José Enrique Méndez
Anduve atento a cada crisálida colgada a pedúnculos sedosos
atento a la fragilidad de cada vuelo mañanero
a su estructura de escamas coloreadas
Las vi aparearse y poner los huevos en las hojas nuevas
Las vi nutrirse con audacia del mejor néctar floral
Pero ninguna era llamativa, aveces azul
aveces verde, limonera.
Ninguna tenía mensajes en el dorso de las alas ni en su vientre
Entonces entendí la leyenda:
ella es la aparición luminosa,
escondida desde la muerte de indefensos aborígenes,
mariposa duende nocturno,
emanada del camino,
que simula incorporeidad,
que sale de madrigueras y flota
fría azul vacilante
Ordenado simulacro
de color y alas
Taína visión
mariposa sueño
germinando
desde las entrañas de la tierra
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