Buscar este blog

jueves, 3 de septiembre de 2009

Sobre el Tambor Moreno de Wilson Roa


Apreciado Wilson:


Te felicito por incursionar en el mundo de la poesia. Fue un poeta -Ernesto Cardenal, nicaraguense- , quien dijo que "un dia, los telegramas, las cartas, los memorandum,las leyes, los periodicos, la conversacion, todo...se transformara en poesia.

De hecho de los origenes de la poesia popular romancera, nuestros clásicos poetas españoles y latinoamericanos escribian redondillas, décimas, pareados, en fin, aquella poesia que un momento dado cedió el paso al "verso libre" o prosa. Pero ¿quien dijo que el verso clásico, con rima, con sus leyes, con su musicalidad, se ha ido? Todo vive en constante retorno, y hoy dia es tan válido el verso libre como el verso rimado.

En el fondo de lo que se trata es de comunicar algún sentimiento o pensamiento a traves de los versos. Federico Garcia Lorca, el insigne poeta español, escribia con el estilo de Tambor Moreno, y todos nuestros mas grandes poetas dominicanos han confesado que Garcia Lorca los influyó (Mariano Lebrón Saviñón, Pedro Mir, Victor Villegas y otros).

Sigue adelante en el inicio de un arte que nos va quitando mucho del animal que somos para colocarnos un nivel superior de humanismo y civilización.

Tu poesia se parece a la de Carlos Agramonte y Rufino Brennan, dos poetas de Pedro Corto, San Juan, que con alma campesina pulcra, empapada en valores que respiraron en su ambiente nos muestran un alma menos contaminada que otros.

La poesia, no importa el estilo, nos libera y nos hace crecer como seres humanos portadores de sensibilidad.


Fraterno, Sobieski De León




Tambor Moreno

Wilson Roa

Las gotas mansas del rocío
acarician la aurora en el prado frío,
y el sol que abraza la mañana
despierta los cantos de la sabana.

Visto la gala de mi esperanza,
dejo los muros de aquella granja,
emprendo la marcha por el camino,
buscando una luz para mi destino.

Siguiendo el curso de la empalizada,
distingo la niña de siempre cargada,
descubro una rosa en su pelo clavada
y un nuevo brillo en otra mirada.

En el mismo rostro, una nueva sonrisa,
en el mismo pelo se vuelca otra brisa,
en la misma tierra de su blanco velo
crecieron montañas que llevan al cielo.

Y el tambor moreno que en mi pecho truena,
libera una salve que canta una pena,
y se une al canto de la basta pradera,
al compás danzante de sus suaves caderas.

No hay comentarios: