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lunes, 15 de febrero de 2016

Sobre Matías Ramón Mella y Castillo





Roberto Rosado Fernández                                                                                                                                                      
Profesor UASD, San Juan de la Maguana.
Es uno de los tres Padres de la Patria, un hombre de entereza y valor cuyo norte principal fue la defensa del ideal de la República.
A principio de cada año se habla mucho de el debido a que para los meses de enero a marzo se conmemora aniversarios del nacimiento tanto de el como de Duarte y Sánchez así como del nacimiento de la República.

Cuando nació Mella, sus padres don Antonio Mella y Alvares y Francisca Castillo nunca, tal vez, soñaron que este niño estaría ocupando el peldaño más alto de la patria, como uno de los consagrados padres de la misma, acompañando  a Juan Pablo Duarte y a Francisco Sánchez del Rosario.
Esta distinción, este honor lo consigue, gracias a la ardua labor que realizo, a favor de las ideas de libertad, igualdad, independencia y soberanía al lado de los que conformaron La Trinitaria, instrumento político al que se integro como uno de sus principales  defensores a pesar de no estar al momento de su fundación.
Este miembro del Salón Patriótico y heroico del país, le toco desarrollar sus actividades de niño en medio de la crisis más espantosa vivida por la colonia.
España, en ese periodo de la España Boba solo envió el situado, vía México, dos veces y en cantidades tan mínimas que solo alcanzaba para cubrir de manera precaria los gastos militares. Eso abrió un proceso migratorio de las principales figuras del escenario político, económico y cultural hacia Cuba, Puerto Rico y Venezuela, sobre todo.
Ya, basta recordar, se habían experimentado protestas en 1810 (Los Italianos) y en 1812 de Mendosa y Mojarra, en las que hubo manifestaciones amparadas en las ideas de la Revolución Francesa la Revolución de Saint Domingue y las actividades de Ciriaco Ramírez y Cristóbal Huber durante  el periodo de La Era de Francia en Santo Domingo.
Después de la proclamación de la Independencia Efímera pasamos a compartir con Boyer durante 22 años, periodo de Unificación de la Isla bajo la aplicación Loverturiano de que “La Isla es una e indivisible”.
En ese escenario de ocupación haitiana paso los primeros años  de su vida, entre el negocio de la madera y el cargo de  “pre pose”, o encargado de la Común de San Cristóbal, cargo que ocupo cuando apenas tenía 19 años de edad (1835).
La vida de este patriota y su aporte a la  independencia hay que verla a partir de su ingreso a la “Trinitaria” en 1838 convirtiéndose, junto a Sánchez en un temible y militante activista de la causa independentista y Republicana.
Se resalta como tarea donde aplica sus conocimientos en la táctica y estrategia cuando en enero de 1843, comisionado por Duarte, se traslada a la Villa Haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de la isla, para comunicarse con los reformistas adversarios de Boyer, tarea esta que fracaso en su primer intento en la persona de Juan Nepomuceno Ravelo. En esta actividad concreto una alianza con los reformistas en su afán por derrocar a Boyer y llevar a Charles Herard al poder, buscando debilitar a Boyer y crear las condiciones para hacer avanzar los ideales de nuestra independencia.
La derrota de Boyer se produjo en marzo de 1843. Herard era presidente en Haití. Mella que estaba en el Cibao propagando los ideales de independencia y republicanas, en visita efectuada por Herard a la parte oriental de la isla ordeno el apresamiento de Mella junto a Rafael Servando Rodríguez  y el sacerdote Juan Puigbert acusándolos de querer destruir el ejército. Dos meses duro detenido.
Otro momento de la vida de Mella en su lucha  por hacer crecer el ideal patrio es la ayuda que hizo a Sánchez en la redacción del acta de independencia, acta que fue llevada a  Bobadilla  por sugerencia suya para ser revisada.
Su momento cumbre es sin dudas el 27 de febrero. Euclides Gutiérrez en su texto “Héroes y Próceres Dominicanos Y Americanos” nos refiere:
“En la noche del 27 de febrero es de los primeros conjurados en llegar a la puerta de la Misericordia. Exhorta a unos pocos temerosos a no abandonar el lugar y, audaz e impulsivo, dispara al aire para comprometerlos a todos.”
A seguidas agrega: “Proclamada la República, forma parte de la primera Junta Central Gubernativa presidida por Sánchez y luego por Tomas Bobadilla, convertido en la figura determinante de la misma. Para los primeros días de marzo parte para el Cibao como Gobernador del Distrito de Santiago y Delegado de la Junta Central Gubernativa, pero en realidad  era el jefe político más importante del país. Ostenta el rango de Coronel del naciente Ejercito Nacional que será el Ejercito Libertador. Hace venir a José María Imbert de Moca y lo nombra su segundo en el mando militar”.
Otro momento importante de su vida, valor y entereza es cuando recibe las informaciones de las intenciones que tiene Haití de invadir el territorio dominicano (batalla del 30 de marzo). Traza instrucciones a Imbert, su lugar teniente y se traslada  a los pueblos de la Región del Cibao para reclutar los hombres que harían frente a los haitianos en lo que fue la batalla del 30 de marzo en la que no se encontraba, pero todos  le reconocen sus meritos por haber trazado la táctica a seguir para conseguir la victoria.
El 10 de mayo de 1844 produjo un documento de alto contenido patriótico lo que demuestra su convencimiento del ideal patriótico. En ese documento están expresadas las reglas fundamentales de la guerra de guerrillas, en las que se destacan la prudencia, astucia y paciencia que son elementos básicos para una lucha desigual, en territorio propio, como” la que se iniciaba en esos momentos frente a un enemigo numéricamente más poderoso y con armas más efectivas que las de los dominicanos”. (ibíd.)
Tras la victoria de Santana el 12 de julio de 1844 los trinitarios fueron declarados traidores a la patria y expulsados de por vida del territorio nacional.
Al regresar en 1849 se incorpora al  Ejército desempeñando un importante papel en la resistencia contra los nuevos intentos de dominación del gobierno haitiano en su afán por reconquistar el terreno perdido el 27 de febrero de 1844. Juega también un papel importante en la batalla de Las Carreras y termina siendo Secretario de Pedro Santana.
En la presidencia de Báez en 1849, es nombrado Secretario de Hacienda y Comercio. Siguió a Santana  hasta 1861 cuando se produjo la anexión a España. Ahí termino  su amistad con el caudillo.
A Mella se le reconocía su valentía y su condición de gran estratega militar. En agosto de 1863 demostró su estrategia militar cuando incorporado al movimiento restaurador viajo al sur atravesando la Cordillera Central por Constanza, con la misión de organizar las tropas de restauradores que dirigía Pedro Florentino.
Como Ministro de Guerra elabora el Manual de Guerra de Guerrillas que dirige por medio de la circular del 26 de enero de 1864 en donde recoge toda la experiencia del pueblo dominicano en esta forma singular de luchar.
En este manual se resume todo el genio militar de Mella y el arte de la guerra regular. Este documento lo redacto siendo Ministro de Guerra del gobierno Restaurador y Vicepresidente de la República.

