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sábado, 23 de abril de 2011

La iglesia católica desempeñó un papel vital en la construcción de la democracia dominicana.


Damocles Méndez Rosado

La carta pastoral fue un documento que inició la ruptura radical con la dictadura. La Vega y San Juan de la Maguana son los grandes escenarios del conflicto Trujillo y el clero. Este enfrentamiento aceleró la caída del régimen. Este conflicto estuvo precedido por un conjunto de acontecimientos que gradualmente fueron madurando el clima propicio para el derrumbe de la sanguinaria y nefasta Era de Trujillo. En este contexto cabe destacar las acciones del movimiento 14 de Junio, la invasión de los héroes del 1959, las conspiraciones a los interno del régimen entre otras.

El pueblo de San Juan presenció el más cruel hostigamiento a los sacerdotes. Ropas, muebles, objetos pertenecientes a la iglesia, vehículos y perros, fueron objetos del saqueo. Pero en este momento crucial, se estaban escribiendo las páginas de la libertad dominicana, la desaparición de la dictadura estaba al doblar la esquina.

Y no es de olvidar la famosa huelga realizada a instancia de las autoridades desarrollada en San Juan en el año 1961 para protestar contra Reilly.El periódico el Caribe,instrumento al servicio de Trujillo,reseña el paro de labores.Grandes letreros contra los sacerdotes se leían tales como,--Estamos con Trujillo-.El mes de Abril fue negro y funesto para el pueblo de San Juan.Acciones bochornosas pintaban los aires cerca del parque Sánchez.


  • Trujillo y las crisis con la Iglesia
    La Carta Pastoral del Episcopado de la República Dominicana, leída en los templos católicos el 25 de enero del 1960, fue un clamor de la alta jerarquía católica contra los crímenes y el irrespeto a los derechos humanos cometidos por la tiranía.
    En su Carta Pastoral, los obispos católicos expresan:
    No podemos sustraernos al sagrado deber de comunicaros que, acogien¬do paternalmente vuestros llamamientos, que hacemos nuestros, hemos dirigi¬do, en el ejercicio de nuestro ministerio, una carta oficial a la más alta autoridad del país para que, en un plan de recíproca comprensión, se eviten excesos, que, en definitiva, sólo harían daño a quien los comete, y sean cuanto antes enju¬gadas tantas lágrimas, curadas tantas llagas y devuelta la paz a tantos hogares.
    A seguidas, agrega:
    "Asumiendo la obligación pastoral de cuidar el espiritual rebaño, confiado por la bondad divina a nuestra solicitud, no podemos permanecer insensibles ante la honda pena que aflige a buen número de hogares dominicanos. Por ello, expresamos nuestra paternal simpatía, nuestro profundo pesar y nuestro común sentimiento de dolor, ya que es una obra de misericordia, consolar al triste ha¬ciendo propia la frase del apóstol San Pablo: llorar con los que lloran”
    "En medio de esta pena, esperamos con la más viva confianza en la intercesión poderosa de Nuestra Señora de la Altagracia, que por encima de las humanas pasiones, ella hará resplandecer la caridad y la clemencia.
    "Cada ser humano, aún antes de su nacimiento, ostenta un cúmulo de derechos anteriores y superiores a los de cualquier Estado. Son derechos intan¬gibles que, ni siquiera la suma de todas las potestades humanas puede impedir su libre ejercicio, disminuir o restringir el campo de su actuación.
    “Por eso, la Iglesia Católica, Madre universal de todos los fieles, ha sido en todo momento la defensora más ardiente y más sufrida de esos sagrados derechos individuales. En pro de ellos ha escrito las Encíclicas más sabias; en pro de ello y sus hijos han derramado la sangre; en pro de ellos está siempre dispuesta a dar, como su Divino Fundador, el elocuente testimonio de la verdad.
    La crisis con el clero católico,fue una gran batalla perdida por Trujillo,Pronto sus efigies de mármol,endiosado en las vías públicas,cayeron con el peso y el látigo justiciero de un pueblo mancillado que se levantaba sobre ruinas ignominiosas para saludar los aires libertarios.
La crisis con el clero católico,fue una gran batalla perdida por Trujillo,Pronto sus efigies de mármol,endiosado en las vías públicas,cayeron con el peso y el látigo justiciero de un pueblo mancillado que se levantaba sobre ruinas ignominiosas para saludar los aires libertarios.

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