Sobieski de León
En los dolores de mi carne
Dicen los poetas
que si alguien recordara
siquiera uno solo
de sus versos,
se darían por satisfechos.
Cumplidos, ya.
Terrible misión
sobre esta triste miserable tierra.
Y tú, Amor
que no sabes que más de tina vez
sobre mis sábanas,
debajo de mi almohada,
a la hora tremenda que las ansias
vencen las horas solitarias.
Tú
andabas colgada en los dolores de mi carne,
meciéndote, Amor
entre mis piernas.
A UNA MUCHACHA
Sobieski de León
Hubo una vez un tiempo
cargado de do/ores
¡Y un instante ¡
Hubo una vez un nombre
(¡mi nombrel)
en tus labios
a voluntad cerrados
Como Alicia caminabas
en el país de las maravillas
llamando como en sueno
¡respondí ¡ ¡acudil ¡estuve allil
Te estreché las manos
con mi forma simple o compleja
de amar
en este país
no precisamente de maravillas.
EL SISTEMA
Primero,
se inaugura con discursos
y brindis
la fantasía de las necesidades
concurrentes personajes
de dudoso linaje
se dan citas y abrazos
los salones ensayan
alegrías trasnochadas
de circenses modales.
Segundo,
en torno al personaje central
(¡un señor señorial ¡)
se hacen las alabanzas
se recuerda el atraso que concluye
"con esta nueva obra".
Tercero,
de retorno cada especie
a la guarida habitual
despojados para el descanso
de las plumas y garras de su humanidad
satisfecha la fatua vanidad
del auto - engaño
todo termina en continuidad
de silencios
esperanzas
y rabias
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