Una disentería lo ataco y en su lecho recibió la honrosa visita del padre de la patria Juan Pablo Duarte quien regresaba de Venezuela a colocarse al frente, si era necesario, de la lucha contra el intruso Español. La presencia de Duarte lo animo pero no pudo impedir que la terrible enfermedad lo venciera muriendo en la pobreza el 4 de junio de 1864.

La República después de su muerte ha transitado un camino muy tortuoso. El ideal defendido por Mella, por Sánchez y por Duarte tiene que reconocerse.
No es suficiente con que se haga cada año un acto de recordación, es necesario colocarlo en la agenda de las empresas, de los medios de comunicación, de la propaganda estatal, de las organizaciones sociales, para introducirlo en la forma de vida de la gente.

No es suficiente que se hable de sus virtudes y valores en las lecciones de matematice, lengua española, ciencias sociales, ciencias naturales y otras arreas, hace falta que en comportamiento se refleje que se ha aprendido a ser como ellos.

Inculcar esos valores es una tarea que tenemos todos los dominicanos si queremos que los colores de la bandera y nuestro escudo no anden pregonados en suelos extraños como un saco de harina para producir pan y galletas.

Enseñar valores es un desafió que tiene esta generación para que las venideras puedan cambiar el roce extraño de otras culturas en  detrimento de la nuestra.

Estamos desafiados los profesores, los cuerpos castrenses, las instituciones del gobierno, los clubes sociales y de servicios, los empresarios, estamos obligados  a incluir en nuestra agenda estos valores.

Si lo hacemos cambiaríamos los anuncios pornográficos por expresión de lo nuestro, las películas pornográficas por proyecciones patrióticas, las vallas que anuncian productos tendrían algún valor, los calendarios anunciarían algo de lo nuestro y , tal vez así nuestros comportamientos comenzarían a cambiar y en vez de pensar en la vida fácil sin esfuerzo, timón de la delincuencia, estaríamos pensando en el trabajo que era el norte de nuestros  forjadores de la patria entre los cuales estaba Mella con tanto valor como Sánchez y. como Duarte. Ese desafío tenemos.

Esas tareas tenemos por delante y por duras que sean tenemos que afrontarlas si queremos patria libre, soberana e independiente.
  

  


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