DESDE EL ORIENTE
Por Rafael Pineda
MONTEVIDEO, Uruguay- Enrique Amorìn, escritor
salteño de principio del siglo XX, motivò el encuentro que sostuve con el
peruano Santiago Roncagliolo, autor del libro El Amante Uruguayo, Una historia
Real, y con el también salteño Mario
Kroef, director de Cultura de la ciudad donde se cree que desde 1953 reposan
los restos del poeta español Federico García Lorca.
El
encuentro se produjo en la Librería Yenny, de Pocitos, en ocasión del
lanzamiento del referido libro, una investigación periodística asignada por la editorial Alcalá con el objetivo de
desentrañar pasajes desconocidos de la vida de García Lorca y el paradero de sus
restos, y que terminó como el relato de las peripecias de un hombre perfilado y
rico que invirtió dinero para impulsar la formación de jóvenes artistas de su
pueblo, algunos hoy famosos pintores como Guillermo Busch, Lasi Duarte y Antonio
Higueras. La vida tan especial que el
escritor y mecenas Enrique Amorìn llevó en esos años del siglo XX, es vista hoy
como debilidad en el libro del peruano.
Roncagliolo hizo la presentación de El Amante Uruguayo, Una historia
Verdadera, apoyándose en diapositivas que iban ilustrando los pasajes del escudriñamiento.
Amorìn fue amigo de las figuras literarias mas importantes de su tiempo,
especialmente de aquellos que fueron militantes comunistas como Pablo
Neruda, Pablo Picasso, Luis Carlos
Prestes, Louis Aragón, Charles Chaplin, Nicolás
Guillen y el simpatizante republicano Federico García Lorca y Jacinto
Benavente.
Fue miembro y financió las actividades del Partido
Comunista de Uruguay, no tuvo reservas
en gastar el dinero, viajar por el mundo y a pesar de sus casi 40 libros
publicados, novelas y ensayos, no es reivindicado como figura trascendente de
la cultura uruguaya; aquí consideran que lo que es, lo es mas por las
relaciones de amistad que tuvo con los famosos.
Su casa (hoy convertida en museo)
recientemente adquirida por el Ministerio de Educación y Cultura, era
visitada por los grandes intelectuales de aquellos días.
Comprobado que la tumba de Federico García Lorca está vacía, la
Editorial Alcalá le asignó a Roncagliolo la tarea de investigar donde pueden
hallarse los restos del poeta, enviándolo a la norteña ciudad uruguaya vecina
de Argentina, donde verificó no solo la relación de amistad, sino los vínculos
sentimentales del español y el salteño: eran amantes.
Finalizada la guerra civil donde el régimen franquista fusiló a Federico
García Lorca por su toma de partido a favor de la República, Amorìn viajó a
España y trajo para Uruguay los restos
en 1953 sepultándolos en Salto, donde erigió,
sobre un promontorio a la orilla del río,
un monumento. En el acto de inauguración pronunció un discurso iniciado
con estas palabras: “Aquí está Federico García Lorca”. Entre los presentes la
famosa actriz Margarita Xirgù, amiga entrañable
del poeta, quien escenificó un fragmento de Bodas de Sangre.
Mario Kroef no está convencido de que los restos del español estén debajo de ese monumento, y otras personas
increparon al peruano sobre supuesta falta de objetividad a lo que este salió
al frente señalando que Amorìn dejó indicios para que el mundo supiera con precisión
donde están los restos de su amante Lorca.
Siendo
su anfitrión en Salto y en Montevideo, lo llevó a pasear por las calles tomándose
con él las únicas fotos conocidas de Federico García Lorca fuera de
España.
El punto mas polémico de los enunciados por Roncagliolo es el del lugar
de descanso de los restos, pero el que ha molestado a los uruguayos es el énfasis
que pone en mostrar la supuesta homosexualidad de Amorìn y el romance que vivió
con el autor de “Llanto por la muerte de
Ignacio Sánchez Mejía” También
le atribuye haber estado enamorado de Pablo Neruda quien, por su carácter de
mujeriego le habría sacado los pies.
Entrados los años y finalizada la Segunda
Guerra Mundial, Estados Unidos vio que sus problemas no serían en el futuro con
el régimen fascista recién derrotado,
sino con el comunismo recorriendo Europa y propagándose por America; por eso presionó
a los gobiernos latinoamericanos para que proscriban esa ideología y a los
partidos que la profesaban. Iniciándose en
Chile una tenaz persecución contra Pablo Neruda, senador comunista que tuvo que
huir a través de los Andes, y Amorìn se
puso en contacto con los partidos de esa ideología en la región, en Europa y en
la Unión Soviética avisándole que tenía al poeta chileno oculto en su casa. Ese gesto le granjeó una gran simpatía en el
bloque socialista.
Según Roncagliolo, Jorge Luis Borges vaticinó
que Amorìn sería olvidado por sus amigos, y así fue, menos por el mismo Borges quien le demostró
lealtad hasta sus últimos días. Tal vez Amorìn ha sido olvidado por la
contradicción que supone ser un hombre rico, y a la vez ser de izquierda. Incluso a Borges no le gustó la novela en la que utilizaba un lenguaje tan
político como el de Neruda.
Si Federico García Lorca está enterrado en
Salto y no en España, solo lo sabremos cuando se abra la tumba debajo del
monumento construido a la orilla del río Uruguay, frente a la ciudad Argentina
de Concordia. ¿Qué posición tienen las autoridades salteñas? El director de Cultura piensa que la veracidad
de ese informe es cuestionable, como lo es la afirmación de la homosexualidad
dado que, según los testigos, Amorìn se caracterizó por ser un hombre enamorado
y no se le conocieron desviaciones de esa naturaleza.
Al recibir una invitación de Mario Kroef para
que visite Salto a exponer su tesis sobre el recordado personaje, Santiago Roncagliolo
la rechazó por temor a ser aplastado por
causa de los criterios vertidos; y cuando le dije que soy de la República
Dominicana apuntó que en ese país también lo odian, por “otras razones” que no quiso explicar.
Dimos por terminada la reunión. Kroef retomó
por la ruta 3 los 499
kilómetros hacia Salto, la ciudad de los naranjos, y
Roncagliolo hacia su refugio en el barrio Palermo a esperar el vuelo de las 6
de la mañana para Madrid, dejando en Uruguay una montaña de dudas sobre la vida
intelectual de los años 30 al 60.
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