maguana.net

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