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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Al: Señor Rafael E. Pineda





 Eliodoro Peralta
Distinguido Amigo:

Con sorpresa y estremecimiento he leído su “Diario de una Prisión en Chile”. Ya sabíamos de su trayectoria revolucionaria pero ignorábamos su condición de sobreviviente, de los campos de concentración, creados por la dictadura militar, tras el derrocamiento del gobierno de unidad popular....................................................................

Como olvidar su voz, en 1978 junto a Rubén Darío Ramón, desde Radio San Juan desde el programa dominical del Partido Comunista Dominicano (PCD). Esa sencillez que siempre ha sido rasgo distintivo de su personalidad, disimula muy bien las vicisitudes de su accionar político. A diferencia de muchos de sus antiguos correligionarios usted nunca ha reivindicado protagonismos o heroísmos infundados.....................................................

Su “Diario de una Prisión en Chile”, al margen del testimonio del prisionero político, refleja su sólida formación humanista. Con frecuencia su prosa se transforma en verso. En cada pagina el lector percibe la pluma de quien se aferra a la vida espiritual. Para nosotros resulta hoy risible que sus verdugos, a propósito del imaginario “Plan Z” confundieran a Jean-Paul Sartre, Rimbaud con supuestos conspiradores extranjeros. Desde luego tales acontecimientos representaron para usted y sus compañeros de infortunio, una tragedia sangrienta..................................................................................

Tenemos la impresión de que las adversidades no han menguado su alma romántica; cuando admite que pensaba “...que el desprecio por la vida era una cosa superada ya y que las guerras se hacían por amor como en las leyendas como nos cuenta Homero la guerra de Troya tras la fuga de Helena junto París...”, por supuesto la proceridad moral del Rey Priamo y de su hijo Héctor, resplandecen frente a la arrogancia de Aquiles...............................................................................................................................

Usted precisa que, luego del derrocamiento de Allende “...De las casas salen volando como pájaros miles de libros bibliotecas completas millones de libros corren a las hogueras...”, confirmando que el genocidio también fue cultural. Manifestaciones de esta naturaleza precipitaron la muerte moral y biológica de Pablo Neruda. La eterna fisura entre la barbarie y la civilización. A tantos años de transcurrida la Guerra Civil Española, la intelectualidad aún llora el fusilamiento de Federico García Lorca. “...Venceréis pero no convenceréis...” advertía Don Miguel de Unamuno a los militares franquistas que ocuparon la Universidad de Salamanca en 1939, vociferando “abajo la inteligencia”

Rafael E. Pineda, parecería que hasta en las horas de incertidumbre usted ha sido un hombre privilegiado, en la medida en que presenció y escuchó las últimas interpretaciones de Víctor Jara. Desgraciadamente también fue testigo del asesinato de aquel gigante de la canción comprometida. Afortunadamente, ya los restos de Víctor Jara fueron encontrados y colocados en el pedestal de gloria que le forjara el pueblo chileno; precisamente durante el gobierno de Michel Bachéele, gobernante de orientación socialista; confirmando el vaticinio de Salvador Allende, de que “...los procesos sociales no se detienen con el crimen ni con la muerte...”...............................

Salud y larga vida. Tenga la certeza de que su amistad nos honra......................................   



Atentamente,


Eliodoro Peralta

